La Niña de Fuego
La Niña de Fuego es una obra que combina mi amor por el flamenco con una exploración profunda de temas como la identidad, la resistencia y la transformación. Este proyecto, que incluye una performance en vivo y su representación en video, ha sido una experiencia increíblemente personal y transformadora. Todo comenzó con mi fascinación por la copla «La Niña de Fuego». Esta canción siempre ha resonado conmigo por su capacidad de transmitir emociones tan in-tensas y complejas. La figura de la niña de fuego, con su mezcla de vulnerabilidad y fuerza, me inspiró a experimentar y finalmente crear una obra que evocase estos mismos sentimientos. Desde pequeña, el flamenco ha sido una parte importante de mi vida. Mi abuelo Jaime, que tocaba la guitarra de oído, me cantaba «La Niña de Fuego» cuando era niña. Cada Septiembre en época de vendimia, mientras mi abuelo trabajaba, cantaba una y otra vez el estribillo de “La niña de fuego”, improvisando sobre la estructura que él intuía de memoria. Él era prácticamente analfabeto y a penas tenía medios para registrar o reproducir esta canción. Y así, cantando juntos esta preciosa obra de Manolo Caracol, logró pasar de su boca a la mía. Afortunadamente y tras experimentar mucho he logrado reinterpretarla 20 años más tarde. Esta obra es, en muchos sentidos, un homenaje a esas raíces y a las personas que me han inspirado y acompañado en mi camino artístico. La performance en vivo de «La Niña de Fuego» fue un viaje emocional.
La pieza se centra en mi interpretación como la niña de fuego, utilizando mi voz y mi cuerpo para contar una historia de lucha y transformación. La voz es el eje central, modu-lándose para reflejar diferentes estados emocionales, desde la desesperación hasta la esperanza. Utilicé la vibración del diafragma y movimientos horizontales del cuerpo para crear una conexión visceral con el público. Estos movimientos no son coreográficos en el sentido tradicional, sino expresiones físicas de las emociones que estaba sin-tiendo en ese momento. El estar totalmente estirada, cada respiración, cada vibración, era una forma de comunicar algo.
La tecnología jugó un papel crucial en la performance. Los efectos de sonido crearon un entorno envolvente que interactuaba con mi actuación. Estas herra-mientas no eran solo accesorios, sino partes integrales de la narrativa que ayuda-ban a crear una atmósfera única y poderosa.
El video de «La Niña de Fuego» es una reinterpretación poética de la performance en vivo. Quería que este video capturara la misma intensidad emocional, pero también ofreciera algo nuevo. A través del video, pude manipular elementos visua-les y sonoros de maneras que no son posibles en una actuación en vivo. Desde el primer fotograma, el video busca sumergir al espectador en un mundo cargado de simbolismo y emoción. Utilicé primeros planos y tomas íntimas para crear una conexión más profunda con la audiencia. Cada detalle, desde la luz has-ta el sonido, está diseñado para resonar a nivel emocional. La voz sigue siendo el corazón del video. Sus modulaciones y matices crean una textura sonora rica que envuelve al espectador. Además, la tecnología visual se utiliza para amplificar esta experiencia, con efectos de iluminación y proyecciones que añaden profundidad y contexto a la narrativa. «La Niña de Fuego» es un proyecto que me ha permitido explorar y expresar mu-chas de las emociones y experiencias más profundas de mi vida. A través de la voz y el cuerpo, he podido contar una historia que resuena no solo conmigo, sino con muchas otras personas. Este proyecto ha sido un viaje de autodescubrimiento y transformación, y estoy increíblemente agradecida por la oportunidad de com-partirlo. Espero que esta obra inspire a otros a explorar sus propias historias y emociones, y a encontrar su propia voz en el proceso. La niña de fuego vive en cada uno de nosotros, y a través del arte, podemos encontrar la fuerza y la belleza en nuestras propias luchas y transformaciones.
Aquesta obra s’exposa al Museu Can Framis de la Fundació Vila Casas, del 16 de juny al 20 de juliol de 2025.