Knowledge Unlatched: ¿quién asume el coste de las publicaciones científicas en abierto?

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Elea Giménez Toledo
Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS)
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)


Montgomery, L. (2014). “Knowledge Unlatched: A Global Library Consortium Model for Funding Open Access Scholarly Books”. Cultural Science, 7(2), 1-66. Disponible en:
http://cultural-science.org/journal/index.php/culturalscience/article/vi... [Consulta: 20/01/2016]


Con el expresivo título “Knowledge Unlatched” el proyecto que se analiza en este informe propone una respuesta a una de las preguntas más frecuentes sobre el Open Access (OA): ¿quién asume el coste de las publicaciones científicas en abierto (en este caso, de las monografías)?

Aunque se publicó en 2014 merece la pena reseñarlo porque sigue resultando de plena actualidad. En él se muestran los resultados de un proyecto experimental en el que la colaboración entre bibliotecas académicas permite cofinanciar libros de editoriales comerciales, abrirlos a la comunidad científica y “desbloquear”, así, el conocimiento científico contenido en esos libros.

El proyecto fue desarrollado entre 2012 y 2014 por Knowledge Unlatched, una empresa sin ánimo de lucro con sede en Londres, que tenía el objetivo de buscar soluciones para promover el acceso abierto de libros académicos editados profesionalmente y, al mismo tiempo, de crear un esquema más razonable de publicación y financiación con la participación de los distintos agentes del “ecosistema”.

En este proyecto piloto de ámbito internacional se pidió a 13 prestigiosas editoriales que ofrecieran obras recientemente publicadas para ponerlas en abierto. Entre las editoriales que participaron se encuentran nombres tan conocidos como Brill, De Gruyter, Cambridge University Press o Duke University Press. Todas ellas habían mantenido hasta el momento modelos comerciales tradicionales.

Los libros elegidos, que normalmente hubieran sido vendidos según un esquema comercial clásico, se publicaron en abierto y los editores recibieron un pago por cada uno de ellos. Este pago fue asumido por un consorcio de bibliotecas que cofinanció esa publicación en abierto. Inicialmente, se calculó que si participaban 200 bibliotecas en el proyecto, cada una aportaría un máximo de 1.680 $ para que los libros pudieran estar disponibles bajo una licencia Creative Commons (CC). El proyecto fue un éxito pues fueron casi 300 bibliotecas de todo el mundo las que participaron, consiguiendo el objetivo de “abrir” los libros. Al participar más bibliotecas, la aportación económica de cada una se redujo. Los 28 títulos cofinanciados se hicieron disponibles a través de las plataformas OAPEN y HathiTrust.

Es muy destacable que, al conocer el proyecto, instituciones como HEFCE (Inglaterra), Scottish Funding Council (Escocia) o el Department for Employment and Learning for Northern Ireland (Irlanda del Norte) aportaron fondos a las universidades, haciendo que las cantidades que finalmente pusieron las bibliotecas también se redujeran.

El proyecto probaba así la posibilidad de crear un esquema de financiación más razonable para todos los implicados: los editores cobran por su trabajo profesional de edición, los autores no pagan personalmente (en el caso de las monografías los costes no se pueden asumir fácilmente) y las bibliotecas invierten sus recursos con más eficiencia. Y, como valor destacado, las monografías recuperan la atención que merecen en el entorno académico y que es especialmente importante en las Humanidades y en las Ciencias Sociales. Seguro que todas estas razones fueron fundamentales para que la iniciativa Knowledge Unlatched recibieran el premio IFLA/Brill Award for Open Access en 2014.


 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 1. Libros en abierto procedentes de Knowledge Unlatched en el catálogo del CSIC.

Hay otras iniciativas y propuestas que promueven la edición en abierto de libros académicos (como las de la Mellon Foundation o la Association for Research Libraries). Y también instituciones cuyo apoyo al OA está favoreciendo que se den estos esquemas de financiación más razonables (HEFCE en el Reino Unido o el propio Research Excellence Framework). Todo ello trae algo de calma al “estresado” sistema de la publicación científica y deja sitio a la esperanza: esa que se pierde cuando se observan las tasas de crecimiento de las revistas híbridas (Björk, B. C.; Solomon, D., 2014, p. 24)1 con pagos altísimos que deben afrontar los autores o las instituciones académicas (ídem, p. 26).

Lo que se puede concluir fácilmente de las iniciativas que están en marcha es que los consorcios de bibliotecas están llamados a desempeñar un papel muy importante en la promoción del acceso abierto a las publicaciones científicas y, particularmente, a los libros científicos. En los congresos internacionales de edición o bibliotecas es frecuente la referencia al concepto “library publishing”, en alusión a las funciones que las bibliotecas académicas o de investigación pueden tener en la publicación. Véase, por ejemplo, la experiencia Library Publishing Coalition (http://www.librarypublishing.org/). En el contexto español esta práctica no está muy extendida y buena prueba de ello es que solo el CSIC y la Universitat de Barcelona participaron en la primera fase de Knowledge Unlatched. En el proyecto participaron más activamente bibliotecas australianas, británicas y estadounidenses.

También cabe decir algo en relación con las editoriales españolas. Tanto las universitarias como las comerciales deben estar en el debate y en los proyectos sobre estas nuevas fórmulas de acceso y financiación del conocimiento científico. Knowledge Unlatched nos muestra esto: el OA no tiene por qué representar una amenaza a las editoriales que tradicionalmente han vendido libros y las editoriales pueden adoptar un papel más activo en ese compromiso que es abrir el conocimiento científico a la sociedad. Y, finalmente, lo que también nos enseña este proyecto es que el diálogo entre agentes (editores, bibliotecarios, autores) así como un compromiso tan teórico como práctico de las instituciones de cada país cuando se aboga por el OA son absolutamente necesarios para que las publicaciones en abierto puedan llevarse a cabo bajo un esquema de financiación equilibrado y justo para todos. Dicho de otro modo, el apoyo al Open Access implica no solo la firma de declaraciones internacionales sino también la participación en proyectos internacionales como el que aquí se revisa, el establecimiento de medidas activas y modernas en relación al libro académico, la revisión de las funciones de las bibliotecas que permitan adentrarse en este terreno de la publicación y, cómo no, la adecuada consideración de los nuevos modelos de publicación en la política científica.

Quedan por resolver algunas cuestiones, como apunta el informe, y una de ellas es encajar en este modelo las propuestas de edición en abierto de los editores OA no comerciales. Pero el proyecto continúa, pues se está organizando ya una segunda fase en la que se “liberarán” 78 nuevos títulos. Las bibliotecas académicas de todo el mundo (¡también las españolas!) aún están a tiempo de participar en esta apertura del conocimiento. El plazo acaba el 28 de febrero de 2016 (http://www.knowledgeunlatched.org/).


1Björk, B. C.; Solomon, D. (2014). Developing an Effective Market for Open Access Article Processing Charges. Final report (pp. 24-26).