Els Vespres dʼHivern de este año seducen a más de 1.600 personas

Pavvla: «Fue mágico, uno de esos días que recordaremos siempre».
Pavvla: «Fue mágico, uno de esos días que recordaremos siempre».
(30/03/2017)

Una vez más, la afluencia de público al ciclo de conciertos Els Vespres de la Universidad de Barcelona ha superado con creces las expectativas. La edición de invierno de este año ha cautivado a más de un millar y medio de personas. «Els Vespres ya son una cita ineludible en la oferta cultural de Barcelona y suponen una apuesta indiscutible de la Universidad por la cultura en general y, muy especialmente, por los nuevos talentos musicales», constata Lourdes Sesma, responsable del ciclo y jefa de la Unidad de Imagen Corporativa y Marketing de la UB. «Además, nos permite abrir las puertas de la institución a la ciudadanía para que los vecinos y vecinas de Barcelona puedan conocer la Universidad, pasear por el Edificio Histórico y sus jardines y visitar un espacio tan emblemático y majestuoso como es el Paraninfo».

 

Pavvla: «Fue mágico, uno de esos días que recordaremos siempre».
Pavvla: «Fue mágico, uno de esos días que recordaremos siempre».
30/03/2017

Una vez más, la afluencia de público al ciclo de conciertos Els Vespres de la Universidad de Barcelona ha superado con creces las expectativas. La edición de invierno de este año ha cautivado a más de un millar y medio de personas. «Els Vespres ya son una cita ineludible en la oferta cultural de Barcelona y suponen una apuesta indiscutible de la Universidad por la cultura en general y, muy especialmente, por los nuevos talentos musicales», constata Lourdes Sesma, responsable del ciclo y jefa de la Unidad de Imagen Corporativa y Marketing de la UB. «Además, nos permite abrir las puertas de la institución a la ciudadanía para que los vecinos y vecinas de Barcelona puedan conocer la Universidad, pasear por el Edificio Histórico y sus jardines y visitar un espacio tan emblemático y majestuoso como es el Paraninfo».

 

Un trampolín singular para artistas emergentes

Ya es una realidad que Els Vespres actúan como trampolín para muchos artistas emergentes. Mireia Madroñero, que se ha encargado de la dirección artística del ciclo, asegura que «se potencia a artistas que, pese al poco recorrido que tienen, defienden un proyecto excepcional y un talento potencial que consigue fidelizar al espectador».

Marina Herlop lo explicaba así: «Es la primera vez que, yendo por la calle, veo mi nombre en un cartel. Creo que Els Vespres serán una muy buena opción para darme a conocer».

Además, como ya es habitual, las invitaciones se han agotado en muy poco tiempo. La cantante y compositora Pavvla aseguraba: «Cuando supe que todas las entradas se habían agotado en menos de doce horas, este se convirtió, automáticamente, en "el concierto". Sabía que sería fantástico».

Joana Gomila, que conocía Els Vespres porque había asistido como público a alguna de las ediciones de verano, confesaba antes de debutar: «Espero estar a la altura de las circunstancias, porque es un ciclo muy consolidado y es un regalo poder tocar aquí. ¡Deseo que por muchos años se pueda seguir haciendo un ciclo tan guapo y hecho con tanto amor!».

 

El Paraninfo, un escenario que enamora

Más allá del aval que suponía la calidad artística y musical de los conciertos programados y la singularidad de todos los artistas que conformaban el cartel, se constata que, en invierno, la opción de trasladar el escenario de las actuaciones al Paraninfo del Edificio Histórico seduce tanto al público como a los músicos.

«El concierto cambia mucho dependiendo del lugar donde lo haces y, por más que la música sea siempre la misma, tocar en el Paraninfo es, simplemente, mágico», aseguraba Pavvla minutos antes de su concierto.

«La semana pasada vine por primera vez a probar el piano, y me impresionó mucho: no había estado aquí antes y no había tocado nunca en un lugar así. Ha sido el concierto más solemne que he hecho hasta ahora. La suntuosidad del lugar, sumada a toda la gente que pudo venir, me imbuyó de una responsabilidad muy grande: un "hoy no se te puede escapar nada"», explicaba, asimismo, Marina Herlop, que se considera muy afortunada de haber podido tocar en Els Vespres: «Lo pensaba los días previos, era consciente de ello mientras tocaba, y todavía lo voy pensando a menudo».

Roger Puig definía así la experiencia: «Creo que no volveré a cantar en un espacio con un techo tan alto. Fue como tocar desde abajo de un acantilado de madera. ¡Vibrante!».

Joana Gomila tampoco había estado antes en el Paraninfo, y explicaba que «el lugar donde tocas es un instrumento más, en el fondo. El Paraninfo es imponente pero a la vez tiene un punto acogedor muy agradable. Estas paredes hablan y, por el tipo de música que venimos a tocar hoy, será mágico», dijo.

 

Un público ávido de conocer las últimas tendencias musicales

Como ya es habitual, el público de Els Vespres se caracteriza por ser heterogéneo, de edades y estilos diferentes, pero todo él comparte el deseo de conocer las últimas tendencias musicales del momento.

Lourdes Sesma se enorgullece de la buena aceptación del ciclo entre el púbico: «Un hecho que constata que Barcelona es una ciudad cultural y musicalmente viva y que la Universidad de Barcelona se convierte en una plataforma importante de promoción cultural».

Mireia Madroñero destaca que la recepción y la acogida del público ha sido inmejorable: «Hemos tenido el Paraninfo lleno todos los días, incluso en el último concierto, en pleno diluvio en Barcelona. Y la reacción ha sido siempre atenta, respetuosa y cálida». «Es un público —dice— que deposita confianza en el criterio de programación, con los oídos abiertos, curioso y con avidez de descubrir propuestas musicales muy interesantes y diversas y disfrutar».

Roger Puig destacaba que él está acostumbrado a conocer a la gente que lo va a ver. «En este caso, sin embargo, no sé quién me vendrá a ver ni cuál será la reacción de la gente ante las canciones que tocaremos y que, seguramente, muchos no conocerán», dijo durante los ensayos.

Pavvla describía la experiencia así: «Teniendo en cuenta que tocábamos para quinientas personas, con todas las entradas agotadas enseguida, era un concierto que tenía muchas ganas de hacer. Estaba muy nerviosa antes de empezar, pero fue mágico, uno de esos días que recordaremos siempre».