Así que, ¡adelante! Sed beatíficos en vuestro contagio ilimitado y poroso. Usurpad vuestros cuerpos. Convertíos en vuestro avatar. Sed el glitch. Dejad que toda la maldita cosa entre en cortocircuito. (154)
Russell, Legacy
Biografía
Legacy Russell (Nueva York, 1986) es directora ejecutiva y comisaria principal del colectivo de arte experimental The Kitchen. Russell aborda diversos ejes temáticos interconectados tanto en sus obras como en los proyectos en los que participa: género, performance, subjetivación digital e idolatría cibernética, además de media ritual. También trabaja de curadora en otros centros artísticos como el MoMA y el Studio Museum en Harlem. Su segundo libro, Black Meme (2024), está en vías de publicación a través de Verso.
Sinopsis
Legacy Russell desarrolla el concepto “feminismo glitch” presentando el glitch como disrupción de la binariedad del género y, por tanto, como resistencia a la normatividad. Russell defiende el potencial político que yace en las nuevas tecnologías, donde el glitch funciona como herramienta conceptual que transforma el ciberespacio en un lugar de liberación feminista. El texto sostiene que este error desestabiliza la normatividad patriarcal, racista y capitalista en la que vivimos. La autora negocia una posición propia entre las proposiciones tecno-utópicas del ciberfeminismo, y las opresiones sistémicas que corremos el riesgo de reproducir.
Reseña
Feminismo glitch (un manifiesto) es un texto que se une a los de otras autoras ciberfeministas que cuestionan los límites entre humanos y máquinas, haciendo de la identidad, en el caso de Russell, algo expansivo y relacional, alejado de políticas neoliberales. La autora explora la problemática humano/máquina que ya Haraway plantea con su cíborg, aquel mito que difumina los límites entre cuerpo y máquina. Russell construye sobre esta política feminista de la subjetivación buscando ir más allá de los principios de identidad, creando nuevas posibilidades para los cuerpos, “encontrando el placer dentro de la confusión de las fronteras” (Haraway, 1991, p. 20). El texto aboga por un internet abierto a albergar yoes múltiples a través de las diferentes pieles digitales que podemos habitar, jugando con la legibilidad/ilegibilidad de los cuerpos.
En este manifiesto queer y decolonial Russell entrelaza momentos autobiográficos y teóricos con proyectos de diversos artistas new media que denuncian la jerarquía racista y patriarcal de las relaciones de poder de la sociedad. Estos cuerpos queer y racializados son marginados dentro del sistema de pensamiento binario en el que vivimos, cuyo objetivo es mantener las fronteras políticas capitalistas generando categorías (falsamente) inamovibles. Así, Russell aboga por un feminismo digital que incluya autores LGBTQ+ y no-blancos, ya que las proposiciones de las ciberfeministas de los 90 estaban centradas en sus experiencias como mujeres blancas.
El glitch es acuñado como un término que describe distintas formas de revuelta ante el statu quo, al ser la falla en el sistema que demuestra que el sistema falla. Esto es ejemplificado por artistas que crean un marco digital que lleva el cuerpo hasta su límite, produciendo imágenes que inspiran un futuro alternativo como práctica de supervivencia y de denuncia. En el capítulo "El glitch es remix", la obra de Simone C. Niquille muestra el sesgo de los algoritmos a través de un programa para crear personajes 3D que, cuando se fuerza hasta su límite, no es capaz de reconocer ciertas corpo-realidades, demostrando que algunos cuerpos no existen para el sistema si no están codificados dentro de los parámetros de la normatividad.
Estos errores, en un sistema social infectado por el racismo, el machismo y la homofobia, puede que no sean errores al fin y al cabo, sino un muy necesario cortocircuito del sistema. El glitch es algo que perturba el funcionamiento de la máquina, mostrando la artificialidad de un sistema social naturalizado. El glitch rechaza la normatividad aprovechando la maleabilidad de los mundos digitales en pos de la exploración caótica de cuerpos e identidades, haciendo de la incapacidad de los cuerpos marginales para funcionar dentro de este esquema una ventaja. La política glitch es negarse “a ser esculpido de acuerdo con el contorno hegemónico de un cuerpo binario” y por tanto reivindica “un nuevo acuerdo y, para este acuerdo, queremos una nueva piel” (p. 23).
Bibliografía crítica
Haraway, Donna (1991), Manifiesto Cíborg, Madrid, Kaótica Libros.
Alcalá Espinosa, Ana (2025), "Legacy Russel. Feminismo glitch (un manifiesto)", Lletra de Dona in Lletra de Dona in Centre de Recerca ADHUC—Teoria, Gènere, Sexualitat / Universitat de Barcelona, data de consulta