¿Los planetas similares a la Tierra son la mejor opción para encontrar vida extraterrestre?

Relación del tamaño relativo entre el planeta Tierra y la especie humana (izquierda) y la esperada entre el tamaño de un planeta y una especie inteligente (derecha).
Relación del tamaño relativo entre el planeta Tierra y la especie humana (izquierda) y la esperada entre el tamaño de un planeta y una especie inteligente (derecha).
Investigación
(04/01/2016)

Nuestro planeta, la Tierra, no es una representación precisa de otros planetas con seres vivos, y la humanidad no es un reflejo preciso de especies inteligentes. Esta es la principal conclusión de un estudio firmado por Fergus Simpson, investigador en el Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona (ICCUB, IEEC-UB), que se ha publicado en Monthly Notices Letters of the Royal Astronomical Society.

 
Relación del tamaño relativo entre el planeta Tierra y la especie humana (izquierda) y la esperada entre el tamaño de un planeta y una especie inteligente (derecha).
Relación del tamaño relativo entre el planeta Tierra y la especie humana (izquierda) y la esperada entre el tamaño de un planeta y una especie inteligente (derecha).
Investigación
04/01/2016

Nuestro planeta, la Tierra, no es una representación precisa de otros planetas con seres vivos, y la humanidad no es un reflejo preciso de especies inteligentes. Esta es la principal conclusión de un estudio firmado por Fergus Simpson, investigador en el Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona (ICCUB, IEEC-UB), que se ha publicado en Monthly Notices Letters of the Royal Astronomical Society.

 

Mediante un cálculo estadístico, Simpson estima que la mayoría de especies extraterrestres conscientes pesan más de 300 kg, una masa similar a la de un oso polar adulto. Este resultado se basa únicamente en la premisa de que, de promedio, los organismos físicamente más grandes forman poblaciones más pequeñas. Siguiendo una línea de razonamiento similar, Simpson también concluye en que la mayoría de los planetas con seres vivos son de menor dimensión que la Tierra. Estos resultados constituyen las primeras valoraciones constatables sobre la naturaleza de vida extraterrestre.

«Este resultado se logra por la misma razón que una persona al azar probablemente vive en un país con más de seis millones de personas; aunque la mayoría de países tienen una población inferior», afirma el investigador del ICCUB . «Cuando se trata de grupos —añade Simpson—, debemos esperar que estén en uno altamente poblado y no en uno ordinario. Los planetas más grandes tienen capacidad para acoger poblaciones más grandes; lo que sugiere que la Tierra es anormalmente grande». Dentro de la misma lógica, las especies más pequeñas son capaces de sustentar poblaciones más grandes; ya que cada individuo necesita menos energía y menos espacio. «Esto indica que tenemos más probabilidades de ser hormigas entre las especies inteligentes», señala Simpson. Para llegar a esta conclusión, el investigador no hace ninguna suposición sobre cómo progresa la evolución en otros planetas, ni sobre si hay alguna correlación entre el tamaño del cuerpo y la inteligencia.

Las implicaciones de esta hipótesis van más allá de la búsqueda de inteligencia extraterrestre. Las formas de vida primitivas son un prerrequisito para el desarrollo de especies inteligentes; por lo tanto, esperamos que sus hábitats también cambien. Esto puede ayudar a decidir qué exoplanetas hay que seleccionar a la hora de buscar firmas químicas de vida en sus atmósferas.

Para calcular el tamaño esperado de un extraterrestre inteligente, el autor aprovecha el hecho de que, en general, los organismos más grandes necesitan más energía para sobrevivir. La tendencia más notable, conocida como la ley de Kleiber, se puede observar en todas las formas de vida, desde las bacterias hasta las ballenas. Una limitación fundamental con respecto al tamaño de la población de especies la impone la necesidad de energía, de acuerdo con las leyes de la termodinámica. Este hecho implica que la tendencia de las especies más grandes a tener densidades de población más bajas es universal, y no una característica única de la vida en nuestro planeta.

Artículo de referencia:

F. Simpson, «The size distribution of inhabited planets». Monthly Notices Letters of the Royal Astronomical Society, diciembre de 2015. Doi: 10.1093/mnrasl/slv170


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