Montserrat Crespi-Vallbona, profesora asociada del Departamento de Empresa e investigadora de la Business School de la Universitat de Barcelona, y Oscar Mascarilla Miró, investigador de la Facultad de Economía de la UB, son los coautores del artículo titulado “Street Art as a Sustainable Tool in Mature Tourism Destinations: A Case Study of Barcelona”. Publicado recientemente en la revista científica International Journal of Cultural Policy, se basa en la idea de que el turismo necesita innovación urgente creatividad para mantener su auge. 

La tendencia actual de los turistas a vivir experiencias y emociones que les alejen de su rutina diaria ha convertido al arte urbano en un recurso cultural a tener en cuenta. Según los autores, las experiencias holísticas deberían incluir hedonismo, participación, identidad local, conocimiento, degustación y nostalgia. “El hedonismo es un componente intrínseco de cualquier actividad turística ya que los visitantes básicamente buscan momentos de disfrute”, comenta Montserrat Crespi. “La participación es capital para realizar actividades dinámicas e interactivas que también incluyan acciones cognitivas de aprendizaje, una idea muy alejada del turista contemplativo”, agrega. 

Los resultados del estudio sugieren que la identidad local también debe ser parte de la experiencia de los turistas, alejándolos de la globalización, así como la degustación de productos locales, que tiene un impacto crucial en las experiencias satisfactorias y supone una inmersión cultural mucho más real. Finalmente, la nostalgia también se incluye en las actividades turísticas; cuando se evocan sentimientos personales e íntimos del pasado, se refuerza la satisfacción y vivencia del momento. 

El objetivo de este estudio ha sido evaluar el proyecto Pinacoteca a Cel Obert, un movimiento innovador de arte urbanimpulsado por el gobierno local de Barcelona que involucra a la comunidad, fomenta su participación y potencia el cambio en los problemas urbanos. Desde 2012, el Ayuntamiento de Barcelona viene utilizando el arte urbano como instrumento de transformación social y urbana en diferentes barrios bajo la premisa de dinamizarlos económicamente y construir un sentimiento de comunidad y pertenencia entre sus habitantes.  

Así nació Pinacoteca a Cel Obert, una nueva experiencia de consumo cultural y turístico en el espacio público. Compuesta por 24 murales pintados en las persianas de las tiendas del barrio que reproducen piezas clásicas de la historia del arte, pretende revivir económica y culturalmente una zona comercial de Barcelona sin turismo, además de embellecer el espacio público y posicionar la zona como un nuevo atractivo turístico. La investigación analiza la viabilidad y sostenibilidad de este encomiable ejemplo a través de entrevistas en profundidad a los diferentes jefes de proyecto, los guías que realizan los recorridos y los visitantes que han participado en ellos.