Os animamos a intentarlo. Porque lo más difícil es, precisamente, no hacer lo que estamos acostumbrados a hacer: aportar respuestas a las cuestiones. En este caso, se trata de ayudar a los grupos de estudiantes a formular las preguntas y a buscar las respuestas. E intervenir cuando lo consideremos necesario, a veces para ofrecer una clase magistral (¡o dos!) sobre un tema determinado porque se necesita una nueva herramienta, y otras veces para indicar documentos o fuentes donde pueda encontrarse información relevante.
También está la cuestión del control. A menudo nos gusta tenerlo todo planificado, saber qué ocurrirá en cada momento y qué debemos hacer o decir. En este tipo de trabajo, sin embargo, debemos improvisar más, ya que estamos cediendo muchas responsabilidades a los grupos de estudiantes, aunque seguimos siendo los principales responsables del proceso.
Este cambio de posición docente no es trivial. El proyecto LABINQUIRY se propone precisamente aportar infraestructuras que apoyen este cambio y colaborar con los equipos docentes para elaborar conjuntamente las herramientas y estrategias que todavía nos faltan.