En la intersección entre la estabilidad financiera y la calidad de vida, surge el concepto de bienestar financiero. Poniendo de relieve la importancia de mantener una buena salud financiera, si no también cómo esta se entrelaza con nuestra salud física y mental. Tanto organizaciones globales como regionales están promoviendo activamente la educación financiera como una herramienta clave para alcanzar un bienestar integral.

La Red Internacional de Educación Financiera de la OCDE (INFE-OCDE) define la educación financiera como ”el proceso por el que los inversores y consumidores financieros mejoran su comprensión de los productos financieros, conceptos y riesgos y, a través de la información, la enseñanza y/o el asesoramiento objetivo, desarrollan las habilidades y confianza precisas para adquirir mayor conciencia de los riesgos y oportunidades financieras, tomar decisiones informadas, saber dónde acudir para pedir ayuda y tomar cualquier acción eficaz para mejorar su bienestar financiero». Esta organización presentó en 2022 un manual que reflejaba cómo debería ser la educación financiera a los trabajadores. En esa misma presentación, la Financial Consumer Agency of Canada (FCAC) explicó que el estrés financiero representa una preocupación significativa con consecuencias profundas en la salud mental y física. Según la FCAC, muchos empleados enfrentan niveles elevados de estrés relacionado con sus finanzas, lo cual repercute negativamente en su productividad y bienestar general. La ansiedad por deudas o incertidumbres financieras puede derivar en problemas como depresión o insomnio, mientras que el estrés prolongado afecta la salud cardiovascular y otros aspectos físicos.

Por eso es necesario que las empresas adopten iniciativas que promuevan el bienestar financiero de sus empleados. Estos programas no solo mejoran la estabilidad económica individual, sino que también reducen el estrés y fomentan un entorno laboral más saludable y productivo. Al invertir en la salud financiera de los trabajadores, las organizaciones pueden contribuir a un mayor equilibrio entre vida personal y laboral.

El bienestar financiero no debería ser una quimera, sino una necesidad en un mundo financiero cada vez más complejo. La educación financiera es una herramienta indispensable para navegar en este panorama. Programas estructurados y efectivos no solo fortalecen la estabilidad económica, sino que también tienen el potencial de mejorar la salud física y mental, reafirmando que el bienestar financiero es clave para un bienestar integral.

Las personas con bienestar financiero suelen tener estas características: tienen el control de sus gastos, disponen de un fondo de emergencia para imprevistos, tienen las deudas bajo control y están en camino de conseguir sus objetivos vitales y financieros. Desde el Instituto de Estudios Financieros queremos ayudar a que los trabajadores lo logren a través de un programa de wellness financiero para empresas que incluye dos talleres presenciales. En ellos, los asistentes evalúan su situación financiera y adquieren herramientas para planificar cambios que mejoren su salud financiera y les acerquen a sus metas vitales.

Autor: Jordi Martínez Llorente, director de Educación Financiera del Instituto de Estudios Financieros (IEF).