Durante la década de los 60s del siglo pasado, el alimoche se extinguió de buena parte de Cataluña y sólo permanecieron unas pocas parejas en áreas más al oeste tocando a Aragón. Durante 1980s, una nueva pareja se estableció un poco más hacia el este y, a partir de 1990s, la especie fue recolonizando poco a poco antiguos territorios y áreas donde no se tenía constancia de haberse observado nunca, como en algunas áreas del centro y este de Cataluña, incrementándose así su población y área de distribución.

Actualmente hay cerca de 30 territorios ocupados en el área de estudio que son monitorizados cada año, poniendo el énfasis en el éxito reproductivo, la dieta, el estado sanitario de los pollos, el marcaje de pollos con emisores GPS y el estudio de la relación entre la especie y los nuevos escenarios cambiantes con los que esta especie debe enfrentarse. Recientemente se han estudiado varios aspectos de la ecología de la especie, como su distribución en relación con los vertederos (ver estudio 1), una nueva metodología basada con isótopos estables para determinar su dieta (ver estudio 2), los componentes moleculares y contaminantes relacionados con la supervivencia y estado sanitario de los pollos (ver estudios 3 y 4) y un análisis de viabilidad de esta población (ver estudio 5). Todo este conocimiento e información debería servir per implementar medidas de conservación efectivas no sólo para la población de alimoche en Cataluña sino también para otras poblaciones amenazadas o en regresión.

Este año, como resultado de la pandemia de la Covid-19, hemos tenido muchas dificultades para realizar un seguimiento de la población de alimoche con toda normalidad, de manera que no hemos podido prospectar todos los territorios potenciales de la misma manera. Sin embargo, se ha podido determinar que de los 24 territorios que se han podido prospectar, 15 parejas se han reproducido con éxito, uno fracasó y de los otros territorios no se dispone de suficiente información para asegurar si la especie se reprodujo. La productividad de este año fue de 1,25 pollos por pareja, lo que puede considerarse una buena productividad para esta población. La mala noticia fue la desaparición de una pareja en un territorio “tradicional”. Este hecho se produjo después de la muerte de los pollos de una pareja cercana el año pasado a causa de los rodenticidas (ver la noticia relacionada). Por el contrario, se descubrieron dos nuevas parejas en el sector oriental del área de distribución, corroborando así la expansión de esta población.

Este programa de seguimiento e investigación está realizado por el Equipo de Biología de la Conservación de la Universidad de Barcelona y el IRBIO, con la colaboración del Departament de Ciències Ambientals de la Universitat de Girona y el apoyo económico de Red Eléctrica de España, Fundació Catalunya-La Pedrera y la Diputación de Barcelona. Este proyecto también recibió el premio del Delta Birding Festival organizado y financiado por ICO, Oryx y Fundació Catalunya-La Pedrera. Durante el trabajo de campo, ha sido esencial la participación del Grupo de Apoyo de Montaña del Cuerpo de Agentes Rurales, así como de los guardas de la red de parques naturales de la Diputación de Barcelona y los técnicos de la Generalitat de Catalunya y la Subdirección General de la Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica. El Grup de Naturalistes d’Osona, GACO, ICO y Naturalistes de la Garrotxa también han participado en el seguimiento y han aportado apoyo logístico. El Servei de la Biodiversitat de la Generalitat de Catalunya ha participado con apoyo logístico y obtención de los permisos necesarios. Finalmente, Ferrovial y el Consorci per a la gestió de residus urbans d’Osona también han participado con su apoyo logístico.

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