Científicos catalanes buscan nuevas variedades de arroz para luchar contra el caracol manzana y los efectos del cambio climático

Investigadores de la Universidad de Barcelona que participan en el proyecto New commercial EUropean RICE (NEURICE).
Investigadores de la Universidad de Barcelona que participan en el proyecto New commercial EUropean RICE (NEURICE).
Investigación
(26/07/2016)

El aumento de la salinidad por los efectos del cambio climático amenaza el cultivo de arroz en Europa. El proyecto europeo New commercial EUropean RICE (NEURICE), coordinado por la Universidad de Barcelona y en el que participan el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) y el Centro de Investigación en Agrogenómica (CRAG), la cooperativa catalana Cámara Arrocera del Montsià y la empresa catalana de ingeniería IRIS, entre otros socios, quiere conseguir nuevas variedades de arroz tolerantes a la salinidad. Esta propiedad permitiría adaptar el arroz europeo a las condiciones impuestas por el cambio climático sin perder productividad. Además, también serviría para luchar contra el caracol manzana (Pomacea maculata), una plaga que ataca los cultivos y que solo se ha conseguido eliminar inundando los campos de arroz con agua de mar.

 

Investigadores de la Universidad de Barcelona que participan en el proyecto New commercial EUropean RICE (NEURICE).
Investigadores de la Universidad de Barcelona que participan en el proyecto New commercial EUropean RICE (NEURICE).
Investigación
26/07/2016

El aumento de la salinidad por los efectos del cambio climático amenaza el cultivo de arroz en Europa. El proyecto europeo New commercial EUropean RICE (NEURICE), coordinado por la Universidad de Barcelona y en el que participan el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) y el Centro de Investigación en Agrogenómica (CRAG), la cooperativa catalana Cámara Arrocera del Montsià y la empresa catalana de ingeniería IRIS, entre otros socios, quiere conseguir nuevas variedades de arroz tolerantes a la salinidad. Esta propiedad permitiría adaptar el arroz europeo a las condiciones impuestas por el cambio climático sin perder productividad. Además, también serviría para luchar contra el caracol manzana (Pomacea maculata), una plaga que ataca los cultivos y que solo se ha conseguido eliminar inundando los campos de arroz con agua de mar.

 

El cambio climático amenaza el cultivo del arroz

La producción de arroz en Europa, que actualmente abastece las dos terceras partes del arroz consumido en el continente, se ve amenazada por los efectos del cambio climático, como sucede con muchos otros cultivos.

En las cuencas mediterráneas, el cambio climático provoca un incremento de las temperaturas y períodos de sequía más frecuentes y severos que perjudican la calidad del agua y el caudal de los ríos. Todos estos efectos aumentan la salinidad del suelo, lo que afecta de forma negativa a la productividad de los cultivos. El cambio climático provoca también una elevación del nivel del mar, e incrementa aún más la salinización de las zonas costeras, deltas y desembocaduras de ríos donde se cultiva el arroz. «El arroz es uno de los cultivos más sensibles a la salinidad; por ello, si no hacemos nada, dentro de unos cuantos años el arroz y el sector arrocero del Mediterráneo desaparecen», explica Salvador Nogués, profesor del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona y coordinador del proyecto.

El objetivo de NEURICE es obtener variedades de arroz tolerantes a la salinidad y adaptadas a estas zonas, que permitan seguir cultivando el arroz sin perder productividad y mantener el impacto positivo que se deriva de ello en los ámbitos medioambiental, paisajístico y socioeconómico.

El caracol manzana y el Delta del Ebro

En Cataluña, el Delta del Ebro se encuentra amenazado desde hace unos años por una nueva especie invasora con efectos devastadores sobre las cosechas de arroz: el caracol manzana (P. maculata). La alta capacidad reproductiva y la ausencia de depredadores naturales de esta especie han hecho que su expansión por el Delta del Ebro haya sido imposible de detener y que los daños que causa a los cultivos sean cada vez mayores. «Se trata de un problema grave y urgente, porque si no detenemos al caracol manzana en el Delta del Ebro, dentro de poco llegará a las demás zonas arroceras de España y de Europa», reflexiona Salvador Nogués.

