La UB inviste doctores honoris causa a los científicos Mariano Barbacid y Alfred Lewis Goldberg

Los científicos Alfred Lewis Goldberg y Mariano Barbacid.
Los científicos Alfred Lewis Goldberg y Mariano Barbacid.
Institucional
(26/06/2014)

La UB ha conferido el grado de doctor honoris causa a los científicos Mariano Barbacid Montalbán, descubridor de los oncogenes humanos, y Alfred Lewis Goldberg, experto en el campo de la degradación de las proteínas en patologías humanas, en un acto institucional presidido por el rector, Dídac Ramírez i Sarrió, celebrado hoy jueves, 26 de junio, en el Paraninfo del Edificio Histórico de la UB.

Los científicos Alfred Lewis Goldberg y Mariano Barbacid.
Los científicos Alfred Lewis Goldberg y Mariano Barbacid.
Institucional
26/06/2014

La UB ha conferido el grado de doctor honoris causa a los científicos Mariano Barbacid Montalbán, descubridor de los oncogenes humanos, y Alfred Lewis Goldberg, experto en el campo de la degradación de las proteínas en patologías humanas, en un acto institucional presidido por el rector, Dídac Ramírez i Sarrió, celebrado hoy jueves, 26 de junio, en el Paraninfo del Edificio Histórico de la UB.

En su discurso, el Dr. Dídac Ramírez ha destacado que los científicos Barbacid y Goldberg «son todo un ejemplo de dedicación y servicio a nuestra misión más fundamental —generar conocimiento— y un modelo para los investigadores que han recibido hoy los premios extraordinarios de doctorado y máster, así como para los galardonados en la XVII edición del Premio Claustro de Doctores de la UB».

«La UB —ha recordado el rector— quiere alcanzar una dimensión internacional en la investigación, como bien muestran los dos honoris causa investidos hoy, quienes colaboran desde hace años con investigadores de Biología y Medicina en los diferentes campus de la UB».


Mariano Barbacid, descubridor de los oncogenes humanos

El nombramiento del profesor Mariano Barbacid, a propuesta de la Facultad de Medicina, ha sido apadrinado por el profesor José Luis Rosa, del Departamento de Ciencias Fisiológicas II de la UB. Mariano Barbacid (Madrid, 1949) es un científico de relevancia internacional, pionero en el campo de la oncología molecular y en el estudio de las bases moleculares del sistema nervioso. Barbacid es jefe del Grupo de Oncología Experimental en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Se licenció en 1971 en la Facultad de Ciencias Químicas (especialidad de Bioquímica) de la Universidad Complutense de Madrid, donde también se doctoró en 1974. Ese mismo año ingresó en el Instituto Nacional del Cáncer de los EE. UU., donde desarrolló su formación posdoctoral.

En su parlamento, el Dr. Rosa ha destacado que los excelentes resultados obtenidos durante aquel periodo permitieron a Barbacid, con apenas 29 años, formar en ese centro su propio grupo de investigación para trabajar en la biología molecular de los tumores humanos. «Muy pronto —ha explicado Rosa— obtuvieron resultados importantes, y en la primavera de 1982 publicaron en la revista Nature el aislamiento del primer oncogén humano. Aquel mismo año, y en la misma revista, publicaron también la identificación de la primera mutación asociada con el desarrollo de cáncer en humanos. Estos hallazgos, confirmados independientemente por otros dos grupos de investigación, establecieron las bases moleculares del cáncer humano». Las posteriores investigaciones en carcinogénesis les permitieron demostrar a nivel molecular que los cancerígenos químicos inducían tumores mediante la activación de los oncogenes. Esta línea estableció las bases para la identificación de los oncogenes como dianas directas de los agentes carcinogénicos.

 

Barbacid investigador, Barbacid maestro

José Luis Rosa también ha recordado la trayectoria de Barbacid en el Instituto de Investigación Bristol Myers Squibb, en Princeton (Nueva Jersey, EE. UU.) y su labor al frente del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), uno de los principales centros de investigación biomédica del mundo. El padrino también ha recordado el papel de Barbacid como formador de científicos de proyección internacional y, más en concreto, su colaboración con diferentes profesores vinculados al entorno de investigación de la UB.

En su discurso de investidura, Mariano Barbacid ha recordado que «a la sociedad le cuesta entender por qué la medicina moderna, la medicina del siglo XXI, todavía no puede vencer un alto porcentaje de enfermedades neoplásicas». «Quizás por eso —ha añadido— la sociedad continúa preguntándose si algún día podremos erradicar esta enfermedad.»

 

Mariano Barbacid: «sin investigación, no hay progreso»

«El cáncer —ha subrayado Barbacid—, a pesar de su denominación en singular, no es una enfermedad; sino un conjunto de enfermedades que en muchos casos tienen muy pocos nexos de conexión entre sí, más allá del crecimiento desordenado de nuestras células». «Hoy sabemos que la mayoría de los tumores, especialmente aquellos que presentan un menor índice de supervivencia, acumulan centenares de mutaciones que afectan a una gran variedad de procesos celulares», ha detallado el experto. Por ello, ha dicho, «el concepto un paciente, un tumor, un tratamiento aún está lejos de ser una realidad; pero la oncología moderna ya empieza a ir en esa dirección».

