Ramon Alemany: «La internacionalización es fundamental para la carrera profesional de nuestros estudiantes»

«Nosotros tenemos que luchar, desde todas las ciencias sociales, para hacer que nuestra investigación se perciba como útil para la sociedad.»
«Nosotros tenemos que luchar, desde todas las ciencias sociales, para hacer que nuestra investigación se perciba como útil para la sociedad.»
Entrevistas
(11/05/2018)

El actual decano de la Facultad de Economía y Empresa, el catedrático Ramon Alemany, ha ocupado anteriormente varios cargos de gobierno universitario, entre los que cabe mencionar tres vicerrectorados y la dirección del Instituto de Formación Continua IL3-UB. Es miembro del Grupo de Innovación Docente de Análisis de Datos en Economía y Empresa e investigador del Grupo de Investigación Consolidado de Riesgo en Finanzas y Seguros. Ha asumido el Decanato de la Facultad en un momento marcado, como él mismo explica, por la falta de financiación, lo que impide el relevo de las plantillas en las universidades catalanas. Alemán analiza en esta entrevista la actualidad del centro y explica las últimas innovaciones en la oferta académica de una Facultad que tiene la internacionalización como uno de sus ejes principales.

«Nosotros tenemos que luchar, desde todas las ciencias sociales, para hacer que nuestra investigación se perciba como útil para la sociedad.»
«Nosotros tenemos que luchar, desde todas las ciencias sociales, para hacer que nuestra investigación se perciba como útil para la sociedad.»
Entrevistas
11/05/2018

El actual decano de la Facultad de Economía y Empresa, el catedrático Ramon Alemany, ha ocupado anteriormente varios cargos de gobierno universitario, entre los que cabe mencionar tres vicerrectorados y la dirección del Instituto de Formación Continua IL3-UB. Es miembro del Grupo de Innovación Docente de Análisis de Datos en Economía y Empresa e investigador del Grupo de Investigación Consolidado de Riesgo en Finanzas y Seguros. Ha asumido el Decanato de la Facultad en un momento marcado, como él mismo explica, por la falta de financiación, lo que impide el relevo de las plantillas en las universidades catalanas. Alemán analiza en esta entrevista la actualidad del centro y explica las últimas innovaciones en la oferta académica de una Facultad que tiene la internacionalización como uno de sus ejes principales.

 

¿Cuál es el reto más importante que tiene actualmente la Facultad?

Se repite mucho, el rector lo dice continuamente: el tema de los recursos humanos, el envejecimiento del profesorado y el relevo generacional (que también afecta mucho al personal de administración y servicios). En otros ámbitos se discute sobre si con la robótica perderemos o ganaremos puestos de trabajo; pero la universidad con robots no funcionará. Necesitamos personas que sigan dando las clases, que continúen investigando. Por lo tanto, se deben buscar mecanismos para afrontar el relevo generacional y poder rejuvenecer las plantillas, dotarlas oportunamente —porque han ido reduciéndose— e ir incorporando nuevo talento. La Facultad ha hecho una política de captación de talento en los últimos años: ha ido a buscar gente al mercado de trabajo en economía, al mercado de jóvenes doctores, para ir incorporando profesorado desde una perspectiva abierta, de alcance internacional, no endogámica. El objetivo es conseguir una buena incorporación de docentes, de unos docentes que sean competentes, por ejemplo, en lengua inglesa, para poder seguir internacionalizando la Facultad. Pero necesitamos recursos para poder continuar haciéndolo. Y ese es el reto fundamental. Debemos ayudar a la Universidad de Barcelona, ​​como un todo, para que la financiación mejore y las políticas del profesorado se puedan reactivar.

También hay cuestiones más internas de la Facultad. Debemos velar por el mantenimiento y la expansión de algunas estructuras de gestión propias que forman parte de los ejes vertebradores de la actividad del centro, como son, entre otras, la Oficina de Relaciones Internacionales y las carreras profesionales. La internacionalización, la movilidad internacional y el contacto con empresas e instituciones son fundamentales para garantizar que la formación de nuestros estudiantes sea competitiva en el mundo que se nos abre.

 

¿Cómo afrontar esta formación de los futuros profesionales que ahora estudian en esta Facultad?

Los futuros profesionales que se forman en esta Facultad han de abordar problemas que se producen, sobre todo, por la globalización y la revolución tecnológica. El mercado laboral actual es fruto de una globalización sin fronteras. Antes buscábamos trabajo en el entorno de casa, porque nuestra cultura hace que aquí seamos más de la tierra, más de la familia, y que nos cueste más movernos. Pero el trabajo estará allí donde lo encontremos. Seremos útiles allí donde nos necesiten, y no necesariamente al lado de casa. Eso en otros lugares del mundo ya es así, sobre todo en América del Norte, donde las personas nacen en un estado, estudian en otro y terminan trabajando en un tercero.

