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El nacimiento del beso.
Saturnino de la Torre
Hace muchas,
muchíssimas lunas, cuando
el instinto dominaba sobre la razón y los sentimientos
no eran reconocidos como tales, cuando la selección
natural y la supervivencia eran los únicos dueños
de la vida, cuando la fuerza era el único criterio
de poder y de dominio, en fin, cuando el orden natural
era la única ley que imperaba en la tierra,
apareció en el pináculo del cuerpo humano,
hoy cabeza, una deslumbrante princesa llamada conciencia.
Era tal su fuerza y su dominio, era tal su belleza
interior y su atractivo, era tal su poderío y
superioridad respecto al mero instinto, que en cuanto
se hizo mayor llegó a fascinar a todos los miembros
del cuerpo y todo cuanto "tocaba" adquiría
una nueva forma de ser en la mente humana. Como si de
repente las cosas salieran de las tinieblas a la luz.
Así apareció el tiempo, el espacio, la
vida, los sentimientos, la diversidad humana,
Pero vayamos a nuestra historia. Esta hermosa princesa
llamada conciencia, no tardó mucho en adueñarse
del espléndido reino que es le cuerpo. Un reino
formado por dos altos y fuertes pilares acompañados
de flexibles extremidades que le permitía moverse,
acercarse alas cosas, tocarlas, tomarlas, moldearlas.
Un tronco de tersas llanuras, de onduladas dunas de
suave tacto, de pequeños contornos de poderosa
energía, de manantiales de vida y cráteres
lascivos
En fin, ese oasis con jardines y remansos
reservados, en los que la conciencia bañaba su
imaginación. Un estrecho istmo unía el
tronco a esa península sobre cuyo pináculo
reinaba la conciencia.
Pero había algo más sorprendente entre
estos sentidos sobre los que dominaba la Conciencia.
Vivían independientemente pro parejas, con funciones
complementarias. Cada uno de ellos exploraba un aspecto
del medio y proporcionaba información a la Conciencia.
Así, la vista estaba especializada en formas,
colores, volúmenes, espacios, etc. El oído
interpretaba el sonido y vibraciones de todo tipo de
objetos, incluso de dentro del cuerpo, como respiración
y corazón, y era el encargado del tiempo y del
ritmo. El olfato tenía la misión de analizar
unos corpúsculos minúsculos llamadas feromonas,
consideradas de gran importancia en la atracción,
galanteo y seducción de los humanos, aunque
pocos conocían este hecho. En suma, todos ellos
eran imprescindibles para el buen funcionamiento de
ese país regido por la conciencia.
Un buen día, tras el encuentro de la vista,
oído y olfato de dos Consciencias, surgió
un impulso mágico, una idea creativa que rompía
con toda la tradición anterior, una curiosidad
irresistible de saber qué había dentro.
Extracto del relato, del libro Dialogando con la
creatividad. Editorial Octaedro.
En el Pais de las Letras
Saturnino de la Torre y A. Cardoso
Hace muchos años, en un país muy lejano
llamado EL PAÍS DE LAS LETRAS, vivían
veintisiete letras que formaban el abecedario. Todas
ellas mantenían unas buenas relaciones de amistad,
eran buenas vecinas y siempre se ayudaban para formar
PALABRAS. La letra A era la presidenta del CONSEJO DE
LAS VOCALES, compuesto por ella misma y otras cuatro
más, que eran la E, la I, la O y la U. Nunca
se había producido una confrontación entre
ellas. Cada una desempeñaba una función
en el Consejo y, también, tenían su manera
de ser: La E era la vicepresidenta del Consejo y ayudaba
a la A en todo lo que podía; bueno, hay que decir
que la A y la E estaban casadas y eran muy felices…..
Después estaba el gupo de las CONSONANTES, que
eran las letras restantes. Ellas solas no podían
vivir, necesitaban de las vocales, ya que sin ellas
su vida no era posible. Pero no por ésto su existencia
era imposible, al contrario, mantenían una relación
de dependencia entre ellas y se querían.
Un día llegó al PAÍS DE LAS LETRAS
un ser que sembró la discordia entre las consonantes.
Convenció a éstas de sus posibles imperfecciones.
Después de ésto, la B se quejaba de que
tenía una prominente barriga y quería
adelgazar, la C protestaba por su enorme trasero y tampoco
quería comer. Todas se quejaban de su apariencia
física, y además este ser
llamado HOMBRE quería hacer desaparecer a la
letra Ñ por fea, así que se propuso aliarse
con el resto de consonantes para destruir a la Ñ
y a las Vocales. Al ver ésto, la Ñ sufrió
un gran rechazo entre sus hermanas
las consonantes, entonces fue a visitar a las Vocales.