Barbacid ha recordado que es clave dar más apoyo a la investigación científica: «Parafraseando a Neil Amstrong, —“a small step for a man, a giant leap for mankind”—, podemos afirmar que la secuenciación de los genomas tumorales, la identificación de todas las mutaciones presentes en cada tumor, es ese pequeño primer paso que nos va a permitir dar el gran salto, generar un gran avance en el conocimiento de los procesos neoplásicos para poder intervenir terapéuticamente de la forma más racional posible». En opinión del científico, «hay que tener esperanza en que la ciencia, más tarde o más temprano, nos abrirá puertas a una medicina mejor y más eficaz». No obstante, ha alertado, «solo podremos avanzar si seguimos investigando, cosa que ya sabemos pero que a menudo ignoramos, cercenando de esta forma la posibilidad de conseguir un mundo mejor». Para acabar su discurso, Barbacid ha subrayado que «sin investigación, no hay progreso».

 

Alfred Goldberg, pionero en el estudio de la degradación de proteínas

Alfred Goldberg, pionero en el estudio de la degradación de proteínas, ha sido investido doctor honoris causa apadrinado por Josep M. Argilés, catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Biología y del Instituto de Biomedicina de la UB (IBUB). Alfred Goldberg (Providence, EE. UU., 1942) es profesor de biología celular en la Universidad de Harvard, donde ha desarrollado toda su carrera académica, centrando su investigación en los mecanismos bioquímicos y la regulación fisiológica de la degradación de las proteínas en las células y en la importancia de este proceso en diferentes enfermedades.

Su laboratorio descubrió el sistema dependiente del ATP (trifosfato de adenosina) de la degradación de proteínas, que actualmente se denomina vía de señalización ubiquitina-proteasoma. También demostró por primera vez la participación de los proteasomas —un gran complejo proteico presente en todas las células eucariontes— en este proceso y descubrió las proteasas dependientes del ATP, un tipo de enzimas responsables de la degradación de proteínas en bacterias y mitocondrias. Esta investigación básica se ha podido relacionar con la comprensión de las enfermedades humanas. Por ejemplo, con hallazgos como los mecanismos de la degradación excesiva de proteínas y la atrofia muscular en muchos estados patológicos, y también con la comprensión de la función del proteasoma en la presentación de antígenos, un proceso clave del sistema inmunitario.

Tal como ha destacado Josep M. Argilés, «el profesor Goldberg es un hombre de Harvard». «Durante más de cuarenta años —ha señalado el padrino—, ha sido líder mundial en el campo de la degradación de proteínas musculares. Sus aportaciones en el campo de la ciencia se centran especialmente en los mecanismos fisiológicos de la degradación de proteínas, uno de los campos más complejos del metabolismo».

 

La maquinaria molecular de la degradación de proteínas

El laboratorio del profesor Goldberg estudió el motivo por el que nuestro organismo solo degrada aquellas proteínas malogradas dejando de lado las que funcionan correctamente. Asimismo, como ha puntualizado Argilés, «su laboratorio estudió la importancia del sistema degradativo de proteínas en la respuesta inmunológica y por qué en determinadas situaciones patológicas se activa la degradación de proteínas musculares, y cómo esta se puede parar». Argilés también ha recordado la contribución capital de Goldberg a la investigación internacional que relaciona la función proteolítica con la ubiquitina y el proteasoma, y ha indicado que el Premio Nobel de Química 2004 galardonó a los descubridores del sistema proteolítico dependiente de ubiquitina.

Por su parte, Goldberg ha afirmado: «Mi interés por la degradación de las proteínas surgió de unos trabajos fisiológicos que realicé mientras estudiaba; investigaba por qué disminuía el tamaño del músculo cuando este no se ejercitaba. Aparentemente, nadie sabía por qué pasaba; se creía que simplemente la falta de actividad reducía la síntesis de proteínas».

El profesor Goldberg, que figura entre el 1% de los autores más citados en investigación biomédica, también demostró que el sistema de la ubiquitina está presente en muchas enfermedades que conducen a la atrofia muscular, como por ejemplo la infección crónica, la acidosis o el cáncer. Como ha señalado en su discurso «la ciencia es un esfuerzo de equipo y, aunque sea yo quien haya iniciado o dirigido el proyecto, siempre estoy creando conocimiento a partir de conceptos, hechos o métodos desarrollados anteriormente por otros investigadores». «El conocimiento biomédico es una pirámide, e incluso aquellos investigadores que realizan descubrimientos de gran impacto tan solo están generando una pequeña parte del conjunto», ha concluido.

 

Durante el acto también se ha entregado el XVII Premio Claustro de Doctores de la UB, que ha obtenido el investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) John Jairo Aponte Varon, por la tesis Evaluación de herramientas para prevenir la malaria durante los primeros años de vida, defendida en la Facultad de Medicina de la UB y dirigida por Pedro Alonso, catedrático del Departamento de Salud Pública de la UB.

John Jairo Aponte (Bogotá, Colombia, 1966) ya obtuvo en 2012 el premio Ramon Margalef del Consejo Social de la UB, por una investigación fundamental para que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendara utilizar un nuevo sistema de control de la malaria: el tratamiento intermitente con fármacos antimaláricos en niños (IPTi) con sulfadoxina-pirimetamina. Actualmente, Aponte continúa investigando en esta línea como científico del CRESIB, el centro de investigación del ISGlobal, adscrito al HUBc, el campus de excelencia internacional de la salud de la UB.

El premio Claustro de Doctores de la Universidad de Barcelona fue creado para distinguir las tesis doctorales leídas y defendidas en esta institución que representaran las aportaciones más relevantes para el conocimiento humano y el progreso de la ciencia. En esta edición, en la que se han galardonado tesis leídas durante 2011, se han presentado 118 candidatos de ámbitos y especialidades que abarcan prácticamente todos los campos de las ciencias y las humanidades que se imparten en esta Universidad.