IX Coloquio Internacional de Geocrítica

LOS PROBLEMAS DEL MUNDO ACTUAL
SOLUCIONES Y ALTERNATIVAS DESDE LA GEOGRAFÍA
Y LAS CIENCIAS SOCIALES

Porto Alegre, 28 de mayo - 1 de junio de 2007
Universidade Federal do Rio Grande do Sul

 


LAS NUEVAS FORMAS DE EXPANSIÓN URBANA EN YERBA BUENA (GRAN SAN MIGUEL DE TUCUMÁN, ARGENTINA)

BARRIOS PRIVADOS, COUNTRIES Y URBANIZACIONES CERRADAS

 

Matilde Malizia*

Pablo Paolasso+

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Universidad Nacional de Tucumán. Tucumán – Argentina

pablopa@webmail.filo.unt.edu.ar

 

 



Las nuevas formas de expansión urbana en Yerba Buena (gran San Miguel de Tucumán, Argentina). Barrios privados, countries y urbanizaciones cerradas (Resumen)

 

Por lo menos en los últimos 15 años la bibliografía referida a las metrópolis latinoamericanas ha puesto en evidencia el surgimiento de nuevas formas de apropiación del espacio urbano (Czerny 1998; Mertins 1998; Borsdorf 2003; Mertins 2003). Entre los cambios más notorios desde el punto de vista espacial, los cuales se relacionan con la aplicación de políticas de corte neoliberal en casi todos los países de la región, se pueden mencionar la construcción de edificios inteligentes, hoteles de lujo, urbanizaciones privadas, condominios verticales y proyectos de gentrificación lujosa. Estos caracteres han sido ya reseñados para buena parte de estas metrópolis. Sin embargo, es poco lo que se conoce sobre éste tópico para otras ciudades, como sucede en el caso de las ciudades intermedias. Diversas evidencias muestran que esos caracteres –a otra escala- también se repiten en estas urbes. Por ello, en este trabajo se definen los caracteres de la expansión urbana durante los últimos 15 años del sector noroccidental del Gran San Miguel de Tucumán. Según el último censo de 2001, este aglomerado contaba con cerca de 750.000 habitantes. Por su dotación de infraestructura y servicios es, también, la ciudad más importante del noroeste de Argentina, fungiendo en muchos sentidos como capital regional. Mediante información recogida a través de relevamientos de campo y de información provista por el municipio de Yerba Buena, se pudo constatar que algunos de los caracteres desarrollados en las grandes metrópolis, en especial el avance de una gran variedad de “urbanizaciones cerradas”, también ha sido característico en el caso del Gran San Miguel de Tucumán. Estos resultados indican que deben replantearse, a veces significativamente, los clásicos modelos de segregación socio-espacial referidos a las ciudades de América Latina, en especial de aquellos que dan cuenta de las ciudades intermedias, pues allí se han desarrollado de manera parcial procesos similares a los acaecidos en las metrópolis. Se abre, también a partir de los resultados obtenidos, el interrogante acerca de qué tipos de procesos son los que posibilitan el crecimiento con las características reseñadas de las ciudades intermedias y si es que los mismos se han repetido en otras urbes de similares características.

 

Palabras Clave: Ciudades intermedias – Urbanizaciones cerradas – Gran San Miguel de Tucumán – Segregación socio-espacial.



 

Abstract

 

At least in the last 15 years the bibliography referred to the Latin American metropolis has put in evidence the sprouting of new forms of appropriation of the urban space (Czerny 1998; Mertins 1998; Borsdorf 2003; Mertins 2003). Between the most well-known changes from the spatial point of view, which are related to the application of neoliberal policies in almost all the countries of the region, they are possible to be mentioned the construction of intelligent buildings, luxury hotels, gatted communities, vertical condominiums and projects of gentrificación. These characters already have been reviewed for good part of these metropolis. Nevertheless, it is little the knowledge of this topic for other cities, as happens in the case of the intermediate cities. Diverse evidences show that those characters -on another scale- also they are repeated in these cities. For that reason, in this paper the characters of the urban expansion are defined during last the 15 years of the NW sector of the Gran San Miguel de Tucumán. According to the last census -2001-, this city counted on near 750,000 inhabitants. By his infrastructure and services it is, also, the most important city of the northwest of Argentina, representing in many senses the role of regional capital. By means of field surveys and information provided by the Yerba Buena municipality, it was possible to be stated that some of the characters developed in the great metropolis, in special the advance of a great variety of “gatted communities”, also have been characteristic in the case of the Gran San Miguel de Tucumán. These results indicate sometimes that the classic models of socio-saptial segregation of Latin American cities must be reframed significantly, in special of which they give account of the intermediate cities, because they have been developed similar processes of the happened ones in the metropolis in partial way. A question is also opened, from the obtained results, about what types of processes are those that make possible the growth with the reviewed characteristics of the intermediate cities and if this process have been repeated in other cities with similar characteristics.