Los nuevos profesionales deberán saber idiomas, haber tenido experiencia en otros países, estar abiertos a moverse. Por lo tanto, la internacionalización es fundamental para la carrera profesional de nuestros estudiantes. Y el contacto con la realidad, el contacto con las empresas, también. El emprendimiento, la capacidad de adaptación, no consiste en esperar a que te vengan a buscar, sino a superar tú los problemas. Y nosotros tenemos que poder dar a los alumnos las herramientas para que afronten ese contexto. Por otra parte, la revolución tecnológica nos obligará a estar siempre atentos como profesionales, siempre dispuestos a aprender cosas nuevas, a adaptarnos a la realidad.

Además, los retos de la distribución de los recursos fruto del envejecimiento de la población, la precariedad laboral entre los jóvenes, las situaciones de pobreza extrema, etc., también obligarán a los nuevos profesionales a tener una perspectiva más social de sus conocimientos económicos y empresariales, y a la colaboración entre economistas y sociólogos.

 

¿Cómo se traduce en la política del centro que la internacionalización sea un elemento clave?

Tenemos muchas enseñanzas en inglés, y cada vez ofrecemos más: el grado de Empresa Internacional totalmente en inglés, un itinerario completamente en inglés en ADE, y el máster de Economía en inglés, que ha tenido el reconocimiento de la acreditación de excelencia en la dimensión de internacionalización por parte de la AQU. Este año ha empezado el máster Global Markets, Local Creativities (GLOCAL), un Erasmus Mundus que coordina la Universidad de Glasgow. Y el próximo curso comenzará el máster de Empresa Internacional, también totalmente en inglés.

Por otra parte, está la movilidad. Nuestros estudiantes, tanto de grado como de máster, deben moverse, deben afrontar unos mercados laborales sin fronteras. Y eso ocurre para que vayan fuera y aprovechen los programas Erasmus Mundus de movilidad y los convenios específicos para ir a otros países fuera de la Unión Europea. En la Facultad estamos haciendo un análisis en profundidad de los convenios de movilidad que tenemos firmados con otras universidades. Tratamos de cancelar aquellos convenios que no tienen movilidad (¿qué sentido tiene un convenio con una universidad si finalmente no va nadie y no viene nadie de allí?). Y vamos cambiando los que cancelamos por convenios nuevos con universidades que puedan ser más atractivas, por ejemplo, porque estén mejor posicionadas en los rankings. También estamos haciendo un análisis de universidades que puedan ser de calidad pero que sean de otros ámbitos geográficos, como el este de Europa, con costes más bajos para los estudiantes que los de la Europa más occidental. Igualmente, tratamos de incrementar convenios con países de Asia.

Por lo tanto, llevamos a cabo acciones para que la estructura de convenios de movilidad vaya cambiando y favorezca la movilidad de los estudiantes. Y eso se va viendo. A esta Facultad siempre la ha caracterizado una gran descompensación entre los estudiantes que vienen y los que se van. Tenemos más de quinientos estudiantes que vienen, pero, en cambio, solo se marchan la mitad. Este año probablemente llegaremos a casi trescientos que se vayan y, por tanto, el desequilibrio entre la entrada y la salida será menor.

 

¿Qué otras medidas están aplicando en el ámbito docente?

Para el próximo curso hemos abordado un cambio en la estructura de los horarios de las asignaturas. Nos hemos planteado, por aspectos docentes y organizativos, presentar una mayor oferta de franjas horarias. El curso próximo tendremos dos franjas de mañana —una que irá de 8.00 a 12.00 h y otra de 12.00 a 16.30 h—, y luego habrá una franja de tarde de 16.30 a 20.30 h. Para los estudiantes que no son de la ciudad de Barcelona, ​​que vienen del Maresme, el Baix Llobregat o el Garraf, tener clase a las ocho y media es muy costoso... Las nuevas franjas facilitarán que dichos estudiantes puedan empezar en horario de mediodía, a partir de las 12.00 h, con un rato para comer, de acuerdo con un horario más europeo. En cambio, los de la ciudad de Barcelona pueden venir a las 8.00 h, y así a las 12.00 h ya están libres de docencia y pueden hacer otras actividades, estudiar, etc. El próximo curso, para las enseñanzas de ADE y de Economía —que son las dos más grandes— tendremos esa posibilidad de ofrecer dos franjas horarias de mañana y una de tarde. En las demás enseñanzas —en los grados de Estadística, Sociología y Empresa Internacional— continuaremos ofreciendo un horario de mañana y, en algún caso, como en el grado de Sociología, también uno de tarde.

