Hallado en ámbar en Teruel un nuevo tipo de ʻMantis religiosaʼ primitiva
La revista internacional Cretaceous Research acaba de publicar el descubrimiento de la primera mantis religiosa fósil hallada en España y una de las más antiguas que se conocen en el mundo, según un artículo que tiene como primer autor al profesor Xavier Delclòs, del Departamento de Estratigrafía, Paleontología y Geociencias Marinas y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la UB (IRBio).
La revista internacional Cretaceous Research acaba de publicar el descubrimiento de la primera mantis religiosa fósil hallada en España y una de las más antiguas que se conocen en el mundo, según un artículo que tiene como primer autor al profesor Xavier Delclòs, del Departamento de Estratigrafía, Paleontología y Geociencias Marinas y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la UB (IRBio).
La mantis hallada solo conserva su parte anterior (la cabeza, las patas prensoras para cazar, las patas medias y otras partes del tórax); pero está perfectamente conservada. En concreto, el hallazgo se centra en la mitad anterior de una ninfa que se ha descrito como Aragonimantis aenigma, y se trata de una mantis muy primitiva; por lo que recuerda mucho a las cucarachas, grupo del que surgieron las mantis probablemente al final del periodo anterior, el Jurásico. La mantis proviene del yacimiento de ámbar de San Just, en Utrillas (Teruel), con una datación de unos 105 millones de años (periodo Cretácico).
Las mantis religiosas son muy escasas como fósiles; ya que los insectos depredadores siempre son escasos en los ecosistemas en comparación con insectos que se alimentan de productos vegetales. Estos insectos son muy populares por el curioso comportamiento que tienen las hembras de algunas especies, que decapitan al macho durante la cópula para devorarlo y de esta forma aportar nutrientes para la formación de la puesta.
El nuevo ejemplar es la primera mantis religiosa fósil encontrada en España, aparte de una posible ala suelta hallada en rocas del Montsec que no ha sido investigada todavía. La escasez de fósiles hace que todo ejemplar descubierto sea muy importante para reconstruir la evolución de este grupo tan conocido de insectos; ya que todavía se desconocen muchos aspectos de esta evolución. Se trata, además, de una de las mantis más antiguas conocidas en el mundo. Las más antiguas se han encontrado en Mongolia y son unos 35 millones de años anteriores al ejemplar de Teruel.
En la investigación, han participado expertos de la Universidad de Barcelona, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y la Universidad Complutense, junto a especialistas de Estados Unidos, Francia, Reino Unido y el Líbano. El ejemplar turolense fue hallado en 2010 durante una excavación paleontológica realizada gracias a la financiación de la Diputación General de Aragón y Caja Rural de Teruel, con el apoyo de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, que es la entidad que custodia el hallazgo arqueológico. El estudio describe la mantis turolense y otras dos encontradas en el Líbano y en Myanmar (antigua Birmania), y ha sido desarrollado en el marco de un proyecto español del Ministerio de Economía y Competitividad.