Filosofía y salud mental, en el VI Congreso Internacional de Bioética

El congreso, que vuelve a tratar la materia de la edición pasada, está organizado por el Grupo de Investigación en Filosofía Contemporánea, Ética y Política (APORIA), de la Facultad de Filosofía, junto con el Instituto Docente y de Investigación Sant Pere Claver. Begoña Román, profesora del Departamento de Filosofía Teorética y Práctica en la Universidad de Barcelona, señala que son muchas las razones de esta continuidad: «Por un lado, la complejidad y amplitud de contenido que conlleva la relación entre filosofía y salud mental, y por otro, la poca frecuencia de este tipo de encuentros entre los distintos profesionales de la salud mental (psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, educadores sociales, enfermeras, etc.) con profesionales de la reflexión más teórica y filosófica, que cuando se proponen despiertan mucho interés».

Buena parte del congreso de este año se centra en analizar el diagnóstico y la asistencia a los adolescentes. El motivo para ello es que, tal y como destaca Román, se ha constatado un aumento de sufrimiento mental y de trastornos mentales en adolescentes que «nos lleva a reflexionar, entre otros, sobre las expectativas depositadas en la salud mental por parte de los padres; sobre la problemática de tratar con fármacos a personas en edades de crecimiento y formación de la propia personalidad; así como sobre el impacto en la salud mental de los adolescentes de los cambios sociales acelerados que la sociedad tecnológica ha supuesto y de los cambios en las formas de familia y los modos de educar».

Al final del congreso, intervendrán tres personas con un problema de salud mental en una mesa redonda coordinada por un psiquiatra, en la que explicarán su experiencia y expondrán los escollos sociales estigmatizadores con que se han encontrado. «Escuchar su juicio es, en último término, la prueba de fuego para saber si estamos en un sistema centrado en la persona, en la enfermedad o en los profesionales», asegura Román.