 

Keywords: Intermediate cities – Gatted communities – Gran San Miguel de Tucumán – Socio-spatial segregation.



 


Las transformaciones urbanas en América Latina durante los noventa y las ciudades intermedias

 

Las investigaciones referidas a las ciudades latinoamericanas -sobre todo a las grandes metrópolis- en los últimos años han puesto de manifiesto que se produjo un progresivo proceso de fragmentación en su funcionamiento y en su crecimiento (Prévôt Schapira 2000; Hidalgo y Borsdorf 2004).

 

Las ciudades, que se pensaban ante todo como lugares donde se conjugaban el progreso y la modernidad –como señala Prévôt Schapira (2000)-, han pasado por un proceso de dualización en su estructura espacial y social como resultado de la combinación de complejos factores. Los mismos están relacionados con el avance del capitalismo global pero también con los patrones culturales e históricos de las diferentes sociedades, entre otros.

 

Las grandes metrópolis, que crecieron al influjo de una economía sustentada en un modelo keynesiano basado en la sustitución de importaciones y cuyas estructuras podían ser explicadas según diferentes modelos que se ajustaban a la realidad en forma bastante precisa (Griffin y Ford 1980; Borsdorf 1982; Bähr y Mertins 1981), transitaron desde mediados de la década del ’70 y, con mayor ímpetu desde fines de la década del `80, un proceso de transformaciones sin precedentes en la historia. Dichos cambios obligaron a replantear esos modelos para adecuarlos a las nuevas realidades. De ese modo surgieron diferentes interpretaciones sobre la estructura de esas ciudades (Borsdorf 2000; Janoschka 2002).

 

Durante los años noventa la mayoría de los países de América Latina tuvieron un importante crecimiento económico, pero el mismo se tradujo en una fragmentación sin precedentes en las ciudades (Hidalgo y Borsdorf 2004). Hubo un aumento en la brecha entre pobres y ricos que provocó un fuerte distanciamiento social, el cual se convirtió también en segregación espacial. Tal vez la manifestación más visible de ese proceso haya sido la eclosión de espacios residenciales cerrados[1] y de un conjunto de infraestructuras -carreteras, centros comerciales, etc- vinculadas con la aparición de los mismos.

Estos espacios no constituyen una novedad en las ciudades latinoamericanas, pero su desarrollo se ha acelerado a partir de los noventa (Hidalgo y Borsdorf 2004), dando lugar a una nueva fisonomía tanto espacial como social.

 

Todos estos procesos, si bien se han estudiado con bastante detalle para las grandes metrópolis latinoamericanas[2], son menos conocidos para las ciudades que le siguen en la jerarquía urbana[3], aunque algunos autores –como Hidalgo y Borsdorf (2004)- señalan que estos procesos han tenido una rápida difusión en ciudades de diferente tamaño. Caben entonces aquí algunas preguntas ¿Se repiten estos procesos en las ciudades intermedias de la jerarquía urbana? Y si es así ¿son iguales los fenómenos que impulsan estas transformaciones?

 

 

La evolución de la ciudad latinoamericana

 

Las ciudades de América Latina presentan similitudes, tanto en el pasado como en la actualidad, en cuanto a su estructura funcional y socio-espacial, sin embargo la composición social y las estructuras políticas son ampliamente divergentes (Borsdorf 2003b; Bähr y Mertins 1993).

 

Desde mediados de los años setenta las metrópolis latinoamericanas se han visto sometidas a una serie de transformaciones importantes. Esto se debe, sobre todo, a una modificación en el ritmo de crecimiento urbano –provocado por la disminución de la migración del campo a la ciudad- y a las transformaciones sociales y políticas que alteraron las bases del desarrollo urbano (Janoschka 2002). Si bien el perímetro urbano continúa creciendo, la tasa de crecimiento decreció fuertemente (Borsdorf 2003a).

