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Scripta Nova.
 Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] 
Nº 94 (25), 1 de agosto de 2001

MIGRACIÓN Y CAMBIO SOCIAL

Número extraordinario dedicado al III Coloquio Internacional de Geocrítica (Actas del Coloquio)

EL MOVIMIENTO DE LOS SIN PAPELES EN FRANCIA EN LOS AÑOS NOVENTA
Y SUS REFLEJOS EN ESPAÑA

Laura Krueger
IHEAL - Université de Paris III Censier - La Sorbonne


El movimiento de los sin papeles en Francia en los años noventa y sus reflejos en España. (Resumen)

Los países de Europa, desde principios de los 90, han desarrollado políticas específicas para tratar del problema de la inmigración, con el fin de adaptarse a las normas comunitarias y para regular los flujos migratorios en sus respectivos territorios. Francia y España han adoptado leyes de extranjería, las cuales establecen requisitos legales cada vez más difíciles para el extranjero. Para responder a la precariedad legal de los inmigrantes, éstos han decidido reunirse y formar los grupos de sin papeles. Como protesta, se encerraron en iglesias donde llevaron a cabo huelgas de hambre. Con estas acciones colectivas se introdujeron en la esfera pública para reivindicar sus derechos, como cualquier ciudadano. Todo ello cuestiona los conceptos fundamentales de ciudadanía y de Estado-nación.

Palabras clave: Sin papeles / inmigración / ciudadanía / ley de Extranjería / acción colectiva


The without papers movement in France on nineteenth and its reflects in Spain.  (Abstract)

Since the beginning of the 90s, European countries have developed specific policies to face the problem of immigration, in order to adapt themselves to European standards and to regulate the migratory flows of their respective territories. France and Spain have adopted immigration acts. Those acts make conditions for immigrations even more difficult. To act against the legal insecurity affecting them, immigrants have decided to meet and to form associations of illegal immigrants. As a protest, they closed themselves in churches where they started hunger strikes. By means of those collective actions and to fight for their rights, the rights of every other citizen, they got into the public scene. That is why the fundamental concepts of citizenship and of state-nation are put at stake.

Keywords: illegal immigrants, immigration, citizenship, immigration Act, collective action 



 

¿Qué es eso de ser un sin papeles ?
Aunque no los tengan son seres humanos
y al ser humano lo primero que hay que hacer
es darle un papel para que
la sociedad lo reconozca como tal,
José Saramago, El País, 24 de enero de 2001

Según Rosa Montero (1), "el problema de la emigración es la cuestión crucial del siglo XXI". Por eso, los países de Europa están desarrollando una política común frente a ese fenómeno. Esto se traduce en cada país en cambios en las legislaciones de extranjería y, por lo tanto, en una política de regulación de la población extranjera que penetra en el espacio de Schengen (2) En Francia, desde el principio de los noventa y la llegada de los sucesivos gobiernos de derecha, se implantó una política restringida hacia los extranjeros que entran en el territorio. Los requisitos para poder quedarse en un país son cada vez más exigentes. La sociedad francesa estuvo muy marcada por la movilización de los sin papeles en los años 90. Actualmente, se nota el desarrollo de esta tendencia en España. A principios del 2001, se aprobó la Ley de Extranjería que restringe los derechos de los inmigrantes. A consecuencia de esta ley, 30 000 inmigrantes perdieron sus derechos (3). Por eso, como en Francia en 1996, los inmigrantes en España impulsaron luchas contra dicha legislación. En esta comunicación, presentaremos los rasgos esenciales de esas luchas, trataremos de llegar a unas reflexiones generales sobre la ciudadanía.

¿Qué significa ser un sin papeles?

