Más vale prevenir que curar

Lla Universidad de la Experiencia y la Fundación Agrupació organizaban el acto, que tuvo lugar en el Aula Magna.
Lla Universidad de la Experiencia y la Fundación Agrupació organizaban el acto, que tuvo lugar en el Aula Magna.
Académico
(28/04/2017)

El nivel socioeconómico, una alimentación equilibrada y la calidad del sueño condicionan absolutamente nuestra salud. No es algo nuevo, lo sabemos de sobra; pero probablemente no damos a ninguno de estos tres aspectos la importancia que merecen. Quedó patente ayer, en el Aula Magna del Edificio Histórico de la Universidad de Barcelona, en una mesa de debate organizada por la Universidad de la Experiencia y la Fundación Agrupació, que llevaba por título «La salud, un concepto muy amplio. Hablemos».

Más de un centenar de asistentes interesados en conocer las claves de un envejecimiento saludable pudieron seguir las explicaciones de M.ª Carmen Vidal e Isabel Sánchez, coordinadoras académicas de los programas de Alimentación y Gastronomía y de Ciencias de la Salud de la Universidad de la Experiencia, respectivamente, así como del neurofisiólogo y especialista en medicina del sueño Javier Albares, y luego participaron en un turno abierto de palabras con numerosas intervenciones.
 

Lla Universidad de la Experiencia y la Fundación Agrupació organizaban el acto, que tuvo lugar en el Aula Magna.
Lla Universidad de la Experiencia y la Fundación Agrupació organizaban el acto, que tuvo lugar en el Aula Magna.
Académico
28/04/2017

El nivel socioeconómico, una alimentación equilibrada y la calidad del sueño condicionan absolutamente nuestra salud. No es algo nuevo, lo sabemos de sobra; pero probablemente no damos a ninguno de estos tres aspectos la importancia que merecen. Quedó patente ayer, en el Aula Magna del Edificio Histórico de la Universidad de Barcelona, en una mesa de debate organizada por la Universidad de la Experiencia y la Fundación Agrupació, que llevaba por título «La salud, un concepto muy amplio. Hablemos».

Más de un centenar de asistentes interesados en conocer las claves de un envejecimiento saludable pudieron seguir las explicaciones de M.ª Carmen Vidal e Isabel Sánchez, coordinadoras académicas de los programas de Alimentación y Gastronomía y de Ciencias de la Salud de la Universidad de la Experiencia, respectivamente, así como del neurofisiólogo y especialista en medicina del sueño Javier Albares, y luego participaron en un turno abierto de palabras con numerosas intervenciones.
 

«La salud es mucho más que la ausencia de enfermedad»

La profesora Sánchez puso de relieve que el concepto de salud es muy amplio y que es difícil llegar a un acuerdo sobre qué significa estar sano. Explicó que la percepción de la salud es muy subjetiva y que a menudo depende de una cuestión cultural y, en algunos casos, incluso simbólica.

Centrándose en la vertiente más biológica de la salud, remarcó que la perspectiva de género también es significativa: «Los hombres y las mujeres no vivimos igual y el ritmo de vida es diferente en cada caso. La doble o triple jornada de la mujer y el exceso de responsabilidades nos pasa mucha factura y nos produce malestar».

También destacó que la situación socioeconómica de cada individuo tiene un papel importante. «Creemos que aquí, en Barcelona, no hay desigualdades socioeconómicas, y no es cierto: sí las hay. Los estudios concluyen que el riesgo de desarrollar enfermedades no es el mismo para la población de Pedralbes que para la de Ciutat Vella».
 


«La obesidad es tan perjudicial como el tabaco»

La Dra. Vidal, catedrática de Nutrición y Bromatología, centró su intervención en la importancia que tiene la alimentación en nuestra vida: «Hoy en día se sabe que, aunque hay factores genéticos y del entorno que condicionan la salud, si queremos ser personas saludables, es crucial llevar un buen estilo de vida y, sobre todo, seguir una dieta alimentaria equilibrada».

Vidal puso de relieve que, si bien antiguamente las enfermedades relacionadas con la alimentación normalmente las causaba la desnutrición, en el siglo XXI hay muchas más patologías relacionadas con el exceso de alimentación que con el déficit alimentario, y alertó sobre los riesgos que conlleva la obesidad, que ya afecta a mil millones de personas en todo el mundo: «Es un factor de riesgo en la aparición de muchas enfermedades graves (apnea del sueño, hipertensión, diabetes, infertilidad...) y, aunque no nos lo parezca, es tan perjudicial como el tabaco».

El progreso ha modificado nuestro estilo de vida y nos ha abocado a unos hábitos más sedentarios, explicó Vidal: «Como consecuencia de ello, la actividad física, que es uno de los tres factores que condicionan el gasto calórico diario de las personas —además del metabolismo basal (la energía que consumen las funciones básicas, como el latido del corazón) y la termogénesis (la energía empleada para mantener la temperatura corporal)—, se ha visto muy reducida. Eso nos obliga, necesariamente, a reducir la ingesta de alimentos».

Además, Vidal destacó que no hay dietas milagrosas y que hay que comer de todo, pero que es imprescindible ajustar las cantidades a las necesidades calóricas de cada uno. «Somos lo que comemos, y tendremos más o menos probabilidades de sufrir enfermedades dependiendo de qué alimentación seguimos», concluyó.

 

«En términos de salud, el sueño ha sido el gran olvidado»

El experto en medicina del sueño Javier Albares comenzó su intervención lamentando que, cuando se habla de salud, el sueño es el gran olvidado: «Siempre se dice que hay que comer bien y hacer actividad física, pero rara vez se destaca la importancia de dormir bien». Según Albares, «la mala fama del sueño viene de lejos, desde la Revolución Industrial, en la que, por intereses, se empezó a relacionar el hecho de dormir con perder el tiempo. Y aún hoy en día hay algún anuncio publicitario que desprecia el sueño diciendo que es de cobardes».

También alertó a los asistentes de las consecuencias de dormir mal: «Una sociedad que no duerme bien es una sociedad enferma, irritable, poco creativa, poco empática, con problemas de atención y de concentración, y que tiende a la impulsividad», y dio algunos consejos básicos que favorecen el sueño: regular al máximo los horarios de acostarse y de levantarse; dormir las horas necesarias; no hacer actividad física, ni comer, ni utilizar dispositivos móviles justo antes de acostarse; tener luz natural de día y luz muy cálida y tenue por la noche; no tomar estimulantes, y restringir el uso de la cama (exclusivamente para dormir cuando tenemos sueño).

Además, recordó que las necesidades de sueño varían con la edad, y dijo que en la tercera edad, normalmente, se modifica el ritmo circadiano: aparece el síndrome del anticipo del sueño (la gente mayor tiene sueño antes y se levanta antes), y aumentan las veces en que nos despertamos durante la noche. «El sueño es más fraccionado, y es recomendable hacer alguna siesta durante el día», indicó.

Finalmente, Albares mencionó alguna de las ochenta enfermedades del sueño tipificadas (insomnio, apneas, síndrome de las piernas inquietas, narcolepsia, etc.) y puso de relieve que la mayor parte son tratables, pero que es imprescindible un buen diagnóstico.

En el turno de preguntas, en el que los asistentes participaron masivamente, se llegó a la conclusión de que se incide mucho en la información (todo el mundo conoce la teoría) pero muy poco en la formación. Los tres expertos coincidieron en reclamar que se den las herramientas necesarias para que la población se conciencie y adquiera unos buenos hábitos saludables.