Retirada una red de pesca de unos cien metros de longitud de los fondos marinos de Blanes

La red de pesca recuperada, de cien metros de longitud y unos quinientos kilogramos de plomada.
La red de pesca recuperada, de cien metros de longitud y unos quinientos kilogramos de plomada.
Investigación
(26/07/2017)

Una red de pesca abandonada, de cien metros de longitud y unos quinientos kilogramos de plomada, fue retirada de los fondos marinos de Blanes el viernes 21 de julio, en una acción coordinada por la Dirección General de Pesca y Asuntos Marítimos del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (DARP), en la que participaron expertos de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona, la Unidad Acuática de los Mossos, la Cofradía de Pescadores de Blanes y la entidad medioambiental S'Agulla.

 

La red de pesca recuperada, de cien metros de longitud y unos quinientos kilogramos de plomada.
La red de pesca recuperada, de cien metros de longitud y unos quinientos kilogramos de plomada.
Investigación
26/07/2017

Una red de pesca abandonada, de cien metros de longitud y unos quinientos kilogramos de plomada, fue retirada de los fondos marinos de Blanes el viernes 21 de julio, en una acción coordinada por la Dirección General de Pesca y Asuntos Marítimos del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (DARP), en la que participaron expertos de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona, la Unidad Acuática de los Mossos, la Cofradía de Pescadores de Blanes y la entidad medioambiental S'Agulla.

 

Una operación de rescate a dos millas náuticas de la costa

Esta red —un arte de cerco— fue descubierta por los miembros de S'Agulla en octubre de 2016, y se encontraba encajada en una barra rocosa con coralígeno a cuarenta metros de profundidad, a dos millas náuticas de la costa. «La profundidad a la que se encontraba la red fue una de las principales dificultades técnicas de la operación», explica el profesor Bernat Hereu (UB-IRBio), uno de los participantes en la operación. «Para recuperarla, todos los submarinistas usaron botellas de inmersión con mezcla de gases, e hicieron paradas largas de descompresión, que es obligada si bajas tanto».

El utensilio de pesca fue despegado del fondo con cuidado para evitar dañar las especies bentónicas y el lecho marino durante el proceso de extracción. Según los expertos, todo indica que la red no había estado mucho tiempo en el fondo marino antes de que se recibiera aviso de su existencia. La principal amenaza de esta red para la vida marina era el colapso y el efecto de ahogamiento que estaba ejerciendo sobre el coralígeno, una de las comunidades biológicas más sensibles de los ecosistemas marinos. Después de transportarla al puerto de Blanes, la red se depositó en los contenedores de gestión específicos que hay distribuidos en los puertos pesqueros de Cataluña para facilitar una gestión correcta de las redes de pesca una vez terminada su vida útil.


La pesca fantasma que amenaza la biodiversidad marina

Las redes y otros utensilios de pesca que se abandonan o se pierden en los fondos marinos son una amenaza constante para la vida en el mar. Como la actividad pesquera en los océanos es cada vez mayor —y también la durabilidad de los materiales de pesca—, esta problemática afecta a mares y océanos de todo el mundo. Durante años, las redes perdidas pueden continuar capturando organismos —es la llamada pesca fantasma— y generar un impacto negativo en los ecosistemas oceánicos (en especial, en peces y organismos bentónicos). En paralelo, pueden llegar a ser un riesgo potencial para la seguridad de la navegación y las actividades marítimas. En el Mediterráneo, un mar con una destacada actividad pesquera, el impacto de las artes de pesca perdidas o abandonadas es cada vez más significativo.


Preservar los ecosistemas marinos con un protocolo de acciones

Luchar contra la pesca fantasma y reducir el impacto medioambiental de los caladeros antirreglamentarios y las redes de pesca extraviadas en el mar son los objetivos del protocolo científico que están elaborando el DARP y la UB. Este protocolo, el primero que se desplegará en el ámbito catalán, detallará las actuaciones que es necesario impulsar ante esta problemática, a fin de preservar los ecosistemas marinos y mejorar el estado de los recursos marinos directamente relacionados con la pesca y otros sectores económicos (actividades recreativas, submarinismo, etc.).

En este contexto, la recuperación de la red hundida en el litoral de Blanes, que ha integrado a todos los actores implicados, será un nuevo referente para avanzar en la definición de las bases del futuro protocolo.


                                                                                                          Fotografías: Bernat Hereu (UB-IRBio)