La cocreación, pilar de la investigación y la innovación

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Bego Aguilera
Directora de Ciencia Abierta
Universitat Oberta de Catalunya


De Silva, Muthu; Lavelle, Orlagh; Schmidt, Nikolas; Paunov, Caroline (2022). Co-creation during COVID-19: 30 comparative international case studies. Paris: OECD Publishing. (OECD science, technology and industry policy papers, no. 135). 116 p. Disponible en: <https://doi.org/10.1787/08f79edd-en>. [Consulta: 28/11/2022].


Aunque a veces lo olvidamos, los seres humanos nos caracterizamos, como el resto de los primates, en que somos una especie que colabora. Lo llevamos en los genes. Lo que se nos da mejor es colaborar con los otros. Alfons Cornella, innovador de cabecera, explica en sus libros y conferencias que la mejor manera de innovar es mediante la colaboración, resolver la complejidad a través del trabajo conjunto con los otros, con actividades que comparten el prefijo «co»: colaborar, cooperar, coordinar, también cocrear.  

La cocreación ocupó buena parte de la clausura de la primera edición del curso de Ciencia Abierta de la Universidad de Barcelona, a cargo de Mercè Crosas, responsable de gestión de datos de investigación de la Universidad de Harvard y, actualmente, secretaria de Gobierno Abierto de la Generalitat de Catalunya. Esencialmente, nos decía Crosas, el uso de la palabra cocreación nos hace avanzar más allá de lo que nos define como ser humano porque nos enfoca no solo en el proceso de trabajo, que es colaborativo, cooperativo, coordinado, etc., sino que el foco lo ponemos en el resultado: nos reunimos para crear una cosa nueva, somos creadores. Y no lo hacemos solos, lo hacemos con los otros. Y en su ponencia añadía una mención al reciente informe que hoy reseñamos. 

Y es que la OECD, organismo de cooperación internacional que promueve políticas para la mejora del bienestar económico y social de los países y las personas, ha culminado un proyecto bianual (2021-2022) en el que explora nuevas herramientas y aproximaciones al apoyo en la cocreación, y el informe que analizamos es uno de sus resultados, donde se presentan diversos casos de producción conjunta entre la industria, la investigación, el gobierno y la sociedad civil, que dieron respuesta a los retos de la pandemia de la COVID-19.

Así, se describen de manera sistemática 30 iniciativas de 21 países y 3 casos de colaboración internacional, se destacan los instrumentos de cocreación usados, cómo se construyen las redes de cocreación y qué tipo de cocreación interdisciplinaria se produce. Estas experiencias de cocreación durante la COVID-19 son una buena base para revisar las prácticas de cocreación y de qué manera la política puede apoyar la cocreación en el futuro.

Los casos se presentan agrupados en cuatro categorías:

1. Programas paraguas de iniciativas de cocreación. Un programa paraguas es un gran programa iniciado por el gobierno que ofrece financiación, experiencia y/o recursos para la cocreación.  

  • A destacar el programa impulsado por Turquía (COVID-19 Türkiye Platform) que aglutinaba 436 investigadores de 49 organizaciones de investigación diferentes, en el impulso de proyectos de cocreación en la búsqueda de vacunas y desarrollo de medicamentos para la COVID-19. El portal facilitaba la apertura de datos y resultados, así como también potenciaba la participación de investigadores de otros sectores en la búsqueda de ideas innovadoras que proponían soluciones para el impacto socioeconómico de la epidemia.

2. Cocreación en iniciativas de construcción de redes. Se trata de iniciativas que promueven la generación de equipos de agentes diversos que cocrean innovación utilizando hackatones y plataformas digítales. Promueven nuevas conexiones entre la industria, la investigación y los actores de la sociedad civil y proporcionan condiciones para la cocreación. 

  • El Gobierno de Bélgica lanzó la iniciativa Vlaanderen Helemaal Digitaal (Flandes totalmente digital) que conectaba agencias gubernamentales con empresas y organizaciones de investigación para identificar soluciones a los retos planteados por la COVID-19. Diferentes empresas e instituciones registraban en el portal sus problemas asociados con la COVID-19 y también se registraban aquellos que proporcionaban soluciones. Por ejemplo, los restaurantes que necesitaban una solución digital para registrar a sus clientes podían usar la plataforma para conectar con desarrolladores de tecnología. Se registraron 500 conexiones de las que derivaron, después de 3 meses, 57 colaboraciones confirmadas.