Padres obligados a regresar a su país para obtener sin esperanza un visado, dejando a sus hijos (nacidos en Francia) a la administración estatal francesa (4), parejas mixtas situadas por la ley en situación de ilegalidad u obligadas a revelar toda la intimidad para poder tener el derecho de vivir juntos libremente, expulsión sin posibilidad de defensa, enfermos expulsados hacia sus país sin esperanza de ayudas medicas adecuadas, demandantes de asilo con amenaza de expulsión con el peligro de volver a una situación insegura en su país, jóvenes delincuentes expulsados hacia el país de sus padres con el que no tienen ningún lazo, extranjeros sin protección social o internados en centros de retención, padres de hijos nacidos en Francia pero que por la ley no pueden ser legales debido a que han entrado de manera clandestina al país… Estas son algunas de las consecuencias de las sucesivas legislaciones de extranjería votadas en los países europeos. Como lo expresa perfectamente uno de los representantes de los sin papeles, Kamal Sindhu, originario de India, "estoy aquí porque estoy harto de muchas cosas, de no existir como ciudadano a pesar de llevar aquí dos años y medio, de no poder trabajar porque no tengo papeles, de no tener papeles porque no puedo trabajar y de tener que escuchar que soy una persona ilegal (5)".

Francia parece estar buscando la mejor manera de cerrar sus fronteras e impedir que entren extranjeros. Las leyes de extranjería vienen teniendo consecuencias en la conciencia de la sociedad. Como lo dijo Farid Merabet, de la asociación Droit de cité: "para el hombre de la calle, el inmigrante es un integrista; para el comerciante, es un delincuente; para la policía, es un clandestino."

Los sin-papeles son las personas extranjeras que no tienen el título de residencia exigido por la ley del país en el que se encuentran. La identidad de los inmigrantes es, ante todo, un asunto jurídico, papeles de identidad y de legalidad; pasa por el papel y la Ley. Por lo tanto, la primera etapa de la inserción o integración de los extranjeros es la de una identidad de papeles. Lo que parece ser un simple asunto de papeles se convierte en una postura política y humanitaria importante. El extranjero por definición está excluido del espacio político. Si nos referimos a la teoría política francesa, es ciudadano el que tiene la nacionalidad del país; por lo tanto el ejercicio de la ciudadanía la ejerce el que tiene papeles nacionales.

Con las movilizaciones de los inmigrantes tenemos nuevos actores que aparecen en el espacio público. Pero, como tendremos ocasión de ver, esta lucha tiene como objetivo la legalización de los extranjeros, es decir una posibilidad de inserción en lo político, porque procede de reivindicaciones colectivas y humanas. Por eso, es interesante plantear: ¿cómo pueden personas "no-ciudadanas" (por ley), introducirse en la vida política para reclamar el derecho a ser ciudadano?.

La tradición francesa del Estado-Nación (6) determina que los extranjeros sean seres sin ciudadanía, hasta que obtienen la nacionalidad francesa. Es una consecuencia de la asociación entre ciudadanía y nacionalidad, concepto de la teoría política francesa. El extranjero queda excluido del cuerpo de la nación, por lo tanto está al margen de la comunidad política. El acceso a la nacionalidad es la condición del acceso a la ciudadanía francesa. Con las leyes Pasqua y Debré (7), todos los derechos y las libertades de los extranjeros se vieron limitados, y para algunos eso significó que de un día para el otro se transformaron en clandestinos o ilegales.

Para analizar el caso de los sin-papeles en Francia y en España, vamos por una parte, a estudiar sus orígenes y su significación; veremos, después, cómo se desarrollo el movimiento, hasta la irrupción en la esfera pública ; finalmente, podremos pensar en esta lucha del inmigrante como la creación de una nueva ciudadanía.

Los extranjeros y el término de sin papeles

Explicar el término sin papeles me parece primordial para comprender la movilización social de los extranjeros y sus objetivos. Una persona sin papeles vive con el peligro permanente de ser arrestado. El término de sin-papeles (8) apareció en los años setenta con las primeras movilizaciones de los inmigrantes en situación irregular. Su utilización (9), de origen periodístico, evita el uso de un término más despectivo como "clandestino" y no tiene la connotación del concepto de irregularidad y de ilegalidad. Desde 1993, se crearon muchas situaciones que no existían antes, es decir, gente que estaba de manera legal en el país con las leyes anteriores, y se encontró por la nueva ley fuera del cuadro legal. Un sin papeles es una persona que no puede circular de manera libre sobre el territorio, que no puede trabajar de manera legal, que no puede tener una atención médica, que no puede mandar a sus niños a la escuela, que tiene dificultades para encontrar vivienda… El sin papeles está excluido de la sociedad. La identidad está sólo reducida a un papel, es la libertad y la vida a cambio de papeles. Como consecuencia de la lucha de los sin papeles, ya no se usa más el término clandestino. El vocabulario traduce un cambio fundamental en las representaciones de la sociedad (10).