 

Las transformaciones socio-espaciales ocurridas en estos países a partir de la década del '80, y con mayor intensidad desde los noventa, se vieron reforzadas y aceleradas por los procesos neoliberales globales (Mertins 2003). Los mismos  implicaron cambios económicos y sociales en el contexto sectorial y regional cuyas repercusiones se manifestaron en dichas ciudades[4].

 

Las reformas económicas de los años noventa apuntaban a contraer el Estado, y produjeron una profundización de la brecha entre pobres y ricos. Las mismas generaron un proceso de polarización social que se vio reflejado en la nueva redistribución espacial de las ciudades, en la cual cada vez mas ciudadanos buscan una organización privada y eficiente de su vecindario que les provea de los servicios que antes eran públicos.

 

La aplicación de estas reformas puso en evidencia una marcada tendencia hacia formas globales de vida, vivienda y trabajo (Janoschka 2002). Surgieron nuevas formas comercializables, redituables y valiosas para el mercado, dirigidas principalmente a los ganadores de las transformaciones económicas[5]. Las ciudades latinoamericanas cambiaron su estructura y fisonomía, aparecieron nuevos elementos característicos tales como los muros y las cercas alrededor de barrios y calles, siendo estos los predominantes[6].

 

Espacial y urbanísticamente hablando estos cambios se expresan en el aumento de edificios inteligentes, urbanizaciones cerradas y condominios verticales, entre otros, en su mayoría construidos bajo condiciones de sociedad público-privado -public-private partnership-. A su vez esto refleja una degradación de la infraestructura de los barrios de las clases media y baja como efecto de la disminución de las funciones de control y manejo urbano por parte del Estado, el cual ya no se encarga de redistribuir los recursos.

 

Este tipo de emprendimientos se distribuyen en los alrededores de las metrópolis, generalmente, sin una planificación previa, obedeciendo a la ley de mercado. Se genera un proceso de transformación territorial que se plasma de dos maneras. Primero a través de la urbanización de fracciones de territorio destinadas a usos no urbanos, y segundo, la extensión de manera caótica del tejido urbano origina áreas con escasez  de servicios y de baja calidad ambiental (Vidal Koppmann 2000).

 

Siguiendo esta línea, dentro del proceso de desarrollo de las ciudades latinoamericanas se produce una fragmentación territorial que determina la dispersión de infraestructura y funciones urbanas, generando una amplia variedad de formas urbano-estructurales y de desarrollo (Mertins 2003). Al mismo tiempo destaca, a nivel macro, un proceso de mezcla social y a nivel micro se refuerza el patrón segregatorio.

 

De esta manera, la estructura urbana cambió hacia un organismo totalmente fragmentado, teniendo en cuenta que la fragmentación es el principio predominante de la ciudad latinoamericana contemporánea. La misma se expresa, entre otras cosas, a través de las urbanizaciones cerradas, centros comerciales y de entretenimiento que están equipados con barreras, murallas, sistemas de seguridad, etc. (Borsdorf 2003c).

 

La fragmentación espacial implica también fragmentación social. Este proceso de formación de enclaves para la clase alta y de enclaves para la clase pobre coexisten dentro de la ciudad y caracterizan a la misma en el presente, distinguiéndola de tan solo 30 años atrás[7]. Esto se identifica como “urbanización difusa”, expresión que da cuenta de un nuevo modelo que apunta a sistemas cerrados sin heterogeneidad y sin conexión entre ellos (Vidal Koppmann 2000).

 

La tendencia al aislamiento en complejos cerrados se impuso en la mayoría de las metrópolis de América Latina y en ciertas ciudades intermedias. Se produjo la llegada de las clases alta, media alta y media a zonas habitualmente populares, intensificando las desigualdades sociales y con ello la fragmentación socio-espacial. Anteriormente los espacios suburbanos eran ocupados masivamente por las clases bajas, en la actualidad están siendo habitados también por los sectores alto y medio a través de diversos complejos habitacionales, comerciales, de servicio, de entretenimiento, etc.

