Transitando las periferias

Laura Vilaltella

La periferia de una ciudad es el espacio urbano que rodea y se contrapone al centro. Por lo tanto, se refiere a una distinción en la localización que tiene un significado diferencial respecto al contenido social, la forma espacial de sus construcciones y al comportamiento urbano y residencial de sus habitantes. [...] Es un concepto relativo, porque con frecuencia se define frente al centro sin especificar concretamente ni su posición absoluta ni dónde comienza y termina, debido a que puede haber varios centros, y algunos podrían incluso ser considerados como periféricos y si hay múltiples centros puede haber también múltiples periferias(J. Leal, en J. M. García-Pablos, 2023)

La periferia es un tema que trato en mi práctica artística, y que acarrea un gran peso emocional en mi. Quizás es porque, Montcada i Reixac, el municipio en el que habito, asume estas tensiones de ser “periferia de…”, en tanto que mucha parte de la vida diaria se traslada a la gran ciudad de una manera casi inconsciente, en aspectos como el ocio y el trabajo. Aunque sí que existe un sentimiento propio de pertenencia al pueblo, no se puede negar que sufrimos en primera línea las consecuencias del centralismo, que siempre nos dejará en un segundo plano, dependientes de Barcelona. 

Esta tensión me parece muy interesante, pues plantea una serie de dilemas en cuanto al sentimiento de pertenencia a cierto lugar, manifestando un amor-odio hacia el centro y hacia el propio territorio que habitamos. Además, estas dinámicas se presentan de manera física en las rutinas cotidianas de los habitantes y en el paisaje, pues vivimos a medio camino entre lo urbano y lo natural, entre la pertenencia y la otredad. 


Como obra, quiero experimentar con los lenguajes de la obra impresa, para crear una publicación que sea un ensayo poético gráfico. Centrándome en la formalización de un proyecto como también una parte donde puede habitar el concepto, me propongo la exploración de una misma inquietud a través de dos obras diferentes: una publicación en formato librito, y una publicación obra-objeto desplegable de acordeón dentro de un tarjetero.

Por otro lado, la metodología se basará en, a partir de unas obras acabadas, poderlas trasladar al formato de publicación, el cual está a su vez relacionado con el cómic. Transitaremos así todo el proceso técnico, desde la creación de las maquetas, escanear, maquetar, imprimir, cortar y encuadernar. 


Los antecedentes para el proyecto son tanto propios como ajenos. Tengo presente una serie de pinturas que realicé, llamada “Donde Nace y Muere la Ciudad” (2024), donde pinté el recorrido por un camino de las afueras, donde se encontraban el asfalto y la naturaleza, evidenciando la desarticulación del urbanismo en las afueras. Además, también tengo presente una serie de dibujos propia, “Costumbre y Sorpresa” (2024), donde plasmé momentos de la vida cotidiana con un estilo más “cómic”. 
En cuanto a referentes externos actuales, conceptualmente me interesa Albert Lladó, con su conferencia “Caminar la periferia como forma de resistencia” (2021) en el CCCB y el libro “(de las) Periferias: ciudad, paisaje y territorio” de José Mª García-Pablos Ripoll (2023). 
Por otro lado, hay obras cinematográficas muy inspiradoras por su costumbrismo, pero con trasfondo social sobre un territorio, como “Alcarràs” (2022) o “El 47” (2024). Además, grandes referentes del cómic como Maria Medem, o artistas jóvenes contemporáneas como Luna Pan, que tiene un fanzine a dos caras que también me inspiró. 


Formalmente, la obra final se conforma de dos piezas clave. La principal, “Flores de hormigón”, es una publicación que trabaja mediante el lenguaje del cómic, actuando a modo de ensayo poético gráfico. En él, la propia materialidad de la publicación nos habla de las problemáticas territoriales que tratamos. Construida con una portada doble, el relato se divide en dos volúmenes, pero acaba conformando una sola voz. Por un lado, está el primero, sobre la visión de Montcada i Reixac de sí misma, y el segundo, sobre la visión de Barcelona desde su periferia. Esta manera de encuadernar, nos recuerda que centro y periferia son dos caras de la misma moneda, así como dos portadas de la misma obra, y plasma que, efectivamente, existe la periferia porque hay un centro. 
La segunda pieza, “Flores de hormigón (de bolsillo)”, se trata de un desplegable de acordeón, y es un resumen gráfico-conceptual de la primera, adoptando su mismo lenguaje pictórico. Actuando como obra-objeto, la publicación en forma de acordeón de 108 x 5,5 cm, habita dentro de un tarjetero de transporte público. En cierta forma, se mimetiza con la cotidianeidad, y acerca el arte a la vida, simbolizando que la tensión centro-periferia nunca sale de nosotros, siempre la llevamos encima, como un tarjetero. 