Cuando uno se vuelve una persona sin papeles, tiene pocas alternativas: o se entrega a la policía y corre el riesgo tener que regresar a su país de origen, o vive escondido como clandestino, o sale a la calle a exigir la regulación de su situación legal. Esta última alternativa fue la que eligieron algunos sin papeles.
 
La acción colectiva de los sin papeles

La acción colectiva de la población extranjera es un dato marginal, porque el extranjero suele ser considerado respeto a su estatuto como un ser económico y no como un ser político. En efecto, el inmigrante tenía un rol bien determinado, el de fuerza de trabajo. Las acciones de los sin-papeles parecen, por lo tanto, atípicas, porque es una acción colectiva con iniciativa de los inmigrantes para los inmigrantes (11). La historia del movimiento de los inmigrantes tiene en Francia diferentes etapas.

Empezó en los años 70 como un movimiento obrero de inmigrantes. El sindicalismo les permitió una socialización a la cultura obrera francesa (12), y a través de él, los inmigrantes se integraron en la acción pública. En Francia, la inmigración tiene una larga historia de luchas sociales, culturales o políticas. La meta de estas luchas es la posibilidad de vivir de manera decente, libre e insertada en la sociedad. A partir de 1968 (13), los inmigrantes empezaron a implicarse en el ámbito político, por una toma de conciencia de formar parte de la sociedad francesa.

El 8 de diciembre de 1972 (14), 19 inmigrantes de Túnez iniciaron una huelga de hambre en una iglesia de Valence, frente a las amenazas de expulsión de las nuevas leyes (15). Este primer movimiento tuvo un fuerte impacto en la sociedad francesa. Para apoyar a los inmigrantes, los sacerdotes de varias iglesias hicieron huelga de misa y la población se manifestó en las calles de Valence. Esta acción tuvo una fuerte repercusión en los medios de prensa. Los diecinueve tunecinos fueron regularizados.

Entre 1972 y 1973, numerosas huelgas de hambre colectivas tuvieron lugar en toda Francia para la obtención de la carta de residencia y contra las leyes de inmigración. Frente a la movilización, el gobierno francés reaccionó, primero, regularizando a los extranjeros que hacían la huelga de hambre por razones humanitarias, pero, luego terminó por regularizar a más de 500.000 inmigrantes. Es en esa época cuando apareció el término sans-papiers, utilizado en las organizaciones de izquierda que apoyaban a los movimientos de los inmigrantes. Antes, se hablaba de trabajador inmigrante. A partir de febrero de 1980, se desarrollaron nuevas acciones de los inmigrantes, sobre todo en el ámbito sindical, con el apoyo de la Confédération Française des Travailleurs (C.F.D.T.), sindicato cercano del Partido Socialista. En fabricas de confección, se pusieron en huelga de hambre para reclamar sus regularizaciones y mejorar sus condiciones de trabajo. Entre 1980 y 1983, más de 135.000 inmigrantes fueron regularizados.

A partir de 1991, aparecieron nuevos movimientos importantes de inmigrantes para reclamar su regularización. En París, varios inmigrantes hicieron una nueva huelga de hambre que desembocó en la regularización de otros 17.000 extranjeros.

Se hablará aquí del movimiento que empezó en 1996 (16) en París, frente al desarrollo de una nueva legislación sobre los extranjeros. El 18 de marzo de 1996, un grupo de 350 inmigrantes entró en la Iglesia Saint-Ambroise de París. La mayor parte del grupo eran originarios de Malí, reclamaron papeles y se autoproclamaron sin-papeles. Con esta acción, quisieron crear una nueva relación de fuerza con el gobierno, para que se diera cuenta de las contradicciones de su legislación. Las acciones de los sin papeles fueron iniciadas como respuestas a nuevas medidas administrativas (17). Las reivindicaciones eran muy claras; la regularización y la posibilidad de vivir sobre el territorio francés de forma libre. El hecho de realizar una acción en grupo tiene como consecuencia teórica (18) la de traducirse en una forma de expresión de ciudadanía. Los sin papeles querían demostrar con su acción colectiva su voluntad de quedarse en Francia y su sentimiento de pertenecer a la historia francesa (19) (pasado colonial y ayuda a la reconstrucción del país después de la II Guerra Mundial). A través de esta lucha, los sin-papeles trataron de conseguir una nueva identidad, no sólo la identidad de papeles sino una identidad basada en un sentimiento de pertenecer a un territorio, a una historia.

