Un estudio del que son coautores la investigadora de la UB Business School, Pilar Aparicio Chueca, el investigador de la UB School of Sociology, Màrius Domínguez-Amorós y la professora de la Facultad de Economía y Empresa de la UB, Irene Maestro, trata de determinar el perfil de los estudiantes que cambian el rumbo de sus estudios universitarios.

Se trata de un fenómeno creciente entre los estudiantes, sobre todo después del primer o segundo año académico. En su artículo ‘Beyond university dropout. An approach to university transfer’, publicado en “Studies in Higher Education“, muestran cómo el cambio hace referencia tanto al área de conocimiento como al cambio de universidad, y se produce con mayor frecuencia en los estudios relacionados con ingenierías, ciencias experimentales y ciencias sociales.

El trabajo analiza el perfil de los estudiantes que se trasladan (3.861 estudiantes, un 8,3% del total de matriculados) a partir de los datos del Registro de Preinscripción Universitaria de Cataluña y de un modelo explicativo validado mediante Regresión Logística Multivariante.

Los resultados del estudio concluyen que el perfil del estudiante que cambia de estudios es masculino, no compagina el trabajo remunerado con el estudio, ha completado el bachillerato en un centro privado o concertado, y procede de una familia de clase media-alta con ambos padres con estudios superiores trabajando en puestos de alta dirección u ocupaciones liberales. Además, su nivel de uso de las redes sociales y las herramientas de comunicación digital es muy elevado.

Los resultados empíricos muestran interesantes implicaciones para las políticas académicas y universitarias, ya que los motivos del abandono y sus consecuencias académicas y económicas son fundamentalmente diferentes según se trate de un abandono definitivo del sistema universitario o de un traslado. Esto no solo tiene implicaciones en términos económicos, de uso eficiente de los recursos y, fundamentalmente, de financiación y de coste en términos de prestigio de los distintos centros, sino que también tiene importantes implicaciones sociales que deben ser consideradas. 

En este sentido, las acciones institucionales que buscan mejorar la integración social y académica de los estudiantes como forma de enfrentar la deserción definitiva, y que se enfocan especialmente en los estudiantes de hogares con menos recursos y capital cultural, no están atendiendo al fenómeno de la transferencia. 

Por otro lado, hay factores que intervienen en las dimensiones relacionadas con las cuestiones “vocacionales”, que tienen que ver con aspectos que podrían hacer menos difícil la elección de un programa académico y una carrera profesional. Entre ellos se encuentran el mantenimiento de redes de información entre universidades y centros de enseñanza secundaria, la información proporcionada a los estudiantes preuniversitarios y de primer curso relacionada con la orientación educativa y profesional, la revisión de la normativa académica para facilitar el cambio de curso mediante la transferencia de créditos y competencias adquiridas, la promoción de acciones de tutoría y de acompañamiento entre los padres y las unidades de asesoramiento a los estudiantes.