En cuanto a la metodología, primero hubo una fase de lluvia de ideas acerca de los posibles formatos que podría adoptar la obra. Una vez tuve una idea más o menos clara, hice una pequeña maqueta de la publicación. El primer librito resultó tener 24 páginas, y el segundo 16. 
Para calcular cuánto debía medir cada página, primero lo pensamos para imprimirlo a pliegos dentro de un DIN A3+ en horizontal, pero descubrí que en ninguna copistería a las que fui imprimían en ese formato, sino que lo hacían en SRA3. Por eso, cambiamos los cálculos, y finalmente las hojas de la publi debían medir 21,9 x 14,3 cm (es decir, un pliego sería 43,8 x 14,3 cm). Este tamaño de hoja, me parecía genial para el producto final, pero para trabajar me parecía demasiado pequeño. Es por esto que calculamos la relación proporcional para que cupiese en un DIN A3. Finalmente, fueron 27,1 x 41 cm, dentro de lo cual está la sangre de 0,5 cm a cada lado, y fuera de las medidas hay al menos 0,5 cm para poner cinta de carrocero y fijar la hoja a una tabla de madera.
Basándome en este último, realicé las pinturas con acuarela, y luego las escaneé para editarlas y añadirles el texto. Es en este punto que maqueté las páginas, primero en un Indesign del tamaño de la hoja individual, y luego en uno de tamaño SRA3, para hacer la imposición de forma manual. Después, realicé algunas pruebas de impresión en dos copisterías, y con diferente papel, pero finalmente me convenció más Alfambra. Además, también fui al BarnaPaper a seleccionar el papel que quería para mi obra, uno con un sutil color crema, que le da el toque de calidez necesaria para no afectar a los colores de la impresión.
Con la portada larga, fue el mismo proceso, pero en papel de 170 gr, y con la dificultad añadida de imprimir un 100x70 a doble cara, que fue posible gracias a la impresora de la facultad (pues la portada continua hace 66 cm de largo). 
Una vez impreso todo, se cortó y plegó a mano. Además, en el taller de litografía acabaron de materializarse los toques finales de la encuadernación, cortando las portadas largas, los márgenes y la sangre de los documentos, y encuadernando con grapas. 
Finalmente, el tiraje ha sido de siete copias

Con el desplegable de acordeón se siguieron los mismos pasos, aunque hubo un ligero cambio de planes. Al principio pensaba imprimirlo con el plotter, pues calculé la pieza para hacer 108 x 5,5 cm, y debía hacerse en la facultad porque era a doble cara. Sin embargo, no lo tuve acabado a tiempo para imprimirlo, y recurrí a un desplegable por piezas plegadas entre sí. De esta manera, las tiras se maquetaron en un SRA3, con rectángulos vacíos estratégicos para poder ir empalmando. Finalmente, se imprimió, cortó, pegó con cola de encuadernar, y se recortaron los márgenes. Como toque final, metí la obra en el tarjetero. 
De “Flores de hormigón (de bolsillo)” ha sido un tiraje de cuatro ejemplares. 


En conclusión, este proyecto, ha resultado en una obra que me ha hecho descubrir las infinitas posibilidades del arte impreso, una disciplina artística que me es muy interesante, y con la que seguiré experimentando en el futuro. Creo que he adquirido muchos conocimientos, y he conseguido una exploración de los formatos, mediante los cuales se puede converger también un discurso. En este caso, se han realizado dos publicaciones diferentes, pero que esencialmente van a parar al mismo concepto: la periferia y sus tensiones territoriales. Esta es la gran prueba de que siempre hay diferentes caminos para llegar a un mismo discurso, pero que todos deben portar ese significado en su aspecto. 
Considero que “Flores de hormigón” ha sido una obra clave para mí, que me abre muchos caminos de creación, y una mirada muy concreta. Sospecho que esta mirada periférica me acompañará siempre, y espero haber podido crear una obra que explique y haga resonar el discurso en el espectador. 

Imatges: 
Grup/Projecte: 
PRINT_M2_24/25