Para llevar adelante su lucha, los sin papeles se estructuraron y organizaron. Los grupos que tienen pocos poderes y en consecuencia medios de acción limitados (20), tienen que buscar una forma de difundir su batalla para que tenga alguna repercusión. La estrategia escogida fue la de abrir su lucha al exterior y sobre todo al ciudadano francés mediante un desplazamiento por toda Francia para hacer conocer su lucha o encuentros en las universidades y otros métodos. También, gracias a los medios de comunicación pudieron tener una visibilidad pública (entrevistas en la televisión o en la prensa escrita). Hubo muchas formas de lucha, cada una tenía un objetivo preciso.

Un grupo como los extranjeros, sin poder político o económico, necesita buscarlos para ser reconocido. Lograron tener unos apoyos constitucionales o sociales importantes, lo cual tuvo un gran impacto para legitimar la lucha. Consiguieron muchos apoyos (21) de ONG y asociaciones de ayuda a los trabajadores inmigrantes (Médecins du Monde, GISTI, Cimade…), de partidos políticos (les Verts), de sindicatos (CNT, CFDT, SUD…), de movimientos políticos ( SOS-Racisme, Jeunes contre le racisme en Europe…) o de personalidades del espectáculo o intelectuales (Emmanuelle Béart, Albert Jacquart, Monseigneur Gaillot, Ariane Mnouchkine…). Los recursos aportados por estos grupos son de diferentes tipos: pueden ser tomas de posición en los medios de comunicación sobre la situación de los sin papeles, aportaciones materiales (comida, ropa, agua) o ayuda psicológica y moral.

Las asociaciones de apoyo a los inmigrantes fueron las primeras en ayudarlos, ya que son ellas en general las que los ayudan en la vida cotidiana (por ejemplo en los trámites administrativos). Los sindicatos de trabajadores defienden los intereses de los trabajadores inmigrantes. Los partidos políticos tienen una actitud muy diferentes, el interés es menor ya que los inmigrantes no son electores potenciales. Además, han de tener cuidado para no ir en contra de la opinión de sus electores. Por eso, se vio que el Partido Socialista (22) (P.S.) apoyó, de forma directa, a un cierto momento a los sin papeles porque la lucha empezó a movilizar a buena parte de la opinión pública francesa. A esto podemos añadir que el P.S. optó por apoyar esta lucha como forma de estrategia en contra de la política de la derecha. Las estrategias frente a los extranjeros son diferentes: el P.S. tiene una política de rechazo respeto al trabajo negro, en cambio la derecha opta por una política represiva global, para ella los extranjeros perturban el orden público.

Del lado español, los sindicatos se unieron a la protesta desde el principio, como la C.G.T. Las asociaciones (Asociación de Jóvenes Inmigrantes de Catalunya, Inmigrantes Senegaleses, el Movimiento Papeles para todos, Cáritas, Cruz Roja) se reunieron para ayudar a los sin papeles. Además, se creó una plataforma ciudadana (23) que reúne a ciudadanos, partidos políticos y asociaciones.

Es importante también para los sin papeles que gente conocida se interese por su lucha (24). Esto permite sacar de la marginalidad a este movimiento y además populariza la lucha ya que tiene un impacto en los medios de comunicación. Para captar la atención de los medios, los modos de lucha tuvieron un papel fundamental. Es el caso de la huelga de hambre o de las manifestaciones en la calle. Además, el interés de los periodistas es todavia más importante si la lucha llevada adelante tiene una causa más profunda en la sociedad, se trata de una problemática general.
 
