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Entre la mística y el negocio: reflexiones y propuestas para la industria de la edición

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Lluís Agustí
Director de la Escola de Llibreria
Facultat d’Informació i Mitjans Audiovisuals
Universitat de Barcelona (UB)


Estudio de la percepción de los profesionales del sector del libro sobre el presente y futuro de la industria: visiones del sector del libro en la era exponencial. Madrid: Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 2019. 104 p. ISBN 978-84-89384-98-9. Disponible en: <https://fundaciongsr.org/wp-content/uploads/2020/01/Visiones-libro-era-exponencial-2.pdf>. [Consulta: 05/05/2020].


Es bastante conocida la tarea de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez (FGSR) en el ámbito de la lectura y el libro a la hora de generar conocimiento y producir innovación y experiencia en ámbitos vinculados a la cultura impresa y también digital, y por extensión en las bibliotecas. Esta labor se produce a partir de la investigación realizada por investigadores y expertos siempre en colaboración con la comunidad, y su resultado más directo son a menudo proyectos experimentales que dan como resultado informes y estudios que son divulgados y transferidos públicamente muchas veces en forma de «modelos de utilidad», esto es, de nuevos procedimientos para trabajar con más eficacia en el ámbito del fomento de la lectura, de las bibliotecas, de la cultura.

Y en el caso que nos ocupa, el estudio tiene como objetivo el presente y el futuro del sector del libro. La FGSR afirma que «ha venido identificando hace años dos grandes desafíos para el sector del libro (y la industria cultural en general): conseguir que las creaciones culturales sean visibles en el marasmo de Internet y que esas creaciones culturales sean retribuidas» (p. 9). Así es, el sistema del libro español se enfrenta a una etapa de desafíos, manifestada por el estancamiento en el volumen de negocio durante la última década y la pérdida de posiciones frente a unos actores nuevos, las plataformas. Y el estudio de la FGSR pretende, en este caso, analizar el sector a partir del contacto con representantes de la llamada cadena de valor del libro (autores, editores, distribuidores, libreros), para entender en qué situación se encuentran (o se perciben) en relación con su adaptación a las innovaciones tecnológicas, a los nuevos modelos de negocio que se han derivado y a la aparición de estos nuevos «jugadores», para enseguida, en la segunda parte del estudio, proponer una serie de recomendaciones estratégicas y de actuación.

El sector de la edición vive a menudo inmerso –personalmente diría que desde la misma invención de la imprenta– en una dicotomía entre su valor cultural –el libro no es un producto industrial cualquiera– y la necesidad de adoptar de manera constante todo tipo de innovaciones y mejoras en su proceso de fabricación, distribución y comercialización –como un producto industrial más– para asegurar y mantener, precisamente a partir de esta innovación, la misión tradicional y social del libro y la lectura.

Los autores del estudio interrogaron, a partir de instrumentos de consulta cualitativos, un total de 640 profesionales del sector del libro sobre las percepciones del sector. Así, por ejemplo, se les pedía cómo se veían como profesionales ante estos retos; cuál creían que era su capacidad de adaptación y transformación, de anticipación y de evolución; cuáles eran concretamente las amenazas; de qué manera percibían la competencia de estas empresas hasta ahora ajenas al sector como eran las plataformas digitales y de comercio electrónico; cómo veían los otros eslabones de la cadena; también si contaban con herramientas tecnológicas y preparación adecuadas, etc. Y todas estas cuestiones fueron planteadas segmentadas por autores, editores, distribuidores y libreros. 

A partir de las respuestas, con un trabajo de reflexión y de cocina basado en el conocimiento y la experiencia, los expertos de la FGSR elaboraron posteriormente una propuesta estratégica para el diseño de actuaciones dirigidas a aligerar el impacto de los elementos perturbadores para la salud y la supervivencia de estos «jugadores» (editores, distribuidores y libreros), considerados clásicos del sector editorial.

Estos protagonistas no deben ser ayudados o salvados por nostalgia, ni por una especie de mística libresca, sino por el convencimiento que conforman un sector positivo para la sociedad. Sus bondades, según el estudio, se podrían resumir en estos elementos: el trabajo de selección y edición aporta cultura de calidad y es el medio primordial para el aprendizaje y para la transformación de la información en conocimiento; el libro es un instrumento fundamental para el crecimiento personal y la formación de individuos críticos; potencia la calidad de vida y la salud, así como la equidad social; la edición es un sector industrial con un coste medioambiental muy inferior a otros; genera puestos de trabajo más cualificados que la media de la economía; es un contrapeso ante el modelo GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon), dado que genera ingresos tributarios locales; finalmente, aporta una balanza comercial exterior netamente positiva.

