¡Totalmente! Una vez planteada la cuestión generadora, la clase debe ponerse a trabajar para elaborar una respuesta colectiva.
Sin embargo, dado que las cuestiones intermedias son muy numerosas, no se trata de que todos los estudiantes las aborden todas: pueden repartirse entre los equipos, de modo que cada grupo trabaje en distintos aspectos del problema antes de compartir los resultados de sus respectivas investigaciones. Así, cada grupo trabaja en beneficio del colectivo, que pasa a desempeñar el papel de instancia exterior, y el estudio de cada grupo se enriquece con los informes de indagación de los demás.
La dimensión colectiva se hace aún más evidente cuando el profesorado no conoce en profundidad las cuestiones tratadas, ya que no puede validarlas ni determinar con certeza qué camino seguir. Aun así, sigue siendo quien mejor puede orientar el estudio del grupo y ratificar las decisiones tomadas.