Aprender ciencia emerge de la curiosidad

“Todo avance científico se inicia con una pregunta, que surge de un reto al que hay que buscar una respuesta o, muy a menudo, de una simple curiosidad ante algo que nos sorprende, por inesperado. Ante cualquier objeto o suceso que desconozcan, los niños y las niñas muestran una tendencia innata a examinarlo, a explorarlo y a buscarle utilidades.”

Bueno Torrens, David. “Pruebas de la neurociencia sobre el papel de las emociones para la educación”. En: Enseñando ciencia con ciencia, 2020. Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología. Ed. Penguin Random House.

El próximo 22 de marzo, Sonia Fernández-Vidal, doctora Física por la UAB, autora de obras como La puerta de los tres cerrojos, traducida a 12 idiomas, Quantic Love, novela ambientada en el CERN y Desayuno con partículas, compartirá preguntas y respuestas con estudiantes (desde la educación infantil hasta la universidad) que han participado en este proyecto para hacer visible la curiosidad a través de las preguntas.

Aprender ciencia es una experiencia emocional y afectiva

Aunque la base de la ciencia sea racional, es necesario que los alumnos se emocionen con ella para que la integren con eficiencia.

Te presentamos a Sonia Fernández-Vidal en nuestra próxima entrada. ¡Te esperamos!