Pero ¿cuáles son los problemas que exactamente amenazan el sistema según los participantes del estudio, los desafíos y las fortalezas del sector, y las posibles soluciones? Intentamos resumirlos brevemente a continuación.

Los principales problemas del sector del libro, según el propio sector, son:

  • Escasez de la demanda a causa de la debilidad de los hábitos de lectura del país.
     
  • Falta de una estrategia de cooperación dentro del sector del libro.
     
  • Falta de dimensión suficiente para competir con las plataformas digitales.
     
  • Piratería.
     
  • Falta de fuerza para fijar condiciones propias a las plataformas digitales.
     
  • Ignorancia sobre la transformación de los comportamientos culturales de la gente.
     
  • Ausencia de datos reales sobre el mercado para la toma de decisiones.
     
  • Incapacidad a la hora de aprovechar la tecnología para competir mejor.

Los desafíos:

  • Necesidad de fortalecer la presencia de la práctica de la lectura en la sociedad y la mejora de la percepción del valor de los libros.
     
  • Dificultad para el acceso rápido a la tecnología y fragilidad en la capacidad para aprovecharla y rentabilizar como sí lo hacen en otros sectores.
     
  • Habilidad a la hora de reaccionar ante las amenazas, pero dificultad de innovar a partir de las capacidades endógenas. 
     
  • Conocimiento insuficiente de las prácticas de consumo y las necesidades de los lectores. 
     
  • Complejidad derivada de la secuencia de excesivos agentes económicos.
     
  • Tendencia en el enfoque aislado de las soluciones, desde la propia industria del libro, sin adaptar soluciones de otros sectores o industrias.
     
  • Implantación insuficiente y disciplina en relación con los estándares para impedir la pérdida de información a lo largo de la cadena del libro. 

Las fortalezas:

  • El contenido derivado de la creatividad de los autores es el gran activo del sector, es la materia prima. El libro es el objeto, pero el valor lo aporta el autor y es necesario que sea debidamente compensado para potenciarlo.
     
  • El sector del libro todavía conserva un estatus de calidad, a través de la selección, el cuidado de las obras y las fuertes relaciones con los lectores. 
     
  • La pasión por el contenido genera la mayor parte de las interacciones en Internet y el mundo del libro puede potenciar las comunidades para fidelizar los lectores. Los lectores frecuentes conforman una audiencia con un poder de prescripción enorme, hay que «obsesionarse» por los lectores más que por los modelos de negocio. 
     
  • La información generada alrededor de los libros es otro activo que puede potenciarse cuidando la calidad y la gestión para retener el control de los datos. 
     
  • La colaboración de los agentes del sector de la edición alrededor de los estándares propios y su renovación permanente es un activo estratégico para la visibilidad y reducción de costes.
     
  • La colaboración entre los agentes del sector ha demostrado que favorece la competitividad del sistema del libro.
     
  • Los oficios del libro son una base sólida, pero hay que complementarlos con la formación en conocimientos no tradicionales del sector, como el marketing.
     
  • El diseño de experiencias, la investigación sobre la interacción humana y en espacios físicos y su reflejo en mapas de experiencias favorecen la aparición de emociones para recordar en torno a los libros.
     
  • La fuerza de lo analógico crece en un contexto digitalizado y la tecnología puede ser integrada para multiplicar la visibilidad de la excelencia de lo analógico.

Las posibles soluciones para el fortalecimiento del sector del libro:

  • Disponer de datos y generación de un modelo que ayude a impulsar su reconversión dentro del contexto digital. 
     
  • Ayudar a mejorar la formación de los profesionales, mediante la detección de carencias.
     
  • Proponer una estrategia de reconversión de la proyección del sector, de las narrativas que reflejan lo que es y lo que desea ser para adaptarse al modelo digital, que incorporan las plataformas.
     
  • Promover las sinergias en el sector, gracias a la participación de las organizaciones privadas de autores (ACE-Asociación Colegial de Escritores), de editores (FGEE-Federación de Gremios de Editores de España), distribuidores (FANDE-Federación de Asociaciones Nacionales de Distribuidores de Ediciones) y de libreros (CEGAL-Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros) y la reflexión que se puede compartir alrededor de una serie de cuestiones de peso.

El estudio es rico y podríamos seguir analizando los problemas estructurales, coyunturales y sobrevenidos que se presentan, pero animamos a los lectores a leer más que un resumen, el informe entero. Sin ofrecer milagros, recordando lo de valor que ya se tiene, insistiendo en todo lo que falta y todo lo que se puede hacer, vale la pena.

Nota. Esta reseña se publica simultáneamente con el Blog de l’Escola de Llibreria.