El pasado mes de octubre, la Revista Angle entrevistó a parte del equipo artístico de la nueva serie de RTVE Play: Dieciocho. Con Maël Rouin-Berrandou y Alícia Falcó encabezando la ficción y dirigido por Hammudi Al-Rahmoun. La serie alcanza temáticas como la inmigración y los tabúes alrededor de los menores extranjeros no acompañados.
¿Con qué aspecto os identificáis más con vuestro personaje?
M.R.: Moha es un personaje muy sensible, yo también lo soy, aunque no lo parezca. Moha también es un tipo que quiere estar en España, tener papeles y trabajar. Su vida no es tan fácil, mi vida también ha sido complicada. El personaje de Moha se parece mucho a mí, yo no he trabajado en cosas como, por ejemplo, ir de Marruecos hasta España, yo no hice este trayecto porque mi madre nació en Francia, pero es una historia importante de contar, tenemos los mismos orígenes.
A.F.: Con Cèlia ha sido muy fácil conectar. Creo que lo que más se acerca a mí son estas contradicciones de haber nacido en una situación relativamente fácil, con unos privilegios, y entender que hay contradicciones muy integradas en mi persona, igual que en Cèlia, por la sociedad en la que vivimos, que hemos de trabajar, aceptar y evolucionar. La inocencia de Cèlia, el primer amor… todo eso también me es cercano, porque somos jóvenes y lo hemos vivido hace poco. Quizá Cèlia tiene una situación familiar más complicada, una vida más precaria, más desestructurada que la mía, pero ha sido muy fácil conectar con ella.
A.F.: Me viene a la cabeza días de rodaje concretos, como los días de cocina o de playa, porque después en escena queda muy bonito, pero claro, la cocina es un lugar muy complicado, estábamos en un espacio muy pequeño, y eso lo hace más real y más orgánico, pero fue complicado, hay un curro detrás, hicimos lo que pudimos. Ahora lo ves y es muy divertido, pero fue intenso. En la playa igual, porque hacía mucho frío. No se nota, pero salimos azules en la serie del frío que pasamos ahí dentro [el mar], pero todo eso también lo hace más real, así que el resultado es más chulo, pero se sufrió [ríe].
¿Cuál es el mayor reto al que os enfrentasteis durante el rodaje?
M.R.: Lo más complicado para mí fue ponerme en la piel de un tío de Marruecos, que pasa por el barco, en patera, y de vivir en estas condiciones en el centro de menores. De vivir racismo, fue complicado, pero Hammudi [el director] me decía una cosa muy fuerte y muy guay: “Mira, el tío [Moha] no se va a parar con el racismo, va a continuar trabajando porque él tiene un objetivo, que es tener papeles y traer a su familia a España”.
A.F.: Creo que no, fue todo muy fácil, muy orgánico. Hicimos muchas lecturas de guion, improvisaciones… entendimos a los personajes. Fue un rodaje muy familiar, muy cercano. Yo hice clases de valenciano, que ya hace algo, el cambiar el dialecto o la lengua te coloca en otro personaje, entonces cuando ya entendí el valenciano y lo integré ya me sentía como Cèlia. Confiar en la historia, conectar de verdad con el resto de actores, fue un viaje muy bonito.
M.R.: Como el español no es muy lengua y yo soy de Francia, cuando duermo tengo sueños en francés y es más fácil hacer improvisaciones, pero cuando no es en tu lengua hay que trabajar mucho en el personaje. Fue mi primera experiencia y cuando trabajo en algo me gusta ser el mejor. Yo he trabajado mucho en esto, no para tener un español perfecto, pero no podía improvisar, y tuve que trabajar mucho en el texto. Después, cuando miras mi personaje, dices: “es que este tío es de verdad, tiene la historia en su corazón”.
¿Cuál fue vuestra primera impresión al leer el guion?
A.F.: Me emocionó mucho, porque me parece que está muy bien escrito, que es una manera de explicar esta realidad muy cercana, muy bonita, sin grandes pretensiones, es simple, cercana y muy humana. Me encantó la manera en la que se explica esta historia. Me emocionó, tuve ganas de adentrarme en el proyecto, poner mi grano de arroz y comenzar.
M.R.: Cuando leí el guion había mucha humanidad y esperanza, con un mensaje muy fuerte detrás. A veces hay racismo, pero no tienes que pararte ahí, tienes que continuar e ir más lejos y a integrarse, me ha gustado mucho esta escritura del director.
¿Con qué idea queréis que se quede el espectador?
M.R.: Una historia de amor, con esperanza, y algo muy lindo. Al principio estamos muy lejos [Moha y Cèlia] pero después tenemos el mismo camino y vivimos una historia juntos, aunque al final vayamos a tomar un camino distinto
A.F.: Sí, y el no perder la inocencia y el cómo el hacerse mayor influye en los caminos de la vida. Creo que comienzan conectando de una manera muy pura y después hay un proceso hacia la edad adulta, hacia la visión del mundo exterior, que igual les separa un poco… pero sí, como entender las relaciones personales desde la humanidad y la empatía, y cambiar un poco el mundo exterior, que ojalá mejore.