Las universidades europeas abordan el sesgo de género con nuevas propuestas

En la Universidad de Barcelona las mujeres representan el 62 % de los estudiantes de grado y de máster universitario, y el 58 % en el caso del personal investigador en formación.
En la Universidad de Barcelona las mujeres representan el 62 % de los estudiantes de grado y de máster universitario, y el 58 % en el caso del personal investigador en formación.
Institucional
(07/03/2018)

La experiencia acumulada o el contexto que nos rodea son algunas de las causas del sesgo implícito en nuestra toma de decisiones, que hacen que no seamos neutrales. Las universidades no están exentas de este proceso, que puede influir en momentos relevantes de la carrera, como en la contratación, la promoción o la asignación de financiación para la investigación, lo que obstaculiza la progresión de las mujeres en las carreras académicas.

En la Universidad de Barcelona las mujeres representan el 62 % de los estudiantes de grado y de máster universitario, y el 58 % en el caso del personal investigador en formación.
En la Universidad de Barcelona las mujeres representan el 62 % de los estudiantes de grado y de máster universitario, y el 58 % en el caso del personal investigador en formación.
Institucional
07/03/2018

La experiencia acumulada o el contexto que nos rodea son algunas de las causas del sesgo implícito en nuestra toma de decisiones, que hacen que no seamos neutrales. Las universidades no están exentas de este proceso, que puede influir en momentos relevantes de la carrera, como en la contratación, la promoción o la asignación de financiación para la investigación, lo que obstaculiza la progresión de las mujeres en las carreras académicas.

En este contexto, la Liga de Universidades Europeas de Investigación (LERU) ha publicado un documento que analiza los principales procesos y áreas en los que se produce este sesgo de género, y que da una serie de recomendaciones para afrontar el problema. El documento es el resultado del trabajo del grupo temático sobre género de la LERU, en el que participan como representantes de la UB las profesoras Anna Villarroya, de la Facultad de Biblioteconomía y Documentación, y Núria Pumar, de la Facultad de Derecho.

Las profesoras presentaron a la comunidad UB los resultados de este trabajo en el acto principal del Día Internacional de la Mujer en la Universidad de Barcelona, que presidió el rector, Joan Elias, y que tuvo lugar el lunes 5 de marzo. Además, las diferentes facultades acogerán diversos actos con motivo de esta jornada reivindicativa.

Recomendaciones clave para responder al sesgo implícito de género

El documento de la LERU argumenta y evidencia que el sesgo implícito de género está presente en muchos ámbitos académicos. Respecto a las condiciones laborales, las mujeres tienen una representación insuficiente en los niveles superiores, así como una remuneración inferior, y ocupan puestos de trabajo a tiempo parcial o con contratos precarios. Otro aspecto es el sesgo en los mecanismos de selección y reconocimiento, como el que aparece en el modo de anunciar las ofertas laborales, en el funcionamiento de los comités de selección y o en el mismo lenguaje de las evaluaciones. También identifica el sesgo en los procesos de financiación de la investigación.

«Tenemos que conseguir que la meritocracia no siga un patrón androcéntrico, y para cambiarlo, hay que cambiar la cultura de la institución», afirman las investigadoras de la UB. «En algunos casos, las medidas podrían ser sencillas de implementar, como incluir un documento sobre sesgo de género en las informaciones que se entregan a los comités de selección», afirman las autoras.

Las recomendaciones de la LERU inciden en los siguientes aspectos:

-    La necesidad de que las instituciones controlen regularmente y evalúen si sus procesos organizativos son susceptibles de producir un acceso potencialmente sesgado a los recursos. La necesidad, igualmente, de tener un plan de mitigación de cualquier forma de sesgo identificada.

-    Ofrecer formación sobre sesgo de género en varios formatos, incluida la posibilidad de formación anónima.

-    Los procesos de contratación y/o financiación deben ser tan abiertos y transparentes como sea posible y basados en los méritos. Ello incluye adoptar medidas para informar a los comités de selección sobre problemas de sesgo de género, o la posibilidad de que participen en ellos evaluadores externos.

-    Supervisión de posibles prejuicios  o preferencias en el uso del lenguaje utilizado durante los procesos de contratación.

-    Las universidades deben analizar y tomar medidas para eliminar la brecha salarial y controlar su progreso.

-    Los trabajadores recibirán una compensación por el permiso de paternidad o maternidad, sin ningún tipo de sesgo; por ejemplo, ampliando su contrato a fijo, o computando la baja administrativa como de servicio activo, etc.

-    Supervisar la precariedad contractual y la contratación a tiempo parcial por diferencias de género, y corregir cualquier desigualdad .

-    Emprender acciones positivas para una representación adecuada de las mujeres en todas las posiciones de liderazgo, y asegurarse de que el liderazgo y los procesos que lo rodean están libres de cualquier prejuicio o preferencia .


¿Qué es el sesgo implícito?

