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La calumnia

La madre de familia
Lengua
Castellano
Género
Testimonio
14
Páginas
206-216
Fecha
1875

Resumen

Enriqueta Lozano de Vílchez le escribe a su amiga Elisa para contarle la historia, que dice ser verídica, de una amiga de la infancia que ambas tienen en común: Teresa. Lo joven Teresa tiene todo para ser feliz: es muy hermosa, buena, su familia es honrada y de buena posición social, y se casa con un médico, Félix, que la ama y colma de felicidad. La dicha de Teresa y toda su familia se ve truncada por "una calumnia" que hace que su marido acabe matando al primo de esta por celos infundados, que le hacen creer que su mujer lo engaña con él. La desgracia comienza a desatarse cuando el hermano de Teresa se vuelve adicto. Félix acaba en la cárcel, Teresa enferma y muere, su hermano acaba muriendo en el Ejército del Norte (a donde se va a combatir como forma de expiar sus pecados) y sus padres acaban en la ruina. La moraleja para Elisa es que no se deje adular por la calumnia. El texto termina con uno de los madamientos: “No queráis para otros lo que no queréis para vosotros mismos; no levantéis falsos testimonios, y no forméis nunca malos juicios de los demás.” 

Violencias de/contra la mujer

Estereotipos patriarcales de género: mujer "ángel" / mujer flor 

A veces la honra más limpia, la flor de la pureza más inmaculada, se mancha o se marchita con su fatal aliento, y cae destrozada y deshecha ante su emponzoñado soplo. (...)

Dios, que forma las criaturas tan diferentes entre sí, había derramado en aquella niña la belleza de los seres más hermosos. 

Sus cabellos eran rubios, abundantes y sedosos: su frente blanca como la hoja de la Azucena, sus ojos grandes y expresivos eran negros como la noche, y tenían una expresión de dulzura infinita, que cautivaba y atraía: en sus labios, rojos como la flor de granado y finos como la hoja de la rosa, había de continuo una sonrisa tan angelical, que revelaba la paz y la pureza de su alma. (...)

Su corazón era más bello aún que su rostro, y su carácter tal, que la grande aman las simpatías y el amor de cuántos la trataban. 

¡Teresa en fin era un ángel!

Estereotipos patriarcales de género: mujer bella 

La belleza de la joven y la fama de su virtud, hicieron que se le presentasen mil partidos ventajosos que ella no aceptó, puesto que para dar su mano a un hombre, quería verle dado antes su corazón. 

El criado se alejó murmurando maliciosamente: -Diablo, y qué señora tan linda! Y se ha turbado al recibir el billete… El otro me encargó el secreto… Decididamente no es conveniente tener mujeres tan bonitas. 

Estereotipos patriarcales de género: realización femenina a través del matrimonio y la maternidad 

Después de dos años de amor y de proyectos, Teresa y Félix se unían al pie del altar, llevando como segura prenda de felicidad, la bendición de sus padres con la bendición de Dios. (...)

El cielo parecía favorecer estos esfuerzos aumentando de día en día la clientela del joven y estudioso médico, otorgándole los medios de acrecentar así su fortuna. 

Teresa por su parte no tenía otro afán ni ilusión que la de adivinar los deseos de Félix y de embellecer y encantar las horas que pasaba en el fondo de su hogar. (...)

La joven añadió a su corona de esposa la doble corona de la maternidad. Dios envió un Ángel de inocencia bajo aquel techo, y lo confió al cuidado de los jóvenes, sin duda para que hiciesen de él un alma pura, fervorosa y cristiana, que practicase el bien en la tierra, y que volviese a cantar un día su gloria en la eternidad. 

Mayor ventura no podía encontrarse en el mundo. 

Estereotipos patriarcales de género: "pobre esposa" que no cuenta todo a su marido

¡Ay de la esposa que miente una vez a su esposa y no tiene siempre su alma abierta ante sus ojos como un libro en el que pueda leer a todas horas!¡Ahí de la que oculta uno solo de sus pensamientos, aunque estos sean sencillos y puros!

Estereotipos patriarcales de género: esposo celoso que asesina 

El día se pasó con igual ansiedad por parte de ambos esposos: ella pensando en su hermano: el pensando en su deshonra. (...)

¡Ay de la pobre Teresa que no confío a Félix, mitad de su alma, mitad de subida, ser que era con ella un solo ser, las penas o las esperanzas que encerraba en su pecho!

