Resumen
Texto de dos páginas en el que ensalza la figura de la Virgen María por su soledad, a pesar de haber sido la madre de Dios. Se realiza también un alegato con tintes políticos y religiosos en contra del materialismo, describiéndolo como un amenza para la fe cristiana, la sociedad, la familia y el espíritu.
Violencias de/contra la mujer
Estereotipos patriarcales de género (madre resignada); falta de agencia; imposición religiosa de una moral femenina
Aún en medio del materialismo, que va destruyendo y minando las bellas creencias de nuestros mayores, las hermosas prácticas cristianas, freno en la sociedad, lazo en la familia y paz en el espíritu; aún en medio de esta época, en que como decía el sublime autor de El genio del Cristianismo, se ha inventado “el arte funesto de hacer de la incredulidad un objeto de moda entre un pueblo caprichoso”, la figura de la Madre resignada en su inmenso dolor, impresiona el ánimo con su Serena majestad. La naturaleza y el sentimiento, animados por el espíritu de Dios, no han sabido crear nada más bello que la figura de una madre; y entre todas las ficciones de los poetas, no encontramos otra madre que pueda compararse a la Madre de Jesús. Si la religión cristiana no tuviera los beneficios del consuelo y los encantos de la esperanza; si no hiciese prosélitos por la bondad de sus doctrinas y lo sublime de sus promesas; bastaría a hacérselos un Justo muriendo en la Cruz por redimir los ajenos pecados, y el dolor de una Madre perdiendo a su Hijo para que se salven los hijos de las otras madres. El Evangelio ha hecho dar a la humanidad algunos pasos en la senda de la perfección; María ha elevado el espíritu de la mujer, y ha sabido hacerla más bondadosa haciéndola más amante. (...)
El Evangelio ha hecho dar a la humanidad algunos pasos en la senda de la perfección; María ha elevado el espíritu de la mujer, y ha sabido hacerla más bondadosa haciéndola más amante. (...)
Sola! Dichosas vosotras, madres, hijas, o esposas, si no conocéis en toda su extensión la tristeza de esta palabra. Sola! Es haber perdido el aliento de su aliento, el alma de su alma, el bien que era su vida. Es encontrar en El mundo grande, inmenso, vacío, y no tener espacio y aire para respirar en él!¡Es haber recibido la muerte, y tener que vivir!! Sola! Esta palabra nos dará frío en las venas, si nuestra superficialidad nos dejase comprender todo su espantoso horror! (...)