 

Esto marca una nueva distribución espacial que resalta la ruptura con la tradicional expansión de los barrios de la clase alta. Se evidencia en las metrópolis latinoamericanas una marcada tendencia hacia una “ciudad de islas” (Janoschka 2002; Borsdorf 2003b). Sin embargo los modelos tradicionales de análisis funcional y socio-espacial de las mismas continúan vigentes y representan el principio de organización fundamental.

 

A partir del modelo de diferenciación socio-espacial de la gran ciudad latinoamericana, Mertins (1995, 2001) elaboró uno similar para las ciudades intermedias basándose en diferentes ejemplos de Argentina, Colombia, Perú, etc. Allí también se desarrollaba, aunque de manera inconclusa, el esquema de anillos concéntricos y cuñas aunque aparecían en la periferia barrios de vivienda popular, barrios semilegales, ilegales y aquellos de las clases media y alta, muchas veces entremezclados[8]. Este modelo elaborado para ciudades cuyo crecimiento se produjo bajo un régimen típicamente fordista, ya preanunciaba, sin embargo, la fragmentación de estas urbes.

 

Según los modelos elaborados para las ciudades cuyo crecimiento se produjo bajo las reglas del neoliberalismo durante los años noventa -en este caso para las metrópolis- la fragmentación se ha vuelto la norma tal como lo muestra Janoschka (2002). En estas urbes posmodernas se multiplican las urbanizaciones cerradas en la periferia, cada vez de mayor tamaño, desdibujando la estructura en cuña que se desarrollaba previamente. Se incrementan los centros comerciales y de entretenimiento en todo el aglomerado, no solamente en las áreas contiguas a la clase alta. También se produce una mejora sustancial en las infraestructuras de transporte, con la construcción de vías de acceso rápidas para facilitar el traslado hacia las distintas áreas de la ciudad. Se promueve un traslado hacia los suburbios de la producción industrial, la cual se aglutina en parques de negocios o centros de actividad logística. De esta manera los elementos celulares que aparecen en la periferia se encuentran cada vez más involucrados con las apetencias del mercado inmobiliario y de desarrolladores y “brokers” inmobiliarios.

 

 

El Gran San Miguel de Tucumán

 

El Gran San Miguel de Tucumán (GSMT) –cuyo núcleo incluye a la capital de la provincia de Tucumán- comprende hoy en día un conjunto de localidades que se distribuyen entre 5 departamentos de la provincia (Figura 1). Este aglomerado contaba en el 2001 con un poco más de 730.000 habitantes (Cuadro 1).

 

Figura 1. Gran San Miguel de Tucumán

Fuente: Mansilla, Caillou de Sierra y Salim Grau, 2004.

 

 

 

Localidad

Departamento

Población

San Miguel de Tucumán

Capital

525.853

Banda del Río Salí

Cruz Alta

57.955

Yerba Buena – Marcos Paz

Yerba Buena

50.571

Villa Mariano Moreno – El Colmenar

Tafí Viejo

48.212

Alderetes

Cruz Alta

32.228

El Manantial

Lules

12.423

Diagonal Norte – Los Pocitos

Tafí Viejo

7.284

Barrio San Felipe

Lules

1.492

Total

 

736.018

 

Cuadro 1. Localidades que integraban el Gran San Miguel de Tucumán en 2001

Fuente: Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas (INDEC), 2001.

 

 

San Miguel de Tucumán es, por su tamaño y por las funciones que desempeña, la urbe más importante del norte de Argentina. Su crecimiento estuvo estrechamente vinculado con el desarrollo de la agroindustria azucarera, cuyo florecimiento comenzó en el último tercio del s XIX. Posteriormente, a lo largo del s XX su expansión demográfica y espacial fue acelerada.

 

En su desarrollo se han producido fenómenos típicos de otras ciudades de América Latina. La expansión hacia la periferia provocó la aparición de grandes áreas ocupadas por barrios de las clases bajas -villas miseria en la terminología argentina- que contrastan con los barrios de las clases altas -hoy bajo la forma de urbanizaciones cerradas-. A ello se suma el aumento de la segregación espacial y los severos problemas ambientales (Mansilla 2001).

 

Tales procesos se produjeron como resultado de las limitaciones que tuvo el desarrollo capitalista que promovió la agroindustria azucarera en la provincia. Esto se conjugó con una estructura demográfica caracterizada por el pasaje de un régimen pretransicional a uno trancisional, y el accionar errático de la clase dirigente de la provincia. Estos factores generaron intensos flujos de migrantes desde las áreas rurales hacia la capital, dando lugar al rápido crecimiento de la ciudad, el cual no fue acompañado por el aumento de infraestructuras y servicios básicos para la población.

