Carles Grau Fonollosa: «Los ordenadores llegaran a superar muchas de las capacidades humanas de aquí a pocos años»

Carles Grau Fonollosa.
Carles Grau Fonollosa.
Entrevistas
(07/04/2015)

Carles Grau Fonollosa es neurocientífico y profesor honorífico de la Facultad de Psicología, y fue director del Laboratorio de Neurodinámica del Departamento de Psiquiatría y Psicobiología Clínica de la UB de 2002 a 2012. Ha publicado más de sesenta trabajos científicos sobre el funcionamiento normal y alterado del cerebro, y en marzo impartió una conferencia sobre las posibilidades futuras que plantea el incipiente diálogo entre cerebros humanos y ordenadores.

Carles Grau Fonollosa.
Carles Grau Fonollosa.
Entrevistas
07/04/2015

Carles Grau Fonollosa es neurocientífico y profesor honorífico de la Facultad de Psicología, y fue director del Laboratorio de Neurodinámica del Departamento de Psiquiatría y Psicobiología Clínica de la UB de 2002 a 2012. Ha publicado más de sesenta trabajos científicos sobre el funcionamiento normal y alterado del cerebro, y en marzo impartió una conferencia sobre las posibilidades futuras que plantea el incipiente diálogo entre cerebros humanos y ordenadores.

Teniendo en cuenta que el mundo se transforma a un ritmo vertiginoso, resulta muy curioso que el cerebro humano apenas haya cambiado nada respecto al que teníamos hace 150.000 años y que, en cambio, la potencia de los ordenadores crezca de forma exponencial. ¿Por qué con el Homo sapiens se paró la evolución de nuestro cerebro?

Uno de los motores de la evolución es que sobreviven los individuos que tienen características biológicas que les permiten adaptarse al ambiente. A partir del momento en que los Homo sapiens alcanzaron un cerebro con gran capacidad para construir instrumentos, ya no les fue necesario modificar su biología para sobrevivir a los cambios, y la evolución se estancó.

La relación del cerebro humano con el ordenador ha pasado de efectuarse mediante actividades motoras y sensoriales a comunicar el cerebro directamente con un ordenador o viceversa, un ordenador directamente con el cerebro. Es lo que se llama BCI y CBI. ¿Puede explicar, a grandes rasgos, en qué consisten estos procesos?

Efectivamente, en la primera etapa del diálogo entre humanos y ordenadores la relación se ha establecido a través del sistema motor en la dirección cerebro-ordenador (teclado), o de un sistema sensorial como el visual en la dirección ordenador-cerebro (pantalla). En la segunda etapa, en la que ya hemos entrado parcialmente, la comunicación se puede establecer de forma directa entre los cerebros y los ordenadores, sin intervención de los sistemas motores ni de los órganos de los sentidos. Esta comunicación directa se lleva a cabo mediante las llamadas interfaces (en inglés, interface), y de ahí proceden los nombres de BCI (brain computer interface) y CBI (computer brain interface).

 

Parece más fácil entender que un cerebro pueda controlar una máquina, que a la inversa. En la conferencia ha dado una pista sobre qué debe pasar para que las máquinas lleguen a sobrepasar la capacidad de procesamiento de los cerebros humanos: solo hace falta que las máquinas aprendan a aprender. ¿Eso puede ocurrir a corto plazo?

Los cerebros humanos han dejado de evolucionar estructuralmente y, como he dicho, nuestro cerebro es casi idéntico al de un Homo sapiens de hace 150.000 años. En cambio, los ordenadores duplican su potencia cada dieciocho meses (ley de Moore), siguiendo una curva de aumento de tipo exponencial. Un ordenador, de momento, solo es capaz de llevar a cabo mejor y más rápidamente algunas de las tareas que realiza el cerebro, como el cálculo, la organización de tareas o el manejo de información gráfica. Sin embargo, es razonable aceptar que los ordenadores superarán muchas de las capacidades humanas en pocos años. Cuando los ordenadores lleguen a aprender a aprender de forma eficiente habrá un salto, que algunos científicos han llamado singularidad, y del que han augurado que puede dar lugar a cambios excepcionales que actualmente no somos capaces de prever.

 

Explique en qué consiste la llamada telepatía digital.

La telepatía digital es la comunicación directa entre cerebros a distancia con apoyo tecnológico. En una investigación reciente, en la que ha participado la Facultad de Psicología de la UB, hemos demostrado que es posible que los cerebros se comuniquen a distancias de miles de kilómetros de forma directa, con un sujeto emisor equipado con un BCI y un sujeto receptor equipado con un CBI.

 

¿Deberíamos temer que esto se generalizara?

Ante los avances de la ciencia y de la tecnología, creo que solo hay una opción viable, que es asumir las ventajas y luchar enérgicamente para minimizar los inconvenientes. La comunicación directa entre cerebros, como muchos otros avances tecnológicos que están a punto de llegar, nos obligará a elaborar nuevas respuestas legislativas y criterios éticos de utilización.

 

De su conferencia se desprende que, en un futuro no muy lejano, el uso generalizado de las tecnologías de conexión entre cerebros y computadoras abrirá nuevas posibilidades a las interrelaciones humanas. ¿Cree que ello podría suponer, por ejemplo, una oportunidad para mejorar el tratamiento de algunas enfermedades mentales o para reparar daños cerebrales?

La opción de poder introducir información en el cerebro de forma directa —sin pasar por los órganos de los sentidos— que está implícita en el concepto de CBI abre las puertas a poder intervenir sobre el cerebro mediante un ordenador y sistemas de estimulación cerebral. Esta tecnología apenas está en pañales; pero tiene un gran potencial en diversas aplicaciones, como la mejora cognitiva y la modificación de patrones funcionales cerebrales alterados en trastornos como la epilepsia, la depresión, el ictus o el trastorno obsesivo-compulsivo.