La cadena de valor

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Pedro Rueda Ramírez
Facultad de Biblioteconomía y Documentación
Universitat de Barcelona

Este informe encargado por la Library of Congress (LC) a R2 Consulting fue elaborado para evaluar el impacto de los registros MARC elaborados por la LC y otras entidades en el mercado norteamericano y conocer la cadena de beneficios y valor añadido de los 500.000 registros bibliográficos servidos cada día por la LC. Este mapa del mercado de los registros bibliográficos en USA también intentaba recoger los incentivos y las barreras a la producción de registros bibliográficos, centrándose en el formato MARC y consultando a todos los sectores implicados: productores, distribuidores y consumidores. El mapa resultante les ha permitido dibujar un escenario del momento y una proyección para los próximos 5-10 años, detectando la capacidad de catalogación de los principales centros del país, y de los consorcios y otros proyectos cooperativos, como el Program for Cooperative Cataloging (PCC) que en marzo de 2009 había llegado a los 976.404 nuevos registros bibliográficos, además de millones de entradas de control de autoridades de nombre y de materia. El mapa, asimismo, muestra las posibilidades de redundancia, y ayuda a detectar la relación entre necesidades y demanda, así como el papel que juega ahora, y en un futuro, el control de autoridades en las bibliotecas. Los retos son dobles, por una parte la modernización vía RDA y FRBR, y por otro la aparición de opciones de metadatos al margen del formato MARC.
 
Un mercado conflictivo
Los autores distinguen tres niveles que entran en contacto e interactúan, pero también conviven generando ciertos conflictos (por el pago o no por los registros, en torno al uso libre o con intereses comerciales de la información, etc.). Un núcleo duro del sistema de registros MARC sería el espacio tradicional en el que se generan, distribuyen y consumen. En este nivel se sitúan las grandes generadoras de registros (bibliográficos y de autoridad) como LC, Online Computer Library Center (OCLC) y PCC, junto a las 200 empresas y proveedores de servicios que desarrollan su actividad vendiendo o distibuyendo registros y bases de datos. En este nivel estarían el 97%  de las bibliotecas académicas y el 63% de las bibliotecas públicas. Un segundo nivel de "oportunistas", quizás un termino no muy acertado, que utilizan preferentemente el protocolo Z39.50 y, más recientemente, OAI-PMH, que permiten obtener registros sin costos, al que se van sumando numerosas bibliotecas, ya que los recortes presupuestarios son considerables y son cada vez más las bibliotecas y consorcios que cuentan con bases de datos compatibles con Z39.50. El tercer nivel serían aquellos segmentos no bibliotecarios que utilizan los registros bibliográficos pero no tienen un especial interes por el control bibliográfico ni el uso del formato MARC. En este nivel estarían Google Book, Google Scholar y Amazon, además de todas las nuevas herramientas de la web 2.0, como las etiquetas y las reseñas de libros utilizadas en LibraryThing, y el papel de ONIX en el mundo editorial. Un panorama que ofrece alternativas y soluciones al margen de los registros MARC y que ejercerá una notable competencia en el futuro.
 
La cadena de valor
El papel que juega el universo de entidades sin intereses comerciales al distribuir y proveer registros es inmenso, y muestra un potencial enorme, mediante cooperativas, consorcios y entidades diversas los registros de la LC, OCLC y PCC logran un notable impacto. Además de capturar directamente de LC numerosas entidades actúan como distribuidores de estos registros, incrementando su uso de manera muy notable, ya que de este modo se facilita la obtención de registros y los socios pueden contribuir con nuevos registros o enriqueciendo los existentes localmente.

Un caso distinto es el de las empresas y vendedores como Amazon, Google y otros que pueden acudir directamente a la LC para conseguir registros pero orientan el uso de los datos obtenidos a finalidades comerciales, en este caso su papel de redistribución de estos registros es mínimo. Ahora bien, la distribución de registros tiene una relación coste-beneficio muy conveniente y atrae a nuevos actores, como Library Thing, Biblios.net, skyriver.com y otros que utilizan la disponibilidad gratuita, o casi, de los registros MARC. Esto indica que la demanda de estos registros MARC persiste y cuenta con nuevos agentes, y que los costes de la transacción son mínimos.

Un futuro con interrogantes
Las grandes bibliotecas y los consorcios juegan un papel sustancial en la catalogación y en el proceso cooperativo de catalogar por copia, lo que les ha supuesto un lugar preeminente que les ha sido útil tradicionalmente para financiar la conversión de sus catálogos. El informe revela la preocupación por el futuro, en un mundo de datos enriquecidos y enlazados, en el cual los registros MARC ocupan un papel que podría dejar de constituir el núcleo de la catalogación. Los autores insisten en un corto plazo, en el que pueden reducirse los costes de producción e incrementar la cooperación en red para aprovechar al máximo el formato MARC y los OPAC de nuestros catálogos, pero a largo plazo es probable que aparezcan alternativas al MARC mejores y más económicas.
 
Por ahora, MARC continúa resultando central en las bibliotecas. Un repaso a las cifras de producción de registros revela la fortaleza de la LC. En 2008 produjo y distribuyó 316.000 nuevos registros bibliográficos y 250.000 registros de autoridad. Lo interesante es que el informe detecta algún grado de edición de estos registros en el 80% de las bibliotecas, por ejemplo, para añadir el enlace a la tabla de contenidos o a Google Books. Los profesionales que se dedican a la catalogación son estimados en torno a 30.000 y tras diversas consideraciones los autores consideran que tienen una capacidad para generar 1.5 millones de registros originales por año, aunque es una cifra aproximada, pero ofrece una idea clara del potencial de los profesionales. Aunque advierten los autores del informe que su formación requiere un alto nivel de especialización, lo que entra en colisión con la dispersión de tareas de estos expertos en muchas de las bibliotecas consultadas.
 
Finalmente los autores analizan posibles caminos, por una parte, una vía que asume el papel central de los registros MARC, centralizando la producción o bien incentivando la creación de registros originales de manera cooperativa en el universo bibliotecario. O bien otra vía que conecte MARC con la detección de necesidades comunes de metadatos  y lleve a acuerdos con entidades diversas para compartir datos, en este caso en un nuevo entorno de nubes de metadatos que pueden utilizarse para construir registros. En todo caso el entorno MARC se muestra complejo (y en un contexto cambiante), y se abren algunos interrogantes que invitan a pensar sobre el futuro.
 
Library of Congress Study of the North American MARC Records Marketplace, R2 Consulting LLC (www.r2consulting.org), Ruth Fischer, Rick Lugg (October 2009)
http://www.loc.gov/bibliographic-future/news/MARC_Record_Marketplace_2009-10.pdf