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SOMOS CUTRES, ¿Y QUÉ?

España es cutre. Pero no cutre según el término académico y tradicional de “pobre y de mala calidad”, sino cutre como modo de expresión y completamente transgresor. Porque, al fin y al cabo, apropiarse de todo aquello que siempre han menospreciado de uno mismo, es una forma de reivindicación.

A lo largo de las últimas décadas, el concepto Made in Spain se ha asociado siempre con lo basto, sucio y de mal gusto, y que, a su vez, está ligado con esa España profunda y de pueblo y con la clase media-baja. Sin embargo, y a pesar de la connotación negativa que se le ha dado al término, hay algo que hace que lo cutre, sea a su misma vez, reconfortante y una característica de la identidad de un grupo de personas determinado.

Sin ir más lejos, se puede ver lo cutre en cada rincón de todas las ciudades de España, todo aquello que antes se percibía como poco elegante y se buscaba algo con un aspecto más novedoso, limpio y fotogénico. Hoy en día cambia, lo fotogénico es lo cutre, desde donde se mire, siempre se encuentra belleza, en un coche quemado, en el bar de pueblo que lleva siendo el mismo 50 años, en las casas del sur, las abuelas a la fresca, las canciones típicas españolas… todo ello ha adquirido un atractivo inesperado, de lo cutre y repudiado a lo cutre y adorado.

Grupos de personas reunidas tomando algo en la terraza de un bar / Autor: My Path In The World

¿Por qué ha sucedido este fenómeno? Verdaderamente, “lo cutre”, reconforta. Mucha gente está harta de lo impecable, correcto e ideal, se ha acogido al término cutre para defender aquello que carece de dichas cualidades, pero que sin duda tiene un encanto distintivo. Entonces no es únicamente que reconforte, sino que, además, se ha convertido en un estilo de vida. Acogiendo el gusto por la España profunda, sin necesidad de estar en ella. La gente, en especial la juventud, ha pasado de querer gastarse 4 euros en un Starbucks a preferir irse al bar Manolo del barrio, a fumarte un cigarro con un café o de comprar en el Zara y recargar la página web a diaria a visitar tiendas de segunda mano 5 veces por semana.

Además, los jóvenes también han participado en la difusión de lo cutre gracias a las redes sociales. Ahora mismo hay un trend en TikTok que consiste en recopilar una serie de vídeos cortos donde se muestre esa parte más sencilla y natural de España, con canciones típicas del país, donde se aprecia esa cotidianidad y simpleza que tanto se anhela.

Naranjo en una terraza / Autor: Explore la Tierra

Por otro lado, “lo cutre” también ha llegado a las grandes marcas y ha hecho partícipe a muchas celebridades. De hecho, Balenciaga sacó en mayo de este año las llamadas “ParisHigh Top Trainers Full Destroyed”, un modelo de zapatilla cuyo aspecto es completamente desastroso, sucio y desgastado y que se vendían al módico precio de 1.850 dólares. Qué Balenciaga venda unos zapatos destartalados a ese precio es considerado icónico y rompedor. Sin embargo, ver a tu vecino del quinto, el cual trabaja ocho horas diarias en un trabajo precario, ir con unos zapatos en condiciones similares, pero sujetos a un desgaste real, es cutre y sucio. Ahora la pobreza se ha convertido en una estética para los ricos.

Este es uno de los motivos principales por los que ahora la gente que realmente ha crecido en este entorno, lucha para que su realidad sea vista. No se trata de romanizar o monetizar la pobreza, sino de visibilizar aquella parte de la sociedad que durante tanto tiempo ha sido atacada y marginada por ello. Mostrar todo aquello que ha formado parte de la vida de muchas personas y hacerlo nuestro, como un símbolo de unión.

“Lo cutre”, nos pertenece, y, por lo tanto, merece el cariño y aprecio que se le está dando. Lejos de avergonzarnos de ello, hemos recuperado esta estética que nos ha acompañado durante toda una vida para hacer de ello lo bonito y aceptado. Todo lo que nos acompaña es cutre y no por eso debemos serlo, ahora cobijamos aquello que nos representa de algún modo para usarlo como portada de la identificación española y lo representamos con orgullo.

Imagen destacada: Frutería en una calle española / Autor: Endless Distances

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