En cuanto a los másteres, el próximo curso tenemos un máster oficial nuevo, el máster de Empresa Internacional, que es la continuación del grado de Empresa Internacional. Al igual que el grado, es un máster totalmente en inglés y esperamos que tenga una presencia importante de estudiantes extranjeros. Por otra parte, estamos estudiando otras posibilidades de ofrecer en los próximos cursos académicos algún máster interuniversitario.

 

¿En qué momento se encuentra la investigación de la Facultad?

En el ámbito de la investigación en economía, la posición de la Facultad es muy buena en el conjunto del Estado español. En otros ámbitos, como la empresa y la sociología, también es buena y la tendencia es continuar creciendo. El problema es que tenemos situaciones que nos limitan por cuestiones de recursos. Se va jubilando el profesorado, y no se ha podido incorporar suficiente gente nueva. La investigación tiene unos ciclos de actividad y el momento de la máxima productividad científica no se produce a los sesenta años, sino mucho antes. Si la media de edad del profesorado de la Facultad converge hacia los sesenta años, significa que la productividad científica, evidentemente, comenzará a bajar. Por lo tanto, el envejecimiento del profesorado de la Facultad, de las plantillas, y la imposibilidad de hacer este relevo, nos está castigando. Por otra parte, la entrada de recursos públicos se ha ido reduciendo. Las políticas de financiación de la investigación últimamente parece que solo son para financiar la excelencia o la superexcelencia, pero no para una financiación basal. Con todo, trataremos de seguir luchando en este contexto y para mantener este buen nivel que tenemos.

 

Últimamente se han puesto en marcha varias campañas para hacer más visible la investigación en ciencias sociales.

Son muy importantes. Nosotros tenemos que luchar, desde todas las ciencias sociales, para hacer que nuestra investigación se perciba como útil para la sociedad. Hay otros ámbitos, como la medicina, la biomedicina, la biotecnología, etc., cuya utilidad percibe todo el mundo. Ahora bien, la investigación en ciencias sociales también es necesaria y útil, y por tanto, tenemos que saberla explicar. Saber explicar que nosotros no solo hacemos papers por una cuestión de trayectoria científica, para promocionarnos como investigadores, sino que la investigación que se hace tiene trascendencia. En ese sentido, hemos de ligarnos a otros ámbitos de la ciencia que están haciendo un esfuerzo para dedicar gente especializada a transmitir y divulgar los descubrimientos. Hay que enriquecer el conocimiento de la sociedad a la vez que se dota de valor la investigación que se hace. Cuesta, pero hemos de hacer ese esfuerzo para que realmente se valore nuestro trabajo de investigación y para que, por tanto, la sociedad reclame que nos lleguen más recursos. La misma Unión Europea reclama a los ámbitos sociales que seamos más proactivos en la divulgación y en los aspectos de retorno social de nuestra investigación.

 

¿Cómo es la relación entre la Facultad y el tejido social que le es más cercano?

Mantenemos bastante contacto con colegios profesionales, con entidades sociales, etc. Tenemos el Foro Social y Emprendedor, que este año ha llegado a su séptima edición. Durante una mañana vienen a la Facultad distintas entidades —entre ellas Cáritas, Cruz Roja, etc.— para acercar su actividad a nuestros estudiantes. Mantenemos contactos con todas ellas. Tenemos premios que valoran los trabajos de fin de grado más dirigidos al ámbito social. También existen premios de los colegios profesionales, que deciden poner un tema sobre la mesa y distinguen el mejor trabajo de fin de grado que lo haya abordado. Por lo tanto, los contactos son buenos y esperamos que lo sigan siendo en el futuro.

Para el curso 2018-2019 ofreceremos un plan de estudios sobre economía social en la Universidad de la Experiencia de la UB, y también tenemos los proyectos de crear una nueva mención de Economía Social en el grado de ADE, así como un doble itinerario ADE-Sociología, y tal vez un máster interuniversitario de Economía Social.

 

Finalmente, dígame un rasgo diferencial de esta Facultad.

Es una Facultad muy grande. Se puede pensar que eso es un hándicap, pero nosotros lo vemos positivamente. El hecho de que sea tan grande permite tener una Facultad con muchas enseñanzas, muchos tipos de profesorado, de estudiantes, de actividades: una Facultad ideológicamente muy diversa. Por lo tanto, es una Facultad que da muchas oportunidades de conocimiento, de grados y de líneas de investigación distintos, al tiempo que interrelacionados. Es esa dimensión, también, la que nos permitirá ofrecer el próximo curso tres franjas horarias de clase que ayuden a conciliar la vida familiar y laboral o estudiantil. O la que nos permite tener una oferta de asignaturas optativas en ADE más amplia que en ninguna otra facultad catalana.