Una de las pocas estrategias que ha logrado frenar la presencia del caracol manzana en los campos ha sido inundarlos con agua de mar, aprovechando que esta especie no tolera salinidades elevadas. Desgraciadamente, la salinidad residual después del tratamiento con agua de mar provoca pérdidas en las cosechas que en los peores casos han llegado hasta un 30 % de la producción.

Asimismo, se está estudiando sembrar el arroz en seco para evitar parcialmente los daños causados por el caracol manzana, que se dan sobre todo al inicio del cultivo, pero se ha visto que la aplicación de esta técnica en el Delta del Ebro requiere de variedades tolerantes a la salinidad, ya que de lo contrario la semilla muere por exceso de sal. Por lo tanto, en Cataluña, el proyecto NEURICE no solo quiere ofrecer una solución para adaptar las variedades de arroz a los efectos del cambio climático, sino que además permitirá luchar contra la plaga de P. maculata.

Incorporar la tolerancia a la salinidad propia de variedades tropicales

En Asia ya existen algunas variedades tropicales de arroz altamente tolerantes a la salinidad, pero que no se pueden cultivar en climas mediterráneos y no son comercialmente viables. Recientemente, se ha descubierto que la tolerancia a la salinidad de estas variedades tropicales asiáticas se explica por la presencia de un pequeño segmento cromosómico llamado Saltol. Para incorporar esta tolerancia a la salinidad a las variedades comerciales europeas, se utilizarán técnicas tradicionales de mejora vegetal, no transgénicas: «Se trata de hibridar con técnicas de cruce clásico variedades asiáticas resistentes a la salinidad con variedades locales de cada uno de los países participantes en el proyecto, hasta conseguir variedades totalmente adaptadas a cada zona, pero altamente tolerantes a la salinidad», explica Xavier Serrat, investigador de la Universidad de Barcelona que también participa en el proyecto. «Un experto —continúa Serrat— puede tardar hasta doce años en conseguir una nueva variedad de arroz comercial; nosotros pretendemos obtener un mínimo de doce variedades europeas resistentes a la salinidad en los cuatro años que durará el proyecto».

Las variedades tolerantes a la salinidad, ¿serán tan buenas como las actuales?

Estudiar el comportamiento de las nuevas variedades es una de las tareas importantes del proyecto. Las primeras pruebas se realizarán en cultivos hidropónicos en invernaderos, un entorno que permite evaluar el grado de tolerancia a la salinidad de las nuevas variedades de forma controlada y más efectiva y rápida que en condiciones de campo.

Una vez identificadas las líneas más tolerantes a la salinidad, se probarán durante dos años consecutivos en los arrozales de los deltas del Ebro (España), del Po (Italia) y del Ródano (Francia), a partir de 2018. Estas variedades se cultivarán en campos con salinidad y sin salinidad para comparar la producción y el comportamiento agronómico.

Las variedades tolerantes a la salinidad que superen los ensayos de campo serán registradas y comercializadas para que los productores de arroz de estas zonas puedan continuar cultivándolo en áreas con salinidad elevada.

Sobre el proyecto NEURICE

El proyecto NEURICE está financiado por el programa Horizonte 2020 a través de la convocatoria Retos sociales - Seguridad alimentaria, agricultura sostenible, investigación marina y marítima y bioeconomía. Se trata de un proyecto de cuatro años (2016-2020) que busca encontrar nuevas líneas varietales que permitan mejorar la producción, la estabilidad y la calidad de la producción europea de arroz.

El proyecto promueve la investigación colaborativa entre expertos de diversos campos: biotecnología, fisiología vegetal, desarrollo agronómico, sistemas de control de salinidad y electrofisiología y señalización celular.