Los extranjeros y el acceso al espacio público: los encierros en las Iglesias

El campo político es en teoría un espacio reservado al ciudadano (25), y el extranjero es un sin papeles, por lo tanto no es considerado como un ciudadano. El extranjero ha desarrollado su acción en el ámbito asociativo, cultural o económico, es a través de esto que pudo tener acceso al espacio público. La nueva intervención de los extranjeros en el ámbito político tiene un aspecto marginal, fuera del marco institucional.

El extranjero se encuentra incluido en un campo social. Es el principio de la politización del que está fuera del espacio político. La forma de movilización permite une estrategia de penetración en el espacio público. Esta penetración se hace, por una parte, a través de la acción colectiva, y por otra, el extranjero como trabajador y por lo tanto agente económico, puede reivindicar sus derechos civiles y políticos.

En un segundo tiempo, el movimiento de los sin-papeles se convirtió, a través del desarrollo de su lucha, de su difusión por los medios de comunicación, en un movimiento importante en la sociedad, que cuestiona a la sociedad entera. Es con esta acción que adquiere un sentido político como el extranjero logra integrarse de cierta manera en la sociedad. La sociedad toma conciencia de que el extranjero es parte de la sociedad y no puede ser marginado.

Los sin-papeles tanto en Francia como en España eligieron como lugar de lucha las Iglesias (26). Es un lugar simbólico, sobre todo en la conciencia judeo-cristiana de las sociedades occidentales. Es un lugar de diálogo en el que la sociedad tiene más reticencia a expulsar. El hecho de ocupar un lugar permite al sin papeles poder crearse un espacio propio y de no quedarse en la clandestinidad. La Iglesia es un lugar respetado y neutro, no es polémico, es difícil que se realicen expulsiones. Además, por sus orígenes, muchos sin papeles son de religión musulmana y entonces tienen un respeto muy fuerte por las religiones y de los lugares de culto y sagrados. En la opinión de la Iglesia española, el hecho de ocupar las iglesias demuestra una especie de claudicación de la democracia (27). Los inmigrantes no encontraron otros cauces de expresión.

Los sin papeles eligieron como forma de lucha la huelga de hambre. Es una forma típica de lucha como reacción a las medidas tomadas por las autoridades. En general, es el último recurso utilizado por los que luchan. Crea una dimensión humanitaria. Es una forma que desde los años 70 (28), se encuentra en todas las luchas reivindicativas de los inmigrantes, tiene una aspecto colectivo que obliga el político a reaccionar. En España, los sin papeles iniciaron la huelga de hambre al principio de los encierros, la protesta se realizó por de 320 inmigrantes.

Pero, a pesar de lo que se acaba de decir, en Francia el 22 de marzo de 1996, la policía expulsó de la Iglesia Saint-Ambroise a los 430 sin papeles que la ocupaban. Después, una parte de estos extranjeros fueron expulsados del territorio francés. El 24 de agosto 1996, el gobierno mandó a la policía y desalojó por la fuerza (forzando incluso la puerta de la Iglesia con hachas y gas) a los sin papeles que ocupaban la Iglesia Saint-Bernard en París (29). Algunos fueron expulsados, otros encarcelados, hubo padres separados de sus hijos y algunos inmigrantes enfermos fueron dejados sin atención ninguna. En abril 1997, con la Ley Debré, se reforzó todavia más el dispositivo legislativo sobre los extranjeros, se facilitó la intervención de la policía para la expulsión de los extranjeros.

Otra forma fundamental de lucha es la manifestación en la calle, ya que implica el apoyo de los ciudadanos. En agosto de 1996, se desarrollaron dos grandes manifestación de apoyo a los sin papeles, las cuales llegaron a juntar más de diez mil personas (30). Estas manifestaciones demostraron el impacto importante de esta lucha en la opinión pública francesa. En España, los inmigrantes encontraron un apoyo importante en la sociedad civil como lo demuestran las manifestaciones que se realizaron, particularmente en Barcelona (se vieron más de 2.000 personas manifestándose en la Plaza de Catalunya). Pero, la manifestación más importante fue la del domingo 4 de febrero de 2001 que reunió entre 10.000 y 50.000 personas en Barcelona (31). El único lema fue "Papeles para todos". Esto demostró el respaldo ciudadano dado a este movimeinto.