Con aquella primera mentira, trocó en certeza las sospechas de su esposo, y dio visos de verdad a la calumnia que iba a envolverla. Félix salió de su casa con la risa en la boca y con la muerte en el alma. 

Estaba loco, desesperado. 

En su oído resonaban sin cesar las palabras que había oído aquella mañana a los miserables difamadores: en su pecho hervía la cólera, y su mano calenturienta buscaba sin cesar en sus bolsillos la pistola que había tenido al cuidado de cargar. (...)

Ciego por la ira, trastornado por los celos, teniendo ante sus ojos un velo de sangre, aceleró el paso y sin darse cuenta de lo que hacía, por 1 de esos movimientos que ni se calculan ni se meditan, levantó la pistola sobre aquel hombre que le robaba la aventura de su vida entera, su honor, su nombre sus esperanzas, y disparó sin vacilar. 

Estereotipos patriarcales de género / violencia cultural (la criada como iniciadora de la calumnia) 

La criada de Teresa que jamás la había visto salir a aquella hora, se quedó pensativa y murmurando para sí: -¿Dónde ir a la señorita sola, sin querer que nadie la acompañe y a esta hora… a esta hora…! Como sabe que el amo no vendrá, porque sus enfermos lo ocupan hasta las doce, puede hacer lo que quiera sin temor a que él… y le han traído una carta, ¡si yo pudiese saber! Aquella mujer, guiada por la curiosidad, miró en derredor con afán, y vio una tira de papel entre los hierros del balcón. (...)

La doncella se quedó admirada:-¡Quién lo dijera, exclamó; la señora faltarle a su esposo! Y de este modo! Vamos, esta visto: no hay que creer en las apariencias; y riñéndonos luego por cualquier cosa!¡la mojigata!¡Cómo se va a quedar Juana la cocinera cuando lo sepa!¡Y Pedro que dice que es un modelo de virtud, qué chasco se va a llevar!- Y ligera y casi alegre salió del gabinete, y fue a buscar a su compañero para darle la inesperada noticia. No tardó tanto en reunirse con ellos, y aquellos mismos servidores que comían el pan de Teresa, y a quienes ella trataba con tanta bondad, fueron los primeros en descargar sin piedad su honra, y en lanzar sobre su pura frente una infame y terrible calumnia. (...)

Entretanto su esposo había vuelto, y no encontrándola en casa, llamó a la doncella y la preguntó con extrañeza: -¿A dónde está la señora?-Ha salido, respondió ella con tono tan intencionado, que no pudo menos de llamar la atención de Félix. – ¿Y sabes tú dónde ha ido?- Yo? No señor: como es posible!-Montemayor la miró con fijeza.-Habrá ido sin duda casa de su madre: ayer estaba algo indispuesta; dijo, observando el rostro de aquella mujer, pues no podía explicarse qué encontraba de extraño en su tono y en su fisonomía.-¿Casa de su madre? Replicó esta con una intención refinada: si… 

V. lo cree…allí estará; y acompañó sus palabras de una sonrisa tan infame, que Félix se estremeció. – Puede V. retirarse, la dijo, y avisarme cuando vuelva la señora. La muchacha obedeció, y el esposo se quedó solo agitado por mil terribles pensamientos. Aquella sonrisa, aquel acento al hablar de Teresa habían penetrado en su alma. Su esposa era su ídolo, era su vida;¿le faltaría a caso? -¿Qué es esto? exclamó, aquí hay algún misterio. ¡Oh! yo he debido preguntar a esa mujer, obligarla a que me explique…pero no: pero no esto hubiera sido rebajarme a sus ojos, y rebajar a Teresa, qué es mi ángel. 

Violencia cultural: falta de agencia femenina 

Digno en sus acciones como en sus pensamientos, confesó su amor al padre de la joven y le pidió su consentimiento para ofrecerla su ternura, como más adelante quería ofrecerla su nombre. 

El anciano escuchó conmovido aquella petición, y cedió a una demanda hecha con tanta lealtad. 

Localización de originales

Hemeroteca del Museo Casa de los Tiros (Granada)

Fecha

18 Mar 2024

Personajes

Félix (joven médico encarcelado por asesinato), Diego (ludópata, hermano de Teresa), Teresa (joven hermosa y virtuosa), Enrique (primo de Teresa y Diego), criados (que incitan la calumnia)

Autoría

Antonio Terrón Barroso