La expedición a Oxirrinco descubre pinturas de los primeros cristianos coptos y la tumba de un escriba con sus utensilios de trabajo
La última expedición de investigadores de la Universidad de Barcelona, la Sociedad Catalana de Egiptología y la Universidad de Montpellier a la antigua ciudad egipcia de Oxirrinco ha permitido excavar por primera vez una estructura subterránea de piedra que presenta una factura excelente en su construcción y de la que aún no se conoce la finalidad que tenía originalmente. Entre los primeros descubrimientos que se han hecho en esta estructura están las cinco o seis capas de pinturas de las paredes, la última de las cuales corresponde a la época de los primeros cristianos coptos. Otro hallazgo excepcional de la expedición ha sido la tumba de un escriba enterrado con sus utensilios de trabajo: un tintero metálico que todavía está lleno de tinta y dos cálamos por estrenar para que el difunto escribiera durante la vida eterna.
La última expedición de investigadores de la Universidad de Barcelona, la Sociedad Catalana de Egiptología y la Universidad de Montpellier a la antigua ciudad egipcia de Oxirrinco ha permitido excavar por primera vez una estructura subterránea de piedra que presenta una factura excelente en su construcción y de la que aún no se conoce la finalidad que tenía originalmente. Entre los primeros descubrimientos que se han hecho en esta estructura están las cinco o seis capas de pinturas de las paredes, la última de las cuales corresponde a la época de los primeros cristianos coptos. Otro hallazgo excepcional de la expedición ha sido la tumba de un escriba enterrado con sus utensilios de trabajo: un tintero metálico que todavía está lleno de tinta y dos cálamos por estrenar para que el difunto escribiera durante la vida eterna.
«El yacimiento de Oxirrinco es conocido por los miles de papiros que se han encontrado, pero hasta ahora no se había descubierto ningún escriba con sus utensilios», explica el director de la expedición y profesor emérito de la UB, Josep Padró. No se han localizado inscripciones en la tumba; pero los restos arqueológicos y del mismo cadáver permiten concluir que se trata de una persona de unos dieciséis años y que podría pertenecer a la época romana copta (aunque en ese momento histórico los enterramientos no incluían ajuar funerario y, en este sentido, el hallazgo sería extraordinario).