Con el movimiento de los sin-papeles, lo social y lo reivindicativo se introducen en la esfera pública, por eso es necesario volver a definir lo que es la ciudadanía (32), establecer nuevos fundamentos de la comunidad política.
 
¿Una nueva idea de la ciudadanía?

Como ha escrito un autor, "la cuestión de la inmigración nos obliga necesariamente a repensar algo que es clave para la identidad de la política democrática: el mismo concepto de ciudadanía (33)".

El ciudadano en la tradición francesa es el que goza de los derechos civiles y políticos, en el territorio del Estado en que vive. Esta noción remite a la de nacionalidad, además la condición necesaria y suficiente para ser ciudadano es la nacionalidad. Por lo tanto, es ciudadano el que es nacional. Pero, ¿qué es ser ciudadano? Es el hecho de poder introducirse en la esfera pública y poder hacerse escuchar como individuo de una nación (34). La ciudadanía francesa es una "ciudadanía nacionalizada (35)", basada sobre el hecho de formar parte de un territorio y el sentimiento de formar parte de una historia y de costumbres. El ciudadano debe adherirse al principio del Estado de derecho. Según Boudon, el ciudadano es el que "participa en el ejercicio de la soberanía, puesto que por nuestros votos somos los actores de las leyes a las que debemos obedecer". El extranjero queda excluido de esta ciudadanía y, por lo tanto, de los derechos y de las libertades que le corresponden.

Por eso, en el fondo esta lucha por ser reconocidos, más que una demanda de papeles es una reivindicación política para tener el derecho de ser parte de una sociedad. Es necesario lograr disociar la cuidadanía de la nacionalidad. Pero hacer esa distinción implica plantear el significado del concepto del Estado-nación, por lo tanto crear un nuevo contrato social.

El término ciudadanía permite al que goza de ella poder adquirir una existencia política efectiva, un reconocimiento social y es una herramienta de la libertad de expresión. La nueva idea de la ciudadanía (36) podría ser la de abrir el concepto y evitar la visión de una ciudadanía nacionalizada. En efecto, esta noción crea una exclusión del que no puede integrarla.

Es interesante notar que una lucha como la de los inmigrantes sin papeles fue una acción colectiva para reinvidicar el derecho de vivir en un territorio de manera legal. De este modo, integran la esfera pública como ciudadanos no reconocidos. Su lucha implicó un replanteamiento de la política del gobierno. Una redefinición del Estado-Nación tiene que cuestionarse a este nivel y repensar el modelo tradicional de ciudadanía republicana.

Como dice un periodista de El País (37), "el que da los papeles es que distingue el Ser o la Nada, por recordar a Sartre. El problema de los sin papeles es tan sencillo de resolver como dárselos pero en medio está toda la maldad que se acumula en el Gobierno-Estado de cada país".
 

Anexo documental.
Resumen de la legislación francesa sobre los extranjeros

Indicamos aquí todas las modificaciones realizadas desde 1980 hasta 1997:

La Ordenación del 2 de noviembre de 1945 sobre la entrada y estancia de los extranjeros en Francia es la base de la legislación sobre los extranjeros.

Ley del 10 de julio de 1980;

Ley del 29 de octubre de 1981;

Ley de mayo de 1984;

Ley del 7 de julio de 1984 que establece un plazo de seis meses entre el casamiento y la adquisición de la nacionalidad;

Ley del 17 de julio de 1984 o Dufoix el título de residencia es renovado solo si el extranjero reside en el país desde más de tres años;

Ley del 9 de septiembre de 1986 o Pasqua que prolonga el plazo de un año entre el casamiento y la adquisición de la nacionalidad, la multiplicación de los requisitos de entrada en el país, la expulsión es sistemática en caso de riesgo para el orden público;

Ley del 8 de agosto de 1989;

Decreto del 31 de agosto de 1991 sobre los certificados de albergue;

Circular del 29 de octubre de 1991 o Sauvé-Marchand que permite la vigilancia de los estudiantes extranjeros y su expulsión en caso de fracaso a los exámenes;