 

 

La segregación socio-espacial en el Gran San Miguel de Tucumán

 

En las últimas décadas el proceso de desarrollo urbano del GSMT estuvo determinado por intensos cambios en el uso del suelo[9]. El área destinada al sector agropecuario disminuyó paulatinamente al mismo tiempo que creció el área para viviendas y otros usos urbanos -centros comerciales, instituciones públicas y privadas, etc.- Los lotes agropecuarios se transformaron en sitios baldíos hasta que se desarrollaron en ellos nuevas formas de uso urbanos. El baldío, por lo tanto, se caracterizaba como el elemento típico de la zona de crecimiento urbano. Al comienzo los cambios se dieron en forma circular alrededor del centro urbano y a lo largo de la avenida principal de acceso a Yerba Buena. Posteriormente las áreas de crecimiento circulares casi desaparecieron y las mutaciones se produjeron en zonas puntuales del GSMT (Müller 2000/01).

 

En estos espacios se construyeron conjuntos habitacionales de vivienda social junto con la ocupación ilegal de terrenos para viviendas populares. Hacia finales de la década del ’80 y principios de los noventa, la dirección del crecimiento urbano estuvo determinada por las preferencias de la demanda. Las personas de alto poder adquisitivo se instalaron en aquellos lugares que se caracterizaban por su cercanía a conexiones viales importantes.

 

De esta manera se distinguen dos zonas dentro del GSMT: el centro y oeste como área de vivienda de la clase media y media alta, y el resto como área de vivienda de la clase baja y media baja. Si bien aún predominan en el centro barrios de los estratos superiores y al mismo tiempo no se observa una notable extensión del centro comercial, los elementos sectoriales ya están presentes. Sin embargo se produce la migración de los mismos hacia el oste y la instalación de un subcentro en creciente desarrollo (Mertins 1995).

 

 

Metodología

 

Este artículo forma parte de un proyecto de investigación doctoral en curso. Para su elaboración se consideraron dentro de la unidad de estudio dos grupos poblacionales. El primero integrado por “los de adentro y los de afuera” de los countries y barrios privados –habitantes y vecinos-. El otro, que constituye el contexto de referencia, esta formado por actores sociales del ámbito público y privado como agentes inmobiliarios, constructores, urbanistas y representantes del gobierno provincial y municipal, entre otros; vinculados con el desarrollo integral de estos emprendimientos urbanísticos. La misma se lleva a cabo en el municipio de Yerba Buena, Tucumán, ya que concentra la mayor cantidad de urbanizaciones cerradas en toda la provincia y presenta una marcada heterogeneidad social entre sus habitantes.

 

Durante el trabajo de campo se llevaron a cabo entrevistas abiertas y en profundidad (Taylor y Bodgan 1990), observación con participación (Guber 1991) y conversaciones informales. La aplicación de estas técnicas permitió obtener información referida a instalación y desarrollo de los countries y barrios privados en Yerba Buena y los procesos de fragmentación y segregación social acaecidos, teniendo en cuenta los usos materiales y simbólicos que se adjudican al espacio.

 

Para complementar la información obtenida se aplicaron técnicas cuantitativas afines a las ciencias sociales. Se realizaron análisis estadísticos del Censo Nacional de Población y Vivienda 2001 desarrollado por el Instituto Nacional de Estadística y Censo –INDEC- y se analizó la cartografía provista por la Municipalidad de Yerba Buena. Por último se procedió al análisis de fuentes secundarias que incluyen notas periodísticas y folletos publicitarios de los emprendimientos.

 


Urbanizaciones cerradas -countries y barrios privados- en Yerba Buena

 

El municipio de Yerba Buena se encuentra ubicado al oeste del GSMT. En sus orígenes surgió como un enclave suburbano, un lugar de descanso con casas de fin de semana destinado a la clase alta de la capital que buscaban escapar hacia espacios que contaran con un contacto directo con la naturaleza.