Éstas la recibieron con agrado, como acostumbraban
a hacer.
…
La A, exaltada, convocó al Comité de Vocales
e idearon un plan para hacer desaparecer los malos pensamientos
de HOMBRE, así que avisaron a su amiga GOMA DE
BORRAR para que les ayudara.
Así fue, y la GOMA, contenta por servir al Comité
más importante del PAÍS DE LAS LETRAS,
el Comité de las Vocales, se propuso vencer los
pensamientos de HOMBRE EXTRANJERO.
Extracto del relato tomado de la obra Dialogando
con la creatividad
El quirófono , aula
cooperativa
Saturnino de la Torre
Ya sé, ya sé, al leer esto dirás
que estoy deformado por mi propia formación.
Lo siento, no lo puedo remediar. Cosa que veo, leo,
oigo o me acontece trato de encontrar su lado creativo
o formativo. Supongo que ocurre con otros profesionales.
Cada uno ve la realidad desde la faceta profesional
cuando ya forma parte esencial de la vida. No es extraño
, pues, que un amigo dentista te salude:
- Hola qué tal. ¡Qué buena dentadura
tienes! (caso real)
- Un médico diga: Hola, ¿cómo andas
de salud?
- Un artista diga: ¡Tienes un aspecto fantástico!
- Un psicólogo comente: ¿Cómo te
encuentras?
La palabra quirófano infunde respeto, ansiedad,
y hasta temor. Por una parte se acepta y desea por cuanto
representa una mejora para la salud, pero por otra,
no deja de ser una operación quirúrgica
y como tal
encierra riesgo . Uno siempre espera salir mejor de
lo que entra, pero siempre existe riesgo.
De cualquier modo, esta vez las informaciones que
tenía coincidían todas ellas en que una
operación de varices, aunque fuera de ambas piernas,
era más sencilla y segura que la de apéndice,
que era poco menos que entrar por una puerta y salir
para casa por la otra. Otra cosa bien distinta era pasar
por ello, sobre todo si se trataba de la primera vez
que uno entraba en esas frías salas de hospital.
….
En honor a la verdad he de decir que el slip estaba
en su sitio y nunca supe qué paño me pedían
subiera con la mano. Tampoco pude ver en ningún
momento las maniobras de cortar y pegar por cuanto me
pusieron un
parapeto que me lo impedía, pero lo que es sentir…
hasta la respiración.
Se escapó algún:
- Leches, eso duele!
Cuando por fin pregunto:
- Bueno ¿falta mucho? ¿cuándo van
a comenzar a cortar?
Me contestan.
- Ya hemos terminado. Solo falta vendarte.
¡Excelente noticia!. Fue tan sencillo y distraído
que hasta me pareció un tiempo corto.
- Pues muchas gracias y que tengan muchas operaciones
así.
Incluso me demoré en el quirófano por
terminar alguna de las historias animadas como “la
sala de los pedos” que les conté mientras
operaban.
Media hora en sala de recuperación, otra media
hora en el sofá aerodinámico, unas cuantas
comprobaciones de presión y demás constantes
y a dar un paseo por el pasillo de la planta. Todo estaba
en orden, ningún contratiempo así que
con esas me dieron el alta y a dormir a
casita. En menos de cinco horas estaba en condiciones
de moverme. Esos son algunos de los avances de la cirugía.
Y el quirófano una sala de múltiples funciones
y una de ellas, aula colaborativa en la que el paciente
puede también contribuir a un buen clima y a
una relajada intervención. Este es el segundo
aprendizaje. Y el tercero que la disposición
positiva, el buen humor, la satisfacción, facilitan
mucho más las cosas que las emociones de temor,
tensión o angustia. Todo eso es lo que aprendí
en el quirófano ese día, gracias a la
cirujano, anestesista y ayudantes.
En el limite de la vida
Saturnino de la Torre
Eran aproximadamente las 7h del día 25 de abril.
Faltaban unos diez minutos para que el avión
tomara tierra, pasada ya la cordillera andina.
Todo el viaje había sido tranquilo. Nada anunciaba
que en breves minutos iba a producirse un momento impactante.
Ningún aviso del comandante, ningún comentario
de la tripulación, ninguna prevención
a los pasajeros que ya estaban con los cinturones abrochados.