Ley del 6 de julio de 1992;

Ley del 22 de julio de 1992, los chicos nacidos en Francia de padres extranjeros tienen que hacer una declaración para adquirir la nacionalidad;

Ley del 24 de agosto de 1993 o Pasqua que aumenta los poderes de la policía en lo que es de los extranjeros (los controles de identidad);

Ley del 30 de diciembre de 1993 que crea centros de retención judicial para los extranjeros en situación irregular;

Decreto del 14 de octubre de 1994, se crea la DICCILEC, la policía especializada en la inmigración;

Ley del 27 de diciembre de 1994 que crea zonas de espera en los aeropuertos y las estaciones de trenes internacionales;

Ley del 25 de abril de 1997 o Debré que refuerza la política represiva de expulsión de los extranjeros.

Fuente: Le Journal Officiel, La Documentation Française, París.
 

Notas

(1) MONTERO Rosa. Inmoral. El País, 13 de febrero de 2001.

(2) Los Acuerdos de Schengen fueron firmados el 19 de junio de 1990.

(3) El País, 23 de enero de 2001.

(4) La DASS es la administración de atención infantil.

(5) El País, 24 de enero de 2001.

(6) WIHTOL DE WENDEN Catherine. 1987.

(7) Los dos últimos Ministros del Interior de derecha franceses que pusieron leyes de extranjería muy represivas. Los gobiernos de izquierda las cambiaron poco. Cf. Anexo "Nociones de la legislación francesa sobre los extranjeros".

(8) SIMEANT Johanna. 1995.

(9) Por eso, utilizaremos de manera general el término sin-papeles.

(10) TERRAY Emmanuel, BALIBAR Etienne, CHEMILLIER-GENDREAU Monique, COSTA-LASCOUX Jacqueline. 1999.

(11) WIHTOL DE WENDEN Catherine. 1987.

(12) TREPIER Maryse. L'immigration dans la classe ouvrière en France. Paris.

(13) En este aspecto, podemos recordar las expulsiones por motivos políticos de militantes de izquierda (el caso Daniel Cohn-Bendit).

(14) SIMEANT Johanna. 1995.

(15) Las leyes son la Circulaire Marcellin del 24 de enero de 1972 y la Circulaire Fontanet del 23 de febrero de 1972. Estas nuevas normas penalizan a los trabajadores extranjeros que trabajan ilegalmente, no podrán obtener más la carta de estancia. Pero, también penalizan a los trabajadores extranjeros legales que están bajo el control de los empleadores.

(16) REFLEX. 1997.

(17) En 1995, el Ministro del Interior Charles Pasqua modifica la legislación de extranjería.

(18) KOUBI Geneviève. 1995.

(19) DIOP Ababacar. 1997.

(20) REFLEX.1997.

(21) SANNE Mamady. 1996.

(22) GALLAND Françoise. France, ta liberté fout le camp! Le nouveau Politis, París: n° 414, octobre 1996.

(23) El País, 24 de enero de 2001.

(24) HEIDSIECK Emmanuelle. 1995.

(25) KOUBI Geneviève. 1995.

(26) SIMEANT Johanna. 1995.

(27) BEDOYA Juan, "Los obispos reclaman al Gobierno todos los esfuerzos para regularizar a los inmigrantes", El País, Madrid, 14 de febrero de 2001.

(28) SIMEANT Johanna. 1995.

(29) REFLEX. 1997.

(30) Ariane CHEMIN, Le Monde, 25 août 1996.

(31) CIA Blanca, "Decenas de miles de personas exigen en Barcelona "papeles para todos" los inmigrantes", El País, Madrid, 5 de febrero de 2001.

(32) BOUAMAMA Said, CORDEIRO Albano, ROUX Michel. 1992.

(33) VALLESPIN Fernando. Inmigración e ideologías, El País, Madrid, 17 de febrero de 2001.

(34) KOUBI Geneviève. 1995.

(35) WIHTOL DE WENDEN Catherine. 1987.

(36) BOUAMAMA Said, CORDEIRO Albano, ROUX Michel. 1992.

(37) HARO TECGLEN Eduardo. Papeles, El País, Madrid, 13 de febrero de 2001.
 

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