 

En 1906 se creo el primer núcleo urbano, cívico y jurídico de Yerba Buena llamado Marcos Paz, que comprendía 25 manzanas en las cuales se erigió la iglesia, comisaría y juzgado de paz (La Gaceta, 10/12/2006). Sin embargo, previo a este hecho, ya se habían producido varios intentos de trazado urbano en los alrededores de la Plaza Vieja -plaza fundacional ubicada al sur de Av. Aconquija- y en la intersección de las actuales Avenidas Aconquija y Solano Vera que datan de 1850.

 

Durante la primera mitad del siglo XX la emigración de familias de la clase alta no alcanzó magnitudes significativas pero, entre mediados de la década del `60 y finales de los ochenta, Yerba Buena se convirtió en el área residencial por excelencia de las clases más pudientes. La construcción de sus respectivas residencias produjo un incremento significativo de la densidad poblacional y de las infraestructuras. Comenzó a poblarse de viviendas exclusivas -de alta calidad, superficies amplias y terrenos espaciosos- para uso permanente bajo un intenso proceso de transición de lo rural a lo urbano.

 

En el transcurso del último lapso surgieron los primeros countries, para uso de fin de semana exclusivamente, destinados a grupos selectos. El primero se construyó en 1978 bajo el nombre de Yerba Buena Golf Country Club y cuenta en su interior con una sede social y deportiva y un amplio campo de golf.

 

A partir de ese año la construcción de ese tipo de urbanizaciones se incrementó. Sin embargo, sólo fue a partir de 1991 que su número se multiplicó rápidamente bajo una fase de recuperación económica y liberalización de los mercados. Esos factores favorecieron las oportunidades de edificación y difusión de tales complejos. Vivir en los mismos se transformó en un símbolo de status social (El Periódico 4/12/05).

 

En la actualidad Yerba Buena concentra la mayor cantidad de urbanizaciones cerradas del aglomerado. En el 2005 existía ya 45 emprendimientos. El incremento de estas urbanizaciones no implicó una mejora sustancial de las infraestructuras de servicios -provisión de agua potable o cloacas- (La Gaceta 10/12/06), pero sí de las vías de comunicación que están comenzando a incrementarse y modernizarse.

 

Este municipio presenta el mayor crecimiento demográfico y espacial de la provincia en las últimas décadas. Junto a las viviendas de los estratos altos se construyeron barrios planificados para las clases medias, se ocuparon terrenos ilegalmente y apareció un gran número de asentamientos precarios. De esta manera la fragmentación espacial y la segregación social urbana resultante son protagonizadas por los diferentes grupos sociales[10]. El mayor contraste esta puesto entre quienes viven en urbanizaciones cerradas -los de “adentro”- y los que habitan los barrios populares o zonas periurbanas donde la mayoría de estas urbanizaciones se instalan -los de “afuera”-.

 

La distribución espacial de los countries y barrios privados en la zona de estudio no responde a un proceso homogéneo. Esto se debe a que la oferta de terrenos para usos urbanos casi no tiene restricciones y se origina en criterios económicos y normativos. Las restricciones económicas se presentan en lugares donde los costos de urbanización son más elevados que el rendimiento esperado de la inversión. Por el contrario, las restricciones normativas que impidan la planificación o el uso urbano de ciertas áreas prácticamente no existen (Müller 2000/01).

 

De esta manera las urbanizaciones cerradas se van localizando en espacios disponibles y, muchas veces, sobre aquellos ocupados tradicionalmente por los sectores populares. En sus comienzos se instalaron en zonas periféricas al casco urbano de Yerba Buena, en las cercanías al límite municipal. Estos tienen mayores dimensiones y entre ellos se encuentran el Country Jockey Club que se extiende sobre 140 ha y el Country Las Yungas sobre 130 ha. Con el correr de los años se comenzaron a construir emprendimientos de menor tamaño sobre pequeños terrenos próximos al centro de Yerba Buena. Ejemplo de ello son los barrios privados Rincón del Sol y Alpa Sumaj, ambos de 1 ha y UTI Pami de 18 ha. (Figura 2).

 

 

 

Figura 2. Distribución espacial de las urbanizaciones cerradas en Yerba Buena

 

 

A pesar de la ya mencionada inexistencia de un proceso homogéneo para la instalación de estos emprendimientos, la mayoría de ellos se ubican al sur de la Avenida Aconquija, que es el eje principal de acceso a Yerba Buena. Sobre esta avenida se localiza el área comercial que cuenta con toda una gama de locales de bienes y servicios. Actualmente el desarrollo de las urbanizaciones cerradas incentivó la instalación y expansión, también sobre este eje, de locales que ofrecen productos y servicios destinados a los sectores más pudientes (Figura 3).

