El catedrático Ciril Rozman dona al CRAI la colección completa de la obra ʻMedicina internaʼ, de Farreras-Rozman

Ciril Rozman en el CRAI Biblioteca del Campus Clínic, donde se exhibe su donación.
Ciril Rozman en el CRAI Biblioteca del Campus Clínic, donde se exhibe su donación.
Académico
(27/06/2017)

En 1929 nació la versión en castellano de Grundriss der inneren Medizin, el tratado de medicina interna fundado por Alexander von Domarus. Esta traducción fue el origen de la obra Medicina interna, de Pere Farreras Valentí y Ciril Rozman (Elsevier), que se ha convertido en tratado de referencia para la enseñanza de la medicina en España y Latinoamérica. Ahora, Ciril Rozman, que fue catedrático de Patología y Clínica Médicas de la Universidad de Barcelona, ha donado al CRAI la colección completa de esta obra.

Ciril Rozman en el CRAI Biblioteca del Campus Clínic, donde se exhibe su donación.
Ciril Rozman en el CRAI Biblioteca del Campus Clínic, donde se exhibe su donación.
Académico
27/06/2017

En 1929 nació la versión en castellano de Grundriss der inneren Medizin, el tratado de medicina interna fundado por Alexander von Domarus. Esta traducción fue el origen de la obra Medicina interna, de Pere Farreras Valentí y Ciril Rozman (Elsevier), que se ha convertido en tratado de referencia para la enseñanza de la medicina en España y Latinoamérica. Ahora, Ciril Rozman, que fue catedrático de Patología y Clínica Médicas de la Universidad de Barcelona, ha donado al CRAI la colección completa de esta obra.

La donación, que se exhibe en el CRAI Biblioteca del Campus Clínic, consta de tres ediciones del tratado de von Domarus en alemán, dieciocho ediciones de la obra Medicina interna en castellano y una en catalán, así como seis ediciones del Compendio en castellano, además de una edición en catalán y una en portugués.

Entre las obras expuestas se encuentra la primera traducción al castellano, de 1929, de Grundriss der inneren Medizin, realizada por el médico y veterinario Pere Farreras Sampera, padre de Pere Farreras Valentí. El hijo, Farreras Valentí, volvió a editar la obra años después, y la amplió hasta los dos volúmenes actuales.

Ciril Rozman comenzó en 1954 a colaborar en esta obra, de la que ha sido director desde 1968 a 2016, año de la última publicación del tratado. A partir de ahora, el nuevo director es Francesc Cardellach, actual decano de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, que ha participado en la edición de la obra durante los últimos quince años. Este es uno de los poco tratados de referencia que perviven en papel, y según Rozman, una de las claves para ello es su extensión, ya que «los libros de más de dos volúmenes mueren».

En esta obra participan actualmente cerca de quinientos colaboradores expertos en las distintas materias. «Los colaboradores tienen bastante libertad y, como editores, procuramos que no haya incoherencias con otras partes del libro y también que respeten la lengua». No obstante, el Compendio «tiene la huella propia de mis opiniones, no siempre respeto la de los colaboradores», explica Rozman.

Entre las diversas ediciones, en la de 1959 hay una dedicatoria de Farreras Valentí a Rozman, que además de ser su discípulo, fue su médico de cabecera, amigo y sucesor en la Cátedra de Patología y Clínica Médicas en Salamanca (1967), así como en la dirección de la Escuela de Hematología en la Universidad de Barcelona (1969).

 

¿Cómo ha evolucionado la medicina?

Según Rozman, la medicina no ha evolucionado de forma «simétrica». Para él, una de las disciplinas más complejas es la psicología: «Mientras no descubramos la base física del pensamiento abstracto, estaremos en los prolegómenos de la prehistoria de la psicología», afirma Rozman, quien da por hecho que aún tardaremos un siglo para descubrirlo.

Para él, «el último gran descubrimiento de la anatomía del cerebro fue el que hizo Ramón y Cajal en 1889, cuando demostró que la estructura del cerebro no era reticular —como defendía Golgi—, sino que existían neuronas individuales que se conectaban entre sí: se pasó de la estructura reticular a la neuronal». Respecto a las demás materias, Rozman destaca el avance en la endocrinología y la hematología gracias a que «sus constantes se pueden monitorizar de forma permanente». Otras disciplinas también han avanzado mucho, como la cardiología: «Tengo un paciente al que hace poco le hicieron un cambio de la válvula aórtica sin abrirle el tórax, mediante una sonda introducida por la arteria femoral. Aunque no se trata de un cambio en la esencia del ser humano, es un avance impresionante para la medicina».

Como médico internista de vocación, Rozman afirma estar «convencido de que el internista debe volver con fuerza». Él sigue en activo como médico, además de estar vinculado a la investigación como promotor del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras. El experto también defiende que «un catedrático de medicina necesita hacer tres cosas: docencia, investigación y asistencia», a lo que añade: «Yo, la docencia que más he hecho, es a distancia a través de este libro».

Exposición virtual sobre la obra de Ciril Rozman