¿Por qué hago un doctorado? Vuelven las Jornadas de Investigadores Predoctorales Interdisciplinarias

Cerca de cuatrocientos investigadores en formación participaron en la quinta edición de las JIPI.
Cerca de cuatrocientos investigadores en formación participaron en la quinta edición de las JIPI.
Académico
(13/02/2017)

«Las grandes innovaciones, las hacéis los jóvenes»: con estas palabras el rector de la Universidad de Barcelona, Joan Elias, alentó a los investigadores en formación que el pasado 9 de febrero participaron en la quinta edición de las Jornadas de Investigadores Predoctorales Interdisciplinarias (JIPI). Este es el principal encuentro de doctorandos de todos los ámbitos del conocimiento de Cataluña y está organizado por y para investigadores predoctorales de universidades y centros y sociedades de investigación catalanas.

Cerca de cuatrocientos investigadores en formación participaron en la quinta edición de las JIPI.
Cerca de cuatrocientos investigadores en formación participaron en la quinta edición de las JIPI.
Académico
13/02/2017

«Las grandes innovaciones, las hacéis los jóvenes»: con estas palabras el rector de la Universidad de Barcelona, Joan Elias, alentó a los investigadores en formación que el pasado 9 de febrero participaron en la quinta edición de las Jornadas de Investigadores Predoctorales Interdisciplinarias (JIPI). Este es el principal encuentro de doctorandos de todos los ámbitos del conocimiento de Cataluña y está organizado por y para investigadores predoctorales de universidades y centros y sociedades de investigación catalanas.

 

«Para no cerrarme puertas»

Entre los investigadores en formación de la UB que han presentado su trabajo en las JIPI, Amilcar Vargas explicó la investigación que desarrolla en la Facultad de Geografía e Historia sobre participación social en la gestión de bienes arqueológicos del patrimonio mundial. Vargas afirma que optó por el doctorado para tener la posibilidad de hacer carrera académica y «no cerrarme las puertas por falta del título de doctor», pero reconoce el alto grado de incertidumbre una vez finalice estos estudios, el próximo año. Su objetivo es que los resultados de esta investigación «puedan cambiar las políticas públicas», y que sea posible «aplicarlos a la gestión de los yacimientos de mi país, México».

 

«Para continuar la carrera académica»

Por su parte, Lucía Puebla, quien hace poco más de seis meses inició el programa de doctorado en Construcción y Representación de Identidades Culturales impartido en la Facultad de Filología, recuerda que escogió doctorarse porque siempre le ha apasionado la literatura, y el doctorado le pareció una «muy buena opción para continuar mi carrera académica». Optó por la UB por el apoyo de su tutora y por «la oferta de líneas de investigación y la apuesta por la innovación». También opina que falta apoyo y reconocimiento institucional al doctorado, especialmente en el campo de las humanidades y las ciencias sociales.

 

La oportunidad de formarse y trabajar al mismo tiempo

Sergio Posada, Oriol Lamiel y Alberto Figueroba están en la fase final de su doctorado en el programa de Química Teórica y Modelización Computacional de la Facultad de Química. Para Sergio Posada, el doctorado da la oportunidad «de investigar y trabajar a la vez que nos seguimos formando», lo cual «es difícil de encontrar en otros trabajos». Posada afirma que «es alentador saber que hay universidades fuera de España que consideran que los doctores que salimos de la UB somos buenos». Sin embargo, respecto a las incertidumbres y condiciones de futuro de la carrera investigadora, reconoce que sería bueno «que este reconocimiento lo tuviéramos por parte de nuestros propios gobernantes».

 

«Ahora me toca a mí aportar algo a la ciencia»

Para Oriol Lamiel, que está escribiendo la tesis, el doctorado «es un cambio: pasas de estudiar lo que ha hecho otra gente a ser tú el que haces una investigación, a ser tú el que vas abriendo camino en ese campo, y eso es una realización personal importante». «Después de todo lo que ha aportado otra gente a lo largo de la historia —añade Lamiel—, ahora me toca a mí aportar algo a la ciencia». A pesar de esta buena disposición, el investigador reconoce que a menudo es necesario perder mucho tiempo en burocracia, lo que resta tiempo a la investigación.

 

«El doctorado es muy vocacional»

Por su parte, Alberto Figueroba, también en la fase final de sus estudios, afirma que «el doctorado es muy vocacional: quien lo escoge debe tener muy claro que es eso lo que quiere hacer. Pero una vez hecho se sentirá muy recompensado». Para él, el doctorado es «la culminación de la formación a lo largo de toda la vida».

Los jóvenes investigadores coinciden en la voluntad de continuar su carrera investigadora en la Universidad de Barcelona o en otros centros de investigación. Como recordó el rector Joan Elias en cuanto al relevo generacional de la Universidad, «la crisis ha dejado un panorama desolador, y ahora que estamos en un proceso de construcción de nuestra identidad, los jóvenes investigadores tiene un papel clave».