El sesgo es un proceso cognitivo que se puede definir como el procesamiento distorsionado de la información bajo la influencia del contexto y la experiencia acumulada. En términos generales, significa que actuamos basándonos en esquemas internos, que usamos para que nuestra labor de procesamiento de la información sea eficaz y manejable.

Sin embargo, los pequeños cortes cognitivos útiles en este proceso nos pueden engañar, dado que tienden a prestar más atención a aquella información que confirma nuestras expectativas y menos a todo lo que la contradice, introduciendo sesgos. El sesgo se puede encontrar en muchas situaciones cotidianas, y de hecho existen muchos problemas y situaciones específicas que están influenciados por el sesgo, como la identidad étnica, la raza, la edad, o el género. En muchos de casos se pueden producir también efectos de este tipo por la intersección de todos estos elementos.

En el documento de la LERU, el término sesgo implícito se utiliza para dar a entender que los seres humanos no son neutrales en su juicio y comportamiento, sino que tienen asociaciones y preferencias (o aversiones) basadas en experiencias, sin ser conscientes de ello.

El documento está liderado por la responsable del grupo de género de la LERU y catedrática de la Universidad de Heildeberg, Jadranka Gvozdanovic , y está dirigido a todos los responsables de la gobernanza de las universidades y de las organizaciones que financian la investigación, así como a líderes y responsables políticos, y a todos los miembros de la comunidad científica y la sociedad en general.


Datos de género en la UB


En la Universidad de Barcelona las mujeres representan el 62 % de los estudiantes de grado y de máster universitario, y el 58 % en el caso del personal investigador en formación. La distribución por enseñanzas no es homogénea y, en concreto, el ámbito de las ingenierías sigue siendo el que presenta un porcentaje menor de mujeres.

Las mujeres son mayoría en 47 de los 65 estudios de grado de la UB. Concretamente, del total de las enseñanzas de grado —sin tener en cuenta las dobles titulaciones—, 38 tienen más de un 62 % de estudiantes mujeres, lo que suma cerca de 24.000 estudiantes. Los 27 grados restantes tienen un porcentaje de mujeres inferior a la media de la UB (62 %). Estas enseñanzas suman cerca de 19.000 estudiantes.

La carrera con más representación femenina, con el 96 % del alumnado, es la de Maestro de Educación Infantil. Entre las carreras de ciencias y ciencias de la salud con más presencia femenina destacan Enfermería (84 %), Ciencias Biomédicas (78 %), Psicología (77 %), Farmacia (75 %) y Medicina (70 %). También cabe destacar Bellas Artes con un 74% de mujeres.

Tradicionalmente, las mujeres se han decantado por los estudios de las áreas de humanidades, salud y educación, mientras que han demostrado menos predisposición a acceder a carreras puramente técnicas. Y es en este ámbito donde aparecen más diferencias. En las seis ingenierías que se ofrecen en la UB, los porcentajes oscilan entre el 11 % de presencia femenina en Ingeniería Informática y el 61 % en Ingeniería Biomédica. Aparte de las ingenierías, los estudios con menos mujeres son Geografía (26 %), Física (26 %), Economía (29 %), Historia (30 %) y Matemáticas (30 %).

Ahora bien, cuando comienza la etapa de doctorado y se inicia la carrera de investigación con las primeras becas destinadas a ello, la media de mujeres baja hasta el 58 % entre los investigadores en formación.

Concluido el doctorado es cuando la evolución ya empieza a asumir la tendencia inversa: a medida que analizamos categorías más altas de personal docente e investigador, los hombres se convierten en mayoría. Sin embargo, desde 2012 la proporción de mujeres en el personal docente e investigador ha aumentado en un 1,6 %, llegando al 45,1 % de mujeres en 2017.

Si se analiza la categoría de catedrático, el mayor nivel dentro de la carrera académica, se constata que las mujeres representan actualmente un 19,6 % de estos puestos en la UB. Comparando este dato con el del año 2012, cuando había en la Universidad un 21,6 % de catedráticas, se observa una disminución del 9,3 % en la proporción de mujeres. En términos absolutos, las mujeres catedráticas han pasado de 128 a 94, aunque hay que tener presente que el número total de catedráticos a lo largo del mismo periodo también se ha reducido, en un 19,2  %. De todos modos, la situación inicial —de acceso a la Universidad— se invierte con creces cuando consideramos el final de la carrera académica.
 

Trabajando por un nuevo plan de igualdad

El 30 de noviembre de 2017 se constituyó la nueva Comisión de Igualdad de la Universidad de Barcelona, que actualmente está trabajando en el Tercer plan de igualdad de la UB. Entre los objetivos principales de esta Comisión se encuentra el de promover la sensibilización y la formación de la comunidad universitaria incorporando la perspectiva de género en la docencia y la investigación, o colaborando con otras entidades para diseñar proyectos conjuntos en materia de igualdad y no discriminación, otro de los objetivos que la Comisión persigue.

Para tener un buen diagnóstico, la UB también está recogiendo datos relacionados con el sexo de los candidatos, miembros de los tribunales y ganadores de las plazas de profesorado en la UB, en la línea de las recomendaciones del documento presentado por la LERU.