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Propera conferència: La paleogeografía del caribe y sus implicaciones para la biogeografía histórica

Notícia | 03-05-2006

Manuel A. Iturralde-Vinent (Investigador Titular, Museo Nacional de Historia Natural de Cuba, La Habana)

La conferencia cuenta de dos partes. En la primera parte se discuten los conceptos acutales del origen y evolución del Caribe según la tectónica de placas, presentando los resultados principales del recién concluido proyecto IGCP 433 de la UNESCO/IUGS. A continuación se presenta un modelo de la formación y evolución del Caribe desde el punto de vista del origen alóctono de la Placa del Caribe, y un conjunto de mapas paleogeogràficos del Triásico tardío al Reciente. Sobre esta base, en la segunda parte de la conferencia, se discuten las implicaciones biogeográficas de estos escenarios paleográficos.
Se demuestra que el Caribe, desde su propia formación ha jugado un papel trascendental controlando la circulación de las aguas oceànicas, moderando el clima terrestre, y determinando las posibilidades de intercambio biótico entre los ecosistemas de las tierras y mares circundantes. La formación de un pasaje marino caribeño en el Mesozoico entre el Tethys occidental y el Pacífico oriental a lo largo de Pangea centro-oriental, ha sido postulada desde el Jurásico Inferior (Hettangiano-Pliensbachiano) de acuerdo a algunas tesis biogeográficas, pero faltan los datos estratigráficos que les sirvan de soporte a esta propuesta.
Quizás desde el Bathoniano (164Ma), pero ciertamente desde el Oxfordiano (154 Ma), los datos de la estratigrafia indican que esta conexión era totalmente funcional y la corriente marina Circum-Tropical estaba activa. La dispersión de las biotas terrestres entre Laurasia occidental (América del Norte) y Gondwana occidental (América del Sur) se interrumpió desde el Calloviano, cuando entre esos continentes se formó una faja de mar que los separó. Posteriormente hubo intercambios de tetrápodos entre la América del Norte y del Sur, a través de un puente terrestre antillano que los conectó brevemente durante el Campaniano tardío y el Maastrichtiano (75-65 Ma), y a partir del Plioceno hubo otra conección pero a lo largo de la América Central (2.5-2.3 Ma).
Desde la formación del primer archipiélago de islas volcánicas en el extremo Pacífico del Caribe, aproximadamente en la transición Jurásico-Cretácico (141Ma), en el escenario paleográfico del Caribe y su entorno han estado presentes islas volcánicas, bajos, y cresta. Pero dichas tierras emergidas fueron generalmente efímeras, ya que se sumergieron apenas unos pocos millones de años después de surgidas; y si soportaron alguna biota, estas desaparecieron junto con las islas. Solo a partir del Eoceno Medio han existido tirres permanentemente emergidas en el marco geográfico del caribe, que proveen del substrato necesario para la formación y desarrollo de las biotas terrestres actuales. De importancia fue el choque de un bolido extraterrestre con el planeta Chicxulub (Yucatán) hace 65 millones de años, del cual hay amplias evidencias en cuba, pues este casi borró todo vestigio de vida terrestre y marina en el Caribe.



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