Ignasi Puigdellívol: «Cuando se trabaja bien la inclusión en la escuela, la calidad docente se incrementa por fuerza»

Ignasi Puigdellívol,  catedrático del Departamento de Didáctica y Organización Educativa en la Universidad de Barcelona.
Ignasi Puigdellívol, catedrático del Departamento de Didáctica y Organización Educativa en la Universidad de Barcelona.
Entrevistas
(22/06/2016)

La Generalitat de Cataluña ha reconocido recientemente el máster de Educación Inclusiva. Políticas, Prácticas y Apoyo a una Educación para Todos, de la Universidad de Barcelona, como curso de especialización para el profesorado, con efectos retroactivos aplicables desde su inicio, en el curso 2014-2015. «Existen otros másteres en el ámbito de la inclusión —comenta Ignasi Puigdellívol, director del máster— pero con una orientación tan marcadamente escolar, dirigido a maestros de educación especial, de integración, este es pionero en Cataluña».

Ignasi Puigdellívol, educador y profesor en diferentes instituciones vinculadas a la educación especial desde 1972, y catedrático del Departamento de Didáctica y Organización Educativa en la Universidad de Barcelona, nos da a conocer el máster de Educación Inclusiva por medio del perfil de los profesionales que se matriculan en él, el perfil del alumnado que deberán atender, el perfil de la organización escolar para la que tendrán que trabajar sus titulados, y los beneficios —al menos cualitativos— que hoy por hoy ya se pueden constatar en la sociedad en general.

 

Ignasi Puigdellívol,  catedrático del Departamento de Didáctica y Organización Educativa en la Universidad de Barcelona.
Ignasi Puigdellívol, catedrático del Departamento de Didáctica y Organización Educativa en la Universidad de Barcelona.
Entrevistas
22/06/2016

La Generalitat de Cataluña ha reconocido recientemente el máster de Educación Inclusiva. Políticas, Prácticas y Apoyo a una Educación para Todos, de la Universidad de Barcelona, como curso de especialización para el profesorado, con efectos retroactivos aplicables desde su inicio, en el curso 2014-2015. «Existen otros másteres en el ámbito de la inclusión —comenta Ignasi Puigdellívol, director del máster— pero con una orientación tan marcadamente escolar, dirigido a maestros de educación especial, de integración, este es pionero en Cataluña».

Ignasi Puigdellívol, educador y profesor en diferentes instituciones vinculadas a la educación especial desde 1972, y catedrático del Departamento de Didáctica y Organización Educativa en la Universidad de Barcelona, nos da a conocer el máster de Educación Inclusiva por medio del perfil de los profesionales que se matriculan en él, el perfil del alumnado que deberán atender, el perfil de la organización escolar para la que tendrán que trabajar sus titulados, y los beneficios —al menos cualitativos— que hoy por hoy ya se pueden constatar en la sociedad en general.

 

¿Qué es la escuela inclusiva?

A diferencia de la integración, la inclusión se centra en los cambios que la escuela debe implementar para poder atender bien a todos, también al niño con una discapacidad o el que tiene una cultura diferente. Por ello, este máster tiene dos ramas, los dos cursos de posgrado que lo componen: uno centrado en las dificultades de aprendizaje, y uno más social destinado a la atención a la diversidad. En cualquiera de los dos casos, la perspectiva es la misma: la del maestro que va a la escuela con la misión compleja de dinamizar un proceso transformador, asesorar a los compañeros maestros que tienen niños con características diferentes en sus aulas, conectar con los recursos que ofrece el entorno, etc. En este sentido, el máster viene a cubrir un vacío muy claro.

 

¿Qué perfil tiene el alumnado del máster?

Nosotros lo pensamos inicialmente, y básicamente, para el maestro de educación especial, también llamado maestro de apoyo, maestro de métodos y recursos, o de pedagogía terapéutica. Y sí que hay una parte de los matriculados que tienen interés en trabajar como maestros de educación especial, hacer este acompañamiento o ir a una escuela especial, que también es una salida, pero buena parte de los inscritos —y eso habla muy bien de nuestros estudiantes— son maestros generalistas que piensan que esta formación les será muy útil para atender bien a los niños en clase. El interés de estos inscritos no es solo profesional, no pretende un cambio de estatus, sino que es más personal y altruista: «Con esta formación, cuando tenga un niño autista en la clase, o un niño ciego, tendré más recursos para trabajar con él».

 

¿De qué alumnado hablamos cuando hablamos de inclusión?