 

 

 

Referencias

Figura 3. Distribución espacial de los comercios en la Av. Aconquija, Yerba Buena

 

 

Las urbanizaciones cerradas que se edifican en Yerba Buena son de dos tipos: countries y barrios privados. Los primeros, de carácter exclusivo y elitista, se reconocen porque exaltan la valoración de la vida al aire libre y la práctica de deportes. Para ello cuentan con instalaciones tales como canchas de fútbol y tenis y campos de golf, y espacios destinados al uso comunitario y familiar. Por el contrario, el barrio privado es la oferta mas difundida entre las urbanizaciones cerradas. Constituye la expresión de una nueva lógica de ocupación del espacio urbano por parte de grupos con ingresos medios altos y altos. Por lo general no disponen -o es mínimo- el equipamiento deportivo y recreativo para uso común. Según esta clasificación, del total de 45 emprendimientos existentes en Yerba Buena, 40 de ellos son barrios privados y sólo 5 countries[11].

 

Independientemente del tipo de construcción de que se trate, son diversas las causas que explican el surgimiento de los mismos. La expansión del proceso neoliberal global y la aplicación de sus políticas socio-económicas facilitaron las oportunidades para realizar inversiones directas de capital. Diferentes sectores empresariales comenzaron a destinar fondos al rubro inmobiliario impulsando el desarrollo y compra de los mismos. Esta situación se vio alterada por la crisis político-económica que explotó en el país en diciembre de 2001, que se manifestó, entre otras cosas, en la paralización de obras, la caída de las ventas, el aumento del precio del suelo, etc. Luego de la crisis, y con la recuperación económica de los últimos años, las urbanizaciones cerradas continúan en aumento.

 

Por otro lado la creciente sensación de inseguridad que se vive en la ciudad, la necesidad de habitar un lugar seguro y tranquilo, el deseo de vivir en espacios verdes en contacto directo con la naturaleza y el status que confiere residir en una urbanización cerrada se convierten en los patrones principales que llevan a tomar la decisión de mudarse a las mismas. En términos generales, estas causas reflejan la progresiva desaparición del sentimiento de comunidad en la ciudad y, como consecuencia, el aumento de la desigualdad social con el consiguiente ensanchamiento de la brecha entre pobres y ricos.

 

Finalmente el avance de los countries y barrios privados en Yerba Buena trae una amplia gama de consecuencias. Una vez instalados estos proyectos de urbanización comenzaron a aparecer diferentes conflictos en el municipio que los contiene y, por ende, en su población preexistente. 

 

 

Conclusión

 

A partir de los modelos de segregación socio-espacial se observa que el GSMT atravesó, en los últimos años, un intenso proceso de transformación en su estructura urbana. El crecimiento urbano en forma de “islas” rompió con el tradicional esquema de crecimiento en cuñas. Esa fragmentación es la característica predominante de dicho proceso, la cual continúa desarrollándose. Sin embargo muchos de los aspectos reseñados para estas metrópolis se están manifestando recientemente y, en algunos casos, se los encuentra en forma inconclusa.

 

En el caso específico de Yerba Buena se han instalado y desarrollado una gran cantidad de urbanizaciones cerradas, pero a una escala mucho menor que en las grandes ciudades. Estas urbanizaciones, entremezcladas con otras de menor jerarquía (barrios planificados, asentamientos ilegales, etc.), no cuentan todavía –debido a su número y tamaño- con ciertas infraestructuras básicas como vías de acceso adecuadas o cloacas, pero esto no impide que continúen en aumento. La difusión del estilo de vida que se lleva en las mismas desempeña un rol fundamental en este proceso.

 

Sin embargo, las urbanizaciones cerradas de Yerba Buena no son autosuficientes. Las personas que viven en ellas tienen que recurrir a su exterior para realizar diversas actividades cotidianas tales como las comerciales, educativas y deportivas, entre otras.

