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Un ensayo clínico pionero probará una psicoterapia con realidad virtual para jóvenes con depresión

Noticia | 18-10-2022

Algunos estudios revelan cifras preocupantes de jóvenes con síntomas de depresión. Por eso, mediante un ensayo clínico coordinado por Guillem Feixas, catedrático de la Facultad de Psicología y el Instituto de Neurociencias de la UB (UBNeuro), y por Adrián Montesano, profesor e investigador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación en la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), se está tratando de encontrar nuevas herramientas que permitan mejorar el tratamiento psicológico de esta población.

El estudio, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, analizará la utilidad de la terapia de constructos personales en jóvenes de entre 18 y 29 años que presentan síntomas leves o moderados de depresión. Además, explorará si esta terapia es más eficaz en combinación con EYME, una innovadora aplicación de realidad virtual.

El profesor Adrián Montesano explica que la depresión afecta a «entre el 60 % y el 80 % de los jóvenes», cifra que probablemente ha llegado a este punto debido a la pandemia. «En la mayoría de los casos —añade—, los síntomas son leves, pero sabemos que cuanto antes se preste atención a estos problemas, menos probable es que se mantengan a largo plazo o que se agraven».

«La terapia de constructos personales está especialmente centrada en cómo las personas construyen su realidad y en el significado que dan a las cosas que les pasan ya las personas que les rodean», explica Montesano. En las últimas décadas ha ido mostrando resultados positivos, pero este es el primer ensayo en el que se aplica específicamente a jóvenes con síntomas depresivos. Esto permitirá comparar la eficacia de esta terapia con la de la terapia cognitivo-conductual, que se toma como referencia y que se basa especialmente en las conductas observables.

 

EYME, una plataforma digital desarrollada en la UB

La realidad virtual se ha probado ya en terapias de exposición para abordar determinadas fobias, pero es la primera vez que se aplicará en el tratamiento de la depresión y como psicoterapia en general. La aplicación de realidad virtual EYME, desarrollada por la UB, es pionera: consiste en una plataforma digital inmersiva que ayuda a los psicoterapeutas a explorar y analizar las percepciones interpersonales de los pacientes (también es aplicable al coaching y a la consultoría de organizaciones). Mediante una entrevista previa, el sistema transforma los significados y las personas importantes para la identidad del paciente en esferas y palabras que se ubican dentro de un espacio en tres dimensiones. Esto permite acompañar a la persona en un paseo por su mente y por su universo de significados y valores personales, lo que favorece la conversación terapéutica. «Los algoritmos que utiliza se basan en el trabajo acumulado durante dos décadas, y creemos que puede tener un valor añadido entre la población joven: puede mejorar su adherencia al tratamiento y el atractivo de la psicoterapia», detalla Montesano.

 

La implicación del paciente, decisiva

Hasta ahora se ha observado que la eficacia de los diferentes tipos de psicoterapia es —de manera global— la misma y que aproximadamente el 35 % de los pacientes abandonan el tratamiento antes de que pueda considerarse completado. Esto supone un problema, dado que uno de los factores clave de la terapia psicológica es la implicación del paciente. Si el ensayo clínico que ahora se empieza a estudiar fuese positivo, permitiría personalizar el tratamiento de acuerdo con las preferencias personales, lo que reduciría la tasa de abandono.

El profesor Guillem Feixas destaca: «Este ensayo es importante para estudiar si podemos mejorar la eficacia de la psicoterapia con la ayuda de una tecnología humanizada (no sustituye al terapeuta) y humanizadora (se potencia el autoconocimiento sin etiquetar a la persona que consulta). Ahora lo estamos estudiando en depresión, pero hemos observado que funciona en otros muchos trastornos (alimentarios, de personalidad y otros) y en transiciones vitales (pérdida, duelo, migración, trauma, etc.), en los que el sentido de identidad tiene una implicación fuerte. Vemos un importante potencial de futuro».

Aunque el reclutamiento de voluntarios continuará abierto hasta principios de 2023, el ensayo, que se realizará con un total de 225 pacientes, ya ha comenzado: las primeras consultas se están realizando en las universidades implicadas, así como en centros de salud y hospitales asociados al proyecto. Las personas que quieran participar deben tener entre 18 y 29 años y deben presentar síntomas leves o moderados de depresión. Como parte del estudio, se les ofrecerán sesiones gratuitas de terapia con calidad científica, conducidas por profesionales expertos. Las personas voluntarias pueden apuntarse directamente desde la web del proyecto, que está en línea con el tercer objetivo de desarrollo sostenible.


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