Agustín Cuenca Guevara
@agustincnc
https://agustincnc.com
ChatGPT ha aparecido como un vendaval en la sociedad y, como no, uno de los primeros afectados ha sido el sector educativo y formativo.
GPT-3 es un LLM (large language model) que ha sido entrenado para básicamente adivinar (calcular la palabra más probable) que va después de lo que yo ya he escrito.
Estos modelos no tienen entrenamiento sobre un determinado modelo u ontología, sino que solo se entrenan sobre el lenguaje.
El resultado es sorprendente y de hecho ChatGPT ha sido la tecnología que más rápido ha alcanzado un millón de usuarios (5 días) en la historia.
Hay mil historias ya sobre usos sorprendentes de GPT, la que más me ha llamado la atención es la de una usuaria que alimento GPT con sus diarios de adolescente y ahora puede chatear con su yo de cuando tenía 15 años.
En mi opinión, GPT es solo el principio del principio, estamos absolutamente al principio, y hay mucho que discutir sobre las capacidades de GPT y sobre todo de sus futuras evoluciones.
Yo diría que hoy GPT es un poco “cuñado” y con la capacidad de aprobar la selectividad con no muy buena nota, aunque ya ha aprobado una parte del examen para ejercer como médico en USA. Pero no tengo duda de que es solo el principio, que con la enorme cantidad de entrenamiento que está recibiendo cuando lo usamos pronto estará cerca de un doctor.
Es relevante entender que GPT tiene un montón de sesgos (como los humanos) derivados del corpus de entrenamiento que ha recibido y de los controles que le ponen sus fabricantes. Cuál va a ser la evolución de esos sesgos es algo relevante, al fin y al cabo, GPT es “Made in USA”, y sus valores no son necesariamente los nuestros.
Yo creo que GPT será lo que sus educadores o entrenadores (no sabría bien qué palabra usar) quieran que sea. O quizás nos sorprenda como hacen algunos educandos que no responden a lo que se les pretende enseñar.
GPT ya ha sido prohibido en algunos entornos educativos porque ha dejado sin sentido problemas que antes requerían capacidades y trabajo del alumnado que hoy se resuelven simplemente sabiendo preguntar.
Como toda tecnología disruptiva está llena de incógnitas para el sector educativo:
- ¿Tenemos que enseñar lo mismo que antes de GPT?
- ¿Tienen sentido los métodos que usábamos hasta ahora?
- ¿Cómo va a cambiar el papel del educador?
- ¿Cómo va a cambiar el papel del alumnado?
- ¿Cómo va a cambiar el rol de las instituciones educativas?