 

La proliferación de estos emprendimientos generó un quiebre en la trama urbana producto, muchas veces, de las grandes dimensiones de sus terrenos que impiden una libre y directa circulación hacia los principales ejes de la ciudad. Por otro lado, los mismos conforman una barrera física y visual que se manifiesta en las cercas y muros, y que incide directamente en las relaciones sociales entabladas entre los habitantes del lugar. La fragmentación del espacio urbano repercute en el patrón tradicional de segregación social. Si bien estos emprendimientos se convierten en fuentes generadoras de puestos de trabajo, por lo general son poco cualificados y mal remunerados.

 

Siguiendo a Bragos et al (2003) las autoridades locales –provinciales y municipales- no dimensionan los riesgos o efectos que los nuevos modelos de urbanización pueden tener en la organización social de la ciudad. Estas autoridades se sitúan frente a dos situaciones opuestas. Por un lado deben atender las demandas de subsistencia de los sectores marginados, y por el otro debe definir políticas urbanas que orienten y organicen la construcción de nuevos emprendimientos tales como urbanizaciones cerradas y centros comerciales.

 

Por todo esto puede verse claramente que los modelos para las metrópolis deben ser reformulados cuando se cambia la escala de la ciudad. La aparición de nuevos ejemplos ayudaría significativamente a mejorar el conocimiento de las ciudades intermedias.

 

 

Notas


* Lic. en Trabajo Social. Becaria Doctoral (Conicet)

+ Dr. en Geografía. Investigador Asistente (Conicet-UNT)

[1] Según el lugar se conocen como urbanizaciones cerradas, fraccionamientos cerrados, cotos cerrados, barrios privados, country club, o gatted communities.

[2] Al respecto pueden consultarse los tomos colectivos editados por Cabrales Barajas (2002), Hidalgo, Trumper y Borsdorf (2005), o los artículos publicados en las revistas Espacio y Desarrollo (2001); Geographica Helvetica (2002) y Norte Grande (2004), entre otros.

[3] Mertins (2001) ha señalado que en América Latina la investigación urbana ha sido, en primer lugar, investigación sobre la gran ciudad.

[4] Estos cambios se refieren al aumento de la flexibilización económica, concentración regional de la economía, centralización de las decisiones en las metrópolis, crecimiento del sector informal, aumento del desempleo y/o subempleo, aumento de la polarización socio-económica, segregación socio-espacial, creciente criminalidad y desregulación del mercado urbano y de las normas de planificación, entre otros (Mertins 2003).

[5] Svampa (2003) señala que existen los “ganadores” y los “perdedores” de las transformaciones socio-económicas.

[6] Borsdorf (2003b) plantea que en América Latina desde los orígenes de la ciudad moderna existieron muros dentro de las metrópolis los cuales nunca funcionaron como límites logísticos.

[7] Para Borsdorf (2003b) la tendencia a la segregación y separación del tejido urbano tiene una larga tradición en América Latina e implica una ruptura entre el espacio público y privado. 

[8] Borsdorf (1976, 1986) elaboró un modelo similar, donde las áreas concéntricas en vez de ser círculos concéntricos, son cuadrados concéntricos, pues en general el centro de las ciudades latinoamericanas tiene una estructura en damero.

[9] Müller (2000/01) analiza este período comprendido entre 1965 y 1991.

[10] Las mismas se entienden como la separación de diferentes grupos sociales en una ciudad o área geográfica de acuerdo a diferencias étnicas, religiosas, económicas, culturales, etc. (Roitman 2003)

[11] Según el Código de Ordenamiento Urbano de 1994 de la Municipalidad de Yerba Buena se define a la urbanización cerrada como urbanización especial. La misma es toda fracción de tierra cuya superficie sea igual o mayor a 2.500 m2 o tenga las características de manzanas conformadas. Puede estar destinada para finas habitacionales -grupo de dos o más viviendas que conforman un conjunto de características constructivas y diseños homogéneos- o no habitacionales -uno a más edificios cuyo destino no sea vivienda y que por su función genere una infraestructura necesaria para el fin por el cual ha sido creado-.

 

 

Bibliografía

 

BÄHR, Jürgen y Günter MERTINS: La ciudad en América Latina. Población y Sociedad, 1993, nº1, p. 5-14.

 

BÄHR, Jürgen y Günter MERTINS: Idealschema der sozialräumlichen Differenzierung lateinamerikanischer Großstädte. Geographische Zeitschrift, 1981, vol. 69, nº 1, p. 1-33.

 

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