Descubierto el fósil humano más occidental del Pleistoceno medio en el continente europeo

El cráneo de Aroeira supone una contribución muy importante al conocimiento de la evolución humana durante el Pleistoceno medio en Europa y el origen de los neandertales.
El cráneo de Aroeira supone una contribución muy importante al conocimiento de la evolución humana durante el Pleistoceno medio en Europa y el origen de los neandertales.
Investigación
(14/03/2017)

Un equipo internacional de paleontólogos dirigido por el profesor João Zilhão, de la Universidad de Barcelona, ha hallado un fósil de cráneo humano —descubierto en la gruta de Aroeria (Portugal) y datado hace unos 400.000 años— que aumenta de forma significativa la diversidad conocida en esta estapa de la evolución humana.

 

Este fósil, designado como Aroeira 3, abre un nuevo marco de referencia en paleontología; en concreto, en el estudio de la aparición de los rasgos morfológicos para conocer la evolución humana a lo largo de la etapa clave en la que, a partir de los Homo erectus ancestrales, surgieron los neandertales y el hombre moderno.

 

El cráneo de Aroeira supone una contribución muy importante al conocimiento de la evolución humana durante el Pleistoceno medio en Europa y el origen de los neandertales.
El cráneo de Aroeira supone una contribución muy importante al conocimiento de la evolución humana durante el Pleistoceno medio en Europa y el origen de los neandertales.
Investigación
14/03/2017

Un equipo internacional de paleontólogos dirigido por el profesor João Zilhão, de la Universidad de Barcelona, ha hallado un fósil de cráneo humano —descubierto en la gruta de Aroeria (Portugal) y datado hace unos 400.000 años— que aumenta de forma significativa la diversidad conocida en esta estapa de la evolución humana.

 

Este fósil, designado como Aroeira 3, abre un nuevo marco de referencia en paleontología; en concreto, en el estudio de la aparición de los rasgos morfológicos para conocer la evolución humana a lo largo de la etapa clave en la que, a partir de los Homo erectus ancestrales, surgieron los neandertales y el hombre moderno.

 

El nuevo descubrimiento paleontológico, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, ha sido realizado por un equipo científico del Centro de Arqueología de la Universidad de Lisboa (UNIARQ), en el marco de las excavaciones arqueológicas desarrolladas desde 1987 bajo la dirección del investigador ICREA João Zilhão (UB), del Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas (SERP) de la Universidad de Barcelona. Desde el año 2013, en dicho equipo investigador también participan otros expertos del SERP de la UB. También son autores destacados del descubrimiento los expertos Joan Daura (UNIARQ y SERP-UB), y Juan Luis Arsuaga, Montserrat Sanz, Maricruz Ortega y Elena Santos (Universidad Complutense de Madrid), entre otros.

 

El fósil, que procede de la base de la secuencia estratigráfica del yacimiento de la gruta de Aroeira, se encontró asociado a restos de fuego (hueso quemado) y de la fauna cazada por los habitantes de la cueva, así como a abundantes herramientas de sílex y cuarcita entre las que abundaban los bifaces (hachas de mano). Gracias a la aplicación del método de series de uranio, la datación de este cráneo ha sido mucho más precisa que la de los demás fósiles de esta época.

 

Tal como explica el profesor João Zilhão, «el fósil Aroeira 3 pertenece a la cultura achelense, originada en África hace más de un millón de años, pero de la que no existen vestigios en Europa hasta hace menos de 500.000 años». Junto con los restos de la Sima de los Huesos (Atapuerca) y de Tautavel (Francia), «el cráneo de Aroeira representa a una de las primeras poblaciones achelenses de Europa».

 

«En este contexto —continúa Zilhão— el cráneo Aroeira 3 es un descubrimiento de gran importancia. La combinación de rasgos que se observa en Aroeira 3 es única, y aumenta de forma significativa la diversidad conocida. Esta etapa de la evolución humana habrá sido, por lo tanto, un proceso mucho más complejo de lo que hasta ahora se pensaba».

En conclusión, «cada vez resulta más evidente que, con base en los rasgos diagnósticos, no es posible discriminar “tipos” o “especies” en esta fase de la evolución humana. Por lo tanto, todo apunta al hecho de que, hace 500.000 años, la humanidad constituía ya una sola especie, aunque mucho más diversa que hoy en día», remata Zilhão.