No hablamos solo de niños con discapacidades o dificultades de aprendizaje; hablamos también del aspecto social, como en el caso de los niños recién llegados, que tienen un idioma diferente. Hay países en los que, desgraciadamente, la inclusión debe trabajar sobre todo por y para las niñas, porque, como grupo, abandonan muy pronto la escuela o bien ya no tienen acceso a ella. La inclusión tiene ante sí un amplio abanico de actuaciones. En nuestro caso, viviendo en la sociedad occidental, la inclusión debe afrontar los altos índices de fracaso escolar que a veces nos conectan con minorías vulnerables, con la inmigración, con el colectivo gitano. Esta sería la vertiente social que antes comentábamos. Además, la atención a la diversidad también tiene que afrontar dificultades de aprendizaje —de las que tampoco estamos seguros si son del niño o provocadas por el mal funcionamiento del sistema— y las diferentes discapacidades.

 

¿Cuál es el elemento clave, si los hay, de la inclusión?

Una de las claves que intentamos transmitir muy claramente a nuestros alumnos es la colaboración entre el maestro y el maestro de apoyo, así como la capacidad, la habilidad de apoyar sin constreñir, atendiendo y entendiendo cómo ve, cómo vive las cosas el alumno.

Además, las diferentes tipologías de los alumnos que puedan necesitar apoyo hacen que entren en juego especialidades muy diferentes.

 

¿Cómo atiende esta diversidad el máster?

El máster es muy ambicioso en este sentido. Si tuviera que mencionar una característica diferenciadora sería el equipo docente, porque es muy potente. Colaboran profesores de la Universidad de Barcelona especializados en maltrato infantil, en asesoramiento a las familias, en inmigración, en autismo, en dificultades con las matemáticas y en tecnología aplicada al apoyo educativo. Pero también hemos ido a buscar los mejores expertos de otras universidades como la UOC, la UdL y la UdG —especializados en trastorno del lenguaje, en prevención de la violencia de género, discapacidad intelectual o problemas de conducta— y de entidades como la ONCE, Aspasim, el Centro de Recursos Educativos para Deficientes Auditivos (CREDA), el Centro de Educación Especial Guru (especializado en trastorno del espectro autista), o la Unidad de Técnicas Aumentativas de Comunicación (UTAC).

 

¿Qué beneficios aporta la inclusión a todos los alumnos de la escuela?

Cuando se trabaja bien la inclusión en la escuela, la calidad docente se incrementa por fuerza. Enseñar a niños que aprenden «a pesar del maestro» no es muy difícil, pero si tienes un niño con síndrome de Down en clase y quieres que lea, como maestro deberás activar unos recursos que a la larga irán bien para todos los niños. Eso lo he visto aquí y en otros lugares cuando he asesorado en temas de integración. Quiero decir que ya es una realidad. Hay una segunda realidad, a la que yo le doy mucha importancia a pesar de que no todo el mundo la valore igual, y es la actitudinal. La inclusión nos acostumbra a vivir con personas de todo tipo y a saber que la vida no es sencilla para todos, y que hay niños que tienen limitaciones más complejas que las que podamos tener nosotros, y saberlos incluir en nuestro día a día, invitarles el día de nuestro cumpleaños, etc., es una tarea social que tiene un alto valor. Pero claro, tampoco queremos descuidar otros aspectos más cuantitativos.

Sobre este tema se han hecho varias investigaciones, y en estos momentos se está terminando una, precisamente de una profesora del máster, basada en la experiencia de escuelas de toda Cataluña, en colaboración con el Departamento de Enseñanza. Analiza la relación entre el grado de inclusión de los centros y el rendimiento académico de sus alumnos. Las investigaciones precedentes en otros países acababan diciendo que no hay diferencias significativas en este sentido, pero solo medían la inclusión teniendo en cuenta el número de niños con discapacidad en el centro. En cambio, en este caso, la investigación se ha hecho a partir de un cuestionario a través del cual se detecta el nivel real de inclusión del centro. Debo decir, sin embargo, que en este caso tampoco hemos detectado diferencias significativas.

 

¿En ningún sentido?

Los hay que afirman encontrar una relación positiva entre inclusión y rendimiento académico. De todos modos, la mayoría no detecta una correlación significativa entre ambas cosas. Lo que sí podemos afirmar con rotundidad es que ninguna de las investigaciones realizadas hasta ahora ha concluido que el rendimiento del aula baje cuando sus alumnos se forman en inclusión.