3. Cocreación en iniciativas de innovación médica contra la COVID-19, principalmente en el desarrollo de vacunas, instrumentos médicos (ventiladores mecánicos, etc.) y también descubrimiento de nuevos fármacos para el tratamiento de la COVID-19. Se combinaron diferentes capacidades, recursos y capacidades de producción para generar productos usables de manera rápida, y también redujeron los procedimientos y los hicieron más ágiles.

  • La vacuna Oxford-AstraZeneca se desarrolló en un año, un proceso que habitualmente necesita 15 años. En enero de 2020, investigadores de la Universidad de Oxford se aproximaron al Gobierno y a la Asociación de Bioindustrias (BIA) en busca de ayuda en el desarrollo de la vacuna. Se estableció un consorcio (BIA Task Force) formado por Innovate UK, la Universidad de Oxford y la empresa AstraZeneca que permitió acelerar el proceso de desarrollo, manteniendo los estándares de seguridad. Para la cocreación fueron muy importantes las adaptaciones hechas en la situación generada por la COVID-19 como la reorientación de infraestructuras existentes, la aprobación acelerada de regulaciones y la participación del Gobierno como colaborador activo.

4. Cocreación en iniciativas de innovación relacionada con datos. El foco está en la recogida, la integración, el análisis y la presentación de datos que apoyen la respuesta a la COVID-19, en forma de software o plataformas de datos. 

  • Se presenta aquí la única iniciativa española referenciada, Rapid-App, desarrollada por el Gobierno vasco, una aplicación de seguimiento de movimientos de los empleados para identificar posibles exposiciones a la COVID-19 y ayudar a mantener la producción presencial en el sector industrial. En la iniciativa colaboraron tres instituciones de investigación, Ikerlan, Vicomtech y Tecnalia.
     
  • Los datos recogidos por la Rapid-App permitieron reconstruir los patrones de contacto de los empleados dentro de sus organizaciones (Ikerlan, Vicomtech y Tecnalia) y las inferencias hechas a partir de los datos se utilizaron para apoyar la toma de medidas en caso de un caso positivo de COVID-19. Al lado de la aplicación, se desarrolló una herramienta adicional de inteligencia artificial que permite estimar el riesgo por sector o área geográfica.

Las actividades de cocreación contemplan la construcción o la oferta de acceso a redes existentes, la financiación, el trabajo conjunto de socios y/o usuarios finales, la integración de los datos, la integración de recursos digítales o materiales, la interacción vía una plataforma digital, la llamada a la participación, o la organización de hackatones. 

En los casos descritos se observan las virtudes de la cocreación como elemento acelerador del proceso de innovación, que reduce a semanas lo que podría necesitar meses o años. Y es que se simplifican los procesos, desde la aprobación y evaluación de los proyectos, a la creación de los equipos, así como la reducción de la complejidad asociada con la gestión de los acuerdos de propiedad intelectual en las colaboraciones.

EU vs. virus

La cocreación convive en armonía con la ciencia abierta, otro sintagma lingüístico que expresa un deseo de paradigma nuevo para la ciencia, que se quiere accesible para la sociedad, con la inclusión de la ciudadanía y la divulgación de la acción científica. Por ello, la Recomendación de la Unesco sobre la ciencia abierta (2021) destaca que las características de colaboración e inclusión de la ciencia abierta permiten la participación de nuevos agentes sociales y defiende la apertura de los procesos de creación, evaluación y comunicación de los conocimientos científicos a los agentes sociales, más allá de la comunidad científica tradicional. 

Durante la pandemia por la COVID-19, la cocreación fue una buena herramienta para encontrar soluciones a situaciones sobrevenidas, desconocidas y difíciles de abordar, con el trabajo conjunto de universidades y centros de investigación y su entorno. Las políticas y los planes de trabajo de ciencia abierta de nuestras instituciones deberían inspirarse en la experiencia, e incentivar la cocreación, que nos ayudará a identificar nuevas oportunidades y generar soluciones desconocidas e innovadoras para la sociedad.

© Imagen inicial de Michel en Pixabay