La crítica marxista y maternalista
Respecto a la teoría liberal de la libertad y del papel del estado, las esferas pública y privada, el capitalismo y la democracia, la crítica feminista se divide en dos campos: el marximo y el maternalismo.
La crítica marxista. La tradición marxista pone el énfasis en los fundamentos capitalistas y patriarcales del estado liberal así como en la opresión inherente a la división sexual del trabajo. El estado protegería el sistema de poder patriarcal de la misma forma que protege el capitalismo y el racismo....De acuerdo con estas teorías la liberación de la mujer sólo resulta posible cuando el estado liberal sea desmantelado y con él las estructuras capitalistas y patriarcales. sin embargo al margen de sus aportaciones en señalar las causas de la opresión femenina, y sus fundamentos, el feminismo-marxista tiene poco que decir sobre el tema de la ciudadanía ni sobre el resto de conceptos asociados a esta problemática: participación, acción, democracia, comunidad, libertad política...El marxismo aparece interesado en las "masas" o los trabajadores, pero considera la ciudadanía como un concepto burgués, formal, y vacío. Y no responde a preguntas como ¿que es la libertad política?, Que significa ser un ciudadano? Que requiere una conciencia política feminista? El feminismo tiene algún objetivo más que la lucha contra el estado?.
La crítica maternalista. Esta posición nos plantea una concepción de la conciencia política femenina basada en las virtudes y los valores de la esfera privada, fundamentalmente en la maternidad. Al igual que el feminismo marxista huye de de la noción liberal de ciudadano como detentador de derechos protegidos por el estado, una noción que consideran moralmente vacía y subversiva porque reposa en una concepción masculina de la persona como autónoma, independiente, ser económico, detentador de un puesto de trabajo, competidor en el mercado...El liberalismo no tiene una visión de la comunidad política, del sentido cívico que ponga las bases de una vida en común, sino asolo a partir del interés individual.
Frente al liberalismo, el maternalismo pretende presentar una alternativa basada en la primacía moral de la familia. Frente a la concepción liberal de la separación privado-público, considera lo privado como lugar y punto de partida de una posible moral pública, como modelo de actividad para el ciudadano: una actividad política fundamentada en las virtudes de la esfera privada, una concepción de la persona comprometida con las capacidades relacionales, de amor y cuidado por los otros. Lo que diferencia esta posición del tradicionalismo conservador es su consideración de que la experiencia de las mujeres como madres en la esfera privada les confiere una especial capacidad y una moral imperativa para contrarrestar tanto el individualismo liberal masculino y su concepción de la ciudadanía.
Jean Bethke Elstain describe la maternidad como una actividad "complicada, rica, ambivalente, feliz actividad basada en el principio de que la realidad de una criatura es algo prioritario". Las implicaciones de la maternidad para la ciudadanía son claras para esta autora: "Cuando se toma como base de la conciencia feminista la perspectiva de la maternidad se abre un nuevo horizonte para examinar un mundo público progresivamente controlado".
Una nueva concepción del poder y de la ciudadanía: el ciudadano es un ser dedicado a la protección de la vida y toma las virtudes de la maternidad como un medio de construir una esfera publica más humana. Buena parte de las argumentaciones maternalistas tienen su origen en la teoría psicoanalítica (Chodorov, Carol Gilligan). Estas autoras mantienen que existen diferencias entre hombres y mujeres y que estas se basan en las diferentes experiencias vitales; la moralidad de las mujeres estaría ligada a un conjunto de valores más maduros y humanos que los de los hombres. Para los hombres prevalece una ética de la justicia, para las mujeres una ética del cuidado. La ética del cuidado tiene más que ver con la responsabilidad y las relaciones que con el derecho y más con la consideración de las necesidades de particulares situaciones concretas que con la aplicación de determinadas reglas de conducta
El feminismo maternalista se basa en esta oposición binaria y la politiza. Considera moralmente superior la ética del cuidado y la familia como origen de un nuevo modo de discurso público. La ciudadanía ha de basarse en las virtudes de la maternidad -el amor, la dedicación, la compasión, el cuidado...- es decir en todas aquellas virtudes que el liberalismo, el estatismo y la esfera pública desdeñan.
A diferencia del feminismo marxista, el maternalismo se preocupa y aborda el tema de la ciudadanía y la conciencia política. Ponen en cuestión las limitaciones de una concepción del individuo basada en los derechos y de la justicia como acceso igual. Permiten pensar en una comunidad más humana y relacional de aquella en la que actualmente vivimos. La ética de la maternidad se convierte en una alternativa a la moral liberal y estatista, a la concepción liberal de la ciudadanía, a una esfera pública que se considera corrompida.
Las críticas al maternalismo han puesto el énfasis en los riesgos de sus planteamientos :
- La universalización de las diferencias entre hombres y mujeres como realidades no históricas.
- La Dicotomización de los valores y las virtudes de lo público y lo privado como incompatibles.
- Al igualar lo público con la política del estado y lo privado con las virtudes de la intimidad, el feminismo maternalista está más próximo al liberalismo de lo que pretende. Su concepción de la ciudadanía se ve afectada por una consideración de lo político como impersonal, como gobierno representativo.