El desafío de vivir en altitud geográfica: de las cimas más altas a los grandes observatorios astronómicos

Más de 100 millones de personas habitan en localidades de todo el mundo que superan los 2.500 metros.
Más de 100 millones de personas habitan en localidades de todo el mundo que superan los 2.500 metros.
Investigación
(29/11/2017)

No hay que hacer la cima del Everest para sufrir alguna de las formas de mal de altura, un grupo de patologías de riesgo variable que no es exclusiva del himalayismo. Más de 100 millones de personas habitan en localidades de todo el mundo que superan los 2.500 metros, y cada vez hay más personas desplazadas a grandes altitudes por motivos de ocio o de trabajo. Desde el leve y pasajero mal agudo de montaña, hasta los edemas cerebrales o pulmonares de altura —potencialmente letales—, existe un abanico de patologías relativamente frecuentes causadas por la hipoxia a grandes altitudes, que son una amenaza para la salud y la calidad de vida de las personas que viven en altitud geográfica.

 

Más de 100 millones de personas habitan en localidades de todo el mundo que superan los 2.500 metros.
Más de 100 millones de personas habitan en localidades de todo el mundo que superan los 2.500 metros.
Investigación
29/11/2017

No hay que hacer la cima del Everest para sufrir alguna de las formas de mal de altura, un grupo de patologías de riesgo variable que no es exclusiva del himalayismo. Más de 100 millones de personas habitan en localidades de todo el mundo que superan los 2.500 metros, y cada vez hay más personas desplazadas a grandes altitudes por motivos de ocio o de trabajo. Desde el leve y pasajero mal agudo de montaña, hasta los edemas cerebrales o pulmonares de altura —potencialmente letales—, existe un abanico de patologías relativamente frecuentes causadas por la hipoxia a grandes altitudes, que son una amenaza para la salud y la calidad de vida de las personas que viven en altitud geográfica.

 

Estudiar el impacto de la altura en la salud humana, potenciar el progreso de la medicina y la fisiología de altura, y consolidar una red internacional de expertos son los principales objetivos de la Red Iberoamericana de Medicina y Fisiología de Altura (ALTMEDFIS), dirigida de 2013 a 2016 por el catedrático de la Facultad de Biología Ginés Viscor, y reconocida ahora por el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED) como una de las acciones más destacadas de 2017.

De las minas a gran altura al reto de hacer un 8.000

La medicina de altura es una disciplina con una proyección significativa en actividades muy diversas (explotación minera, observación astronómica, seguridad y control fronterizo, montañismo, esquí, turismo, etc.). La red ALTMEDFIS, integrada por más de 150 expertos de diecisiete grupos de investigación del ámbito iberoamericano, ha potenciado el compromiso de las instituciones académicas en la formación de expertos en fisiología y medicina de altura. La red se ha convertido en un referente internacional en este ámbito de la biomedicina, y ha contribuido a establecer las bases de la formación internacional de posgrado en este campo. En esa línea destaca el máster de Medicina en Entornos Hostiles y Catástrofes de la UB, con contenidos relacionados tanto con la medicina de montaña y de expediciones como con las situaciones de crisis humanitaria.

Varias tesis doctorales, artículos y publicaciones científicas sobre la medicina de altura avalan la trayectoria investigadora desplegada por los miembros de la red. Tal como explica Ginés Viscor, catedrático del Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de la UB y coordinador de la ALTMEDFIS, «son cientos de profesionales los que han tenido la oportunidad de aprender de grandes expertos internacionales en las actividades de formación».


Una red decisiva para mejorar el sistema de salud en los países andinos

De 2013 a 2016, gracias a la financiación del programa CYTED y a colaboraciones privadas y de las universidades implicadas, ALTMEDFIS ha organizado actividades de formación en países como Brasil, Colombia, Bolivia, Chile y Perú, en el marco de un ambicioso programa de seminarios, talleres, jornadas y estancias de investigadores para potenciar la vigilancia de la salud y promover las medidas preventivas que evitan las patologías asociadas a la altura.

Destaca, por ejemplo, la implicación para mejorar las condiciones laborales del personal que trabaja en el radiotelescopio ALMA, en el llano de Chajnantor, una infraestructura de investigación astronómica ubicada en el desierto de Atacama (Chile), a más de 5.000 metros de altitud. También en Chile, la red ha contribuido a crear el Centro de Medicina de la Altura de la Universidad de Antofagasta, una entidad que generará conocimiento científico en beneficio de los sectores público y privado. En este país andino, ALTMEDFIS ha sido decisiva para elaborar la nueva normativa del Ministerio de Salud, que obliga al personal sanitario a recibir formación especializada sobre medicina de altura. En Bolivia, las autoridades sanitarias también han aprobado las directrices aportadas por la red —extensibles a todos los países del área andina— para abordar las patologías derivadas de vivir de forma permanente a gran altitud.


CYTED: potenciando el desarrollo científico y tecnológico en los países iberoamericanos


El Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED) es una iniciativa impulsada por los gobiernos de los países iberoamericanos para potenciar la capacidad de desarrollo tecnológico promocionando la colaboración científica, la transferencia de conocimiento y el intercambio de científicos y tecnólogos entre grupos de I+D+i de los países miembros. Cabe recordar que, entre las acciones destacadas de 2017 por el CYTED, también sobresalen temáticas como la recuperación de metales de los residuos industriales, el diseño de sistemas solares térmicos de concentración, el desarrollo de moléculas de interés biomédico para producir antídotos contra venenos de serpiente, y el uso sostenible de los recursos marinos.

 

 

Fotografías: Ginés Viscor y Teresa Pagès (Facultad de Biología - Universidad de Barcelona)