El tiempo transcurría implacable, segundo a segundo,
solapadamente, silenciosamente, sin nombre, hacia ese
momento estremecedor que se convierte en situación
límite, hacia el salto en el vacío del
no ser. Entonces uno se percata de que tan solo un hilo
imperceptible, un instante, es lo que separa el ser
del no ser. Y ese es un momento álgido para la
creación,... si se sobrevive, claro está.
Las alas del avión vibran como hojalatas en
medio del huracán, se agita, se zarandea y ...
se derrumba, ... se desploma en el vacío como
una mole inerte de muchas toneladas que cae desde lo
alto, sin energía que
contrarreste la fuerza de la gravedad. En unos segundos
tengo la sensación de que aquello es el final.
De que mi vida llegó a su límite. De que
el futuro queda truncado en un instante como una rama
rota por la tempestad. De que el no ser se adueña
del ser presente, para quedar en forma de recuerdo doloroso
entre amigos y familiares. De ser tangible, se pasa
a ser intangible, como el cigarrillo convertido en humo.
Y en esos segundos, en ese instante vital, en ese momento
de pura conciencia, afloran promesas de cambio, de ser
la persona que uno siempre quiso ser. ¡Dios mio,
sálvanos de ésta! Y aparecen todas las
personas queridas como una foto en vivo. De repente
se juntan en una misma estampa todas aquellas personas
que han marcado tu vida. Las personas a las que nunca
volveré a ver, hijos, mujer, hermanos... Sus
nombres se amontonan como en una cascada: sobrinos...
familiares, amigos... Y me duele en el alma no poder
decirles adiós en vivo. ¡Tan
solo adiós!. Y me despido de ellos con la espera
de otro final distinto.
Nunca lo había soñado así. ¿Por
qué habría de ocurrir?
Me doy cuenta que es mayor el estremecimiento interior
que el exterior.
Trato de comunicarme mentalmente con ellos. Pero tienen
desconectado el móvil de su mente. Están
ajenos a cuento me sucede en este momento. Si al menos
alguien conectara....y uniera su pensamiento con el
mío para
pedir un milagro...
Saltan por el aire algunos relojes que se desprenden
de la muñeca sin saber cómo, teléfonos
móviles que parecen buscar en el aire su conexión,
agendas y documentos que salen de los bolsillos como
queriendo
liberarse, objetos de todo tipo que uno no sabe bien
si saltan desdeabajo o vienen de arriba. El avión
parece alcanzar estabilidad... vibra nuevamente y sigue
cayendo hacia el vacío. En algunos instantes
se tiene la sensación de estar en una avioneta
de juguete en medio de latempestad.
El avión cae, …. cae, …. cae a un
ritmo vertiginoso….. Y te das cuenta que la ley
de la gravedad es implacable…..
….
Ya ves amigo, si lees esto es porque sobreviví
a aquel percance para poder contártelo. Una extraordinaria
lección que espero no te toque vivir.
Diálogo Onirico con Neruda
Era un día inolvidable de otoño. Yo contemplaba
el horizonte teñido de atardecer desde una pequeña
barca. El sol jugaba con los reflejos de las aguas del
lago. Allí estaba él, don Pablo, deslizándose
hacia mí sobre un mar de plata. Quedé
sorprendido.
- ¿Eres tú don Pablo?
- Quién si no?
- Te imaginaba en Chile
- Pues ya ves, no hay nada más cercano al espíritu
que el más allá. Tu mente gritó
mi nombre en Acuario y aquí me tienes. Tú
dirás.
- ¿Te acuerdas de Mario, tu cartero en la isla?,
le dije. Pues me
siento como él.
- ¿ Cuál es tu problema? ¿Qué
es lo que te sucede?
- ¡Dios, cómo te envidio! Gracias a tu
palabra entraste en el corazón de media humanidad.
Supiste llegar al alma de cultos e ignorantes, de jóvenes
y adultos, de hombres y mujeres. Sobre todo de mujeres,
a quienes supiste enamorar con tu poesía. ¡Cómo
me gustaría tener tu poder para que se fijaran
en mí! No te pido que sean muchas, sólo
algunas o almenos una. Sólo una ¿Es mucho
pedir?
- Amigo Raúl, resulta más fácil
que te admiren muchas que no te ame
una sola. Yo tuve muchas admiradoras pero un solo amor.
La admiración muere con la gloria, como el espejismo
del ídolo; el amor traspasa la vida. Escribir
es tan fácil como hablar cuando se tiene algo
que decir.
- Don Pablo, qué fácil es decir, pero
hacerlo es otra cosa. Yo nunca escribí en poesía
ni cosa que se le parezca. Hay cosas que si no se aprenden
de pequeño, de mayor es imposible.
- Imposible es lo que no se intenta, amigo Raul. Lo
que se intenta puede ser difícil, pero posible.
Hace falta una chispa, algo que te impacte, y a partir
de ahí, saca de dentro de ti todo el caudal de
emociones, vivencias e ideas. Ser poeta es lanzarte
al vacío y llenarlo de emociones y de palabras,
llenarlo de ideas y de sueños.
Y tras decir esto, un reflejo del lago transformó
a Pablo en una bella puesta de sol. Yo me quedé
pensando como otras veces. Entonces comprendí
lo importante que era también sentir. Y guardé
en mi corazón la huella indeleble del lago al
atardecer.
Relato tomado de la obra Dialogando con la
creatividad. Editorial Octaedro. Barcelona
El festival de los sentidos
Cuando la mirada descubrió aquel cesto de frutas, quedó prendada de su forma redondeada, de su tersura, de su colorido brillante, de sus reflejos. Se lo hubiera comido con los ojos si la conciencia no le advirtiera que lo que estaba viendo no era comestible, sino la estampa de un hermoso conjunto. Entonces la mirada extendió sus ojos hacia su entorno y quedó fascinada al ver cómo los frutos se movían al compás de ritmos que no acaba de comprender. La conciencia avisó a la imaginación para que viniera a ver aquella insólita escena de frutas en movimiento.
La imaginación aprovechó entonces para crear un entorno en el que pudieran encontrarse todos los sentidos y disfrutaran alegremente de aquel festival de colores, formas, melodías, imágenes, sabores, sensualidad de cuerpos en movimiento. La expresión del rostro hacía de pantalla panorámica en la que se reflejaba con amplia sonrisa el gozo de todos ellos. Por primera vez, vista, oído, tacto, movimiento, olfato, gusto, asistían juntos a un festival tan especial, invitados por la conciencia. Aunque vivían muy próximos unos de otros y se encontraban con frecuencia, cada cual iba a su tarea y raramente intercambiaban algo más que un hola y adiós.
El oído vibraba al compás de los ritmos cercanos y trasmitía al resto del cuerpo esa sensación placentera, de modo que piernas, brazos y tronco entero sintieron la necesidad de moverse y arrastrar con ellos a otros cuerpos próximos. Era algo imparable que contagiaba a cuantos se acercaban y eran atrapados como en un torbellino que se movía en horizontal, a lo largo de la calle. La vista chispeaba de gozo al ver que aquellas frutas que colgaban de las cabezas no eran sino una minúscula parte de aquel cuadro en movimiento en el que se mezclaban mil colores procedentes de las plumas de ave, de animales exóticos, de vestidos extraños. Tenía la sensación de que estaba ante un mar de colores que ondeaban al ritmo de una música sensual. Ante la sintonía entre oído y vista, el tacto aprovechó para acercar sus manos a esos cuerpos vestidos de ropas exóticas, en los que piel y tela se repartían por igual. El tacto no disfrutaba menos que la vista al ver girar y contornearse a esos cuerpos tan flexibles que bien pudieran haberse criado entre los juncos. El tacto percibió por primera vez que el movimiento añadía un efecto enajenante y que poco tenía que ver con el contacto quieto de los objetos o incluso del calor humano. El tacto en movimiento era como el cabalgar a lomos del sonido, como el roce enamorado de una caricia, como el beso robado a una princesa, que escapa antes de que lo descubran.
La imaginación indagó: ¿Qué tal amigos? ¿Cómo lo estáis pasando
De maravilla, contestó la mirada.
Espléndido, comentó el oído.
Fascinante, replicó el tacto
Ya veis lo que se consigue cuando se comparten las emociones.
Y la idea, alertó el pensamiento que seguía aquella escena un tanto descolocado, por cuanto en las clases a las que habiabía asistido nunca le habían enseñado tales cosas.
S. de la Torre. Extracto del libro Sentipensar. Editorial Vozes. Brasil
Eletricidad en el aula
Era el 14 de febrero del 2002. La psicopedagoga, profesora de educación especial de secundaria, estaba desconcertada sin explicarse por qué los alumnos estaban inquietos y no había manera de calmarlos. Tenían los nervios a flor de piel. Nunca la había ocurrido algo semejante, me contaba.
- No será que habían tenido alguna presión en otras clases y por eso estaban intranