La Universidad de Barcelona, la primera de Cataluña en número de voluntarios

Christian Bassas, de 21 años, cursa segundo de Estudios Literarios.
Christian Bassas, de 21 años, cursa segundo de Estudios Literarios.
Entrevistas
(26/01/2017)

La implicación del alumnado universitario en las causas sociales está en aumento. Así lo indica el IV Estudio sobre Voluntariado Universitario de la Fundación Mutua Madrileña, que señala la Universidad de Barcelona como tercera institución universitaria del Estado —y la primera de Cataluña— con más estudiantes dedicados al voluntariado. El primer lugar lo ocupa la Universidad de Santiago de Compostela, y el segundo, la de Málaga. Entre las tres, suman 8.371 voluntarios.

Eloisa Gil y Christian Bassas son dos de estos voluntarios. Ella cursa tercero de Psicología y él, segundo de Estudios Literarios. Su compromiso con el voluntariado viene de lejos. Antes de aterrizar en la Universidad de Barcelona ya habían participado en diferentes llamadas solidarias: «Recogía medicamentos para el Banco Farmacéutico, colaboraba con escuelas para enseñar a los niños a través del juego... Hacía cosas así que pudiera combinar sin problemas con los estudios. Porque, como se suele decir, muchos pocos hacen un mucho, ¿verdad?», explica Christian. Eloisa, por su parte, también había colaborado con estudiantes con necesidades especiales y había hecho estancias de ámbito internacional relacionadas con la educación y el ocio.

Ambos coinciden en que no siempre es fácil compatibilizar el voluntariado con los estudios. «Si tienes un horario caótico, lo veo difícil. Realmente solo recomiendo acudir como voluntario o voluntaria a una llamada si se tiene tiempo e interés, porque si no...», dice Christian. «Verdaderamente, no es fácil, y más cuando también lo tienes que combinar con el trabajo, pero cuando algo te gusta, intentas sacar tiempo de donde se pueda», añade Eloisa. Y se nota que a ambos les gusta, y mucho. Hablamos con ellos de su participación en proyectos de voluntariado impulsados ​​desde la Universidad y de las experiencias vividas. Experiencias que, según afirman, han supuesto un aprendizaje extraordinario, tanto desde la vertiente académica como desde la personal.

 

Christian Bassas, de 21 años, cursa segundo de Estudios Literarios.
Christian Bassas, de 21 años, cursa segundo de Estudios Literarios.
Entrevistas
26/01/2017

La implicación del alumnado universitario en las causas sociales está en aumento. Así lo indica el IV Estudio sobre Voluntariado Universitario de la Fundación Mutua Madrileña, que señala la Universidad de Barcelona como tercera institución universitaria del Estado —y la primera de Cataluña— con más estudiantes dedicados al voluntariado. El primer lugar lo ocupa la Universidad de Santiago de Compostela, y el segundo, la de Málaga. Entre las tres, suman 8.371 voluntarios.

Eloisa Gil y Christian Bassas son dos de estos voluntarios. Ella cursa tercero de Psicología y él, segundo de Estudios Literarios. Su compromiso con el voluntariado viene de lejos. Antes de aterrizar en la Universidad de Barcelona ya habían participado en diferentes llamadas solidarias: «Recogía medicamentos para el Banco Farmacéutico, colaboraba con escuelas para enseñar a los niños a través del juego... Hacía cosas así que pudiera combinar sin problemas con los estudios. Porque, como se suele decir, muchos pocos hacen un mucho, ¿verdad?», explica Christian. Eloisa, por su parte, también había colaborado con estudiantes con necesidades especiales y había hecho estancias de ámbito internacional relacionadas con la educación y el ocio.

Ambos coinciden en que no siempre es fácil compatibilizar el voluntariado con los estudios. «Si tienes un horario caótico, lo veo difícil. Realmente solo recomiendo acudir como voluntario o voluntaria a una llamada si se tiene tiempo e interés, porque si no...», dice Christian. «Verdaderamente, no es fácil, y más cuando también lo tienes que combinar con el trabajo, pero cuando algo te gusta, intentas sacar tiempo de donde se pueda», añade Eloisa. Y se nota que a ambos les gusta, y mucho. Hablamos con ellos de su participación en proyectos de voluntariado impulsados ​​desde la Universidad y de las experiencias vividas. Experiencias que, según afirman, han supuesto un aprendizaje extraordinario, tanto desde la vertiente académica como desde la personal.

 

¿Por qué decidisteis hacer voluntariado universitario?

Christian: Siempre me ha gustado ayudar en la medida de mis posibilidades y saber que lo que haces es útil para otras personas. Además, los estudios también me lo permitían. Al hacer clases por la tarde, tenía las mañanas libres y pensé que, mientras buscaba trabajo, ¿por qué no podía echar una mano al mismo tiempo que ganar experiencia en algunas tareas? Así que me lo miré y adelante.

Eloisa: En mi caso, desde la experiencia como trabajadora en el ámbito de la inserción sociolaboral, siempre me ha interesado el trabajo con diferentes colectivos por la diversidad y la integración social, con el objetivo de intentar hacer desaparecer la marginación y la exclusión social y el riesgo de caer en ella. Creo firmemente que una buena herramienta para ello es la educación a todos los niveles.

 

¿Cuál fue vuestra primera colaboración con Voluntariado UB?

Christian: Vi anunciada la campaña «Recicla Cultura» que se hacía por Sant Jordi en el Edificio Histórico y me llamó la atención, ya que con los libros me paso horas, y pensé que podría estar bien. Así que me apunté y realmente no me defraudó: fue una experiencia muy gratificante. Teníamos un estand solidario donde exponíamos libros que la gente nos daba y los vendíamos sin precio. El objetivo era recaudar dinero para financiar cursos de alfabetización y lengua para personas recién llegadas a Cataluña. Esto hacía que los libros pasaran a ser libros solidarios, es decir, más simbólicos que otra cosa, ya que cada persona daba lo que creía conveniente y se llevaba los que quería. ¡Nos encontramos que había quien daba hasta 50 euros o más! La verdad es que me pareció una idea fenomenal.

Eloisa: Junto con una compañera de la Facultad, participé como voluntaria en el Programa de política social y acceso a la universidad, haciendo de mentora de un grupo de tres alumnos de primero de ESO del Instituto Joan Salvat Papasseit (un chico paquistaní y dos chicos árabes). Fue una experiencia muy enriquecedora y entrañable. Les dábamos apoyo personal y en las tareas escolares. Veías cómo se esforzaban por mejorar y alcanzar los objetivos, te transmitían el agradecimiento, tanto de su parte como de las familias, y colaboraban en todo lo que se les proponía. Se notaba que tenían ganas. Sentían mucha curiosidad por la universidad y les facilitamos información de los diferentes itinerarios a los que podían acceder. ¡Para ellos era algo grande, eso de poder llegar a la universidad! Uno quería ser médico, el otro abogado y el tercero dudaba si le gustaba la arquitectura. Tenían mucho potencial e ilusión, aunque también se preguntaban si, una vez llegaran, se podrían hacer cargo de los gastos universitarios.

 

Estas, sin embargo, no son vuestras únicas experiencias como voluntarios. ¿Es verdad lo que dicen de que el voluntariado engancha?

Christian: Sí. Ahora estoy en Voluntariado UB con una beca de colaboración, ¡y estoy aprendiendo muchísimo! Lo que hacemos en Voluntariado UB es poner en contacto a la comunidad universitaria con las entidades para que echen una mano en las necesidades que estas puedan tener. Cuando acabe la beca, tengo claro que seguiré haciendo voluntariado porque, además de ser satisfactorio, se aprenden muchas cosas. Madre mía, ¡si al menos la mitad de alumnos fuera a visitar alguna de las entidades!

Eloisa: A mí, desde el Programa de política social y acceso a la universidad, me han espoleado para seguir vinculada en el futuro con el proyecto, y lo haré. Recibes una compensación muy valiosa en forma de agradecimiento y admiración mutuos (tanto para mí como voluntaria como para las personas con las que haces las tareas); además, es divertido y muy útil como método de aprendizaje para adquirir experiencia en muchos campos.

 

Uno de los objetivos de la universidad, especialmente la pública, es el retorno que debe hacer a la sociedad. En este sentido, ¿qué papel tiene el voluntariado universitario?

Christian: Creo que las acciones de voluntariado suponen un retorno más real a la sociedad. De la universidad —al igual que de las escuelas y los institutos previamente— deben salir personas formadas en los ámbitos más actuales para saber afrontar y resolver los problemas que vayan surgiendo en la sociedad, a la vez que esta progresa. ¿Y qué mejor que conocer todo tipo de problemas, por más marginales que sean? Si te encierras en un mundo académico en el que solo ves personas, con más o menos dificultades que tú, que consiguen sacarse una carrera con esfuerzo y dedicación, y luego pasan al mercado laboral, también con más o menos dificultades que tú, solo tendrás esa visión del mundo. Pero si eres capaz de dar un paso adelante que te lleve fuera de este edificio y las instituciones relacionadas, y además, dejando de lado cualquier tipo de prejuicio, podrás ver cada vez más una serie de desigualdades que, si no te han afectado de manera directa, posiblemente no te has planteado la importancia que tienen. Solo se puede conseguir una verdadera resolución de conflictos y un progreso que tenga en cuenta a todos cuando se conocen todos los factores y no se deja nada de lado.

Eloisa: Precisamente, muchas actividades que se impulsan desde la Universidad son de colaboración con sectores en riesgo, tanto a escala social como educativa, de salud, etc. En definitiva, necesidades de ayuda de diferentes tipos. El voluntariado es una forma de compartir, impartir y reintegrar los conocimientos de unos y otros a la sociedad, para hacerla más estable, equitativa, fuerte y culta.

 

Por último, ¿recomendaríais a otros compañeros la experiencia de hacer voluntariado?

Eloisa: Sin dudarlo. Cuando colaboras con el bienestar de los demás, obtienes una recompensa personal que es difícil de explicar si no la sientes tú misma. También es una forma de crecer y abrir el abanico profesional, ya que participas en diferentes programas y proyectos, cada uno con sus tareas y singularidad, comprendes otras realidades y tienes la oportunidad de adentrarte en distintos caminos donde vas descubriendo cosas que te gustan y te motivan, y creas así tu propio árbol de conocimientos.

Christian: Sí. Las acciones de voluntariado, por pequeñas que sean, sirven para aumentar la visión propia del entorno, concienciar —tanto a uno mismo como a los que te rodean— y, además, actuar. Y, quién sabe, tal vez ayudando descubres una vocación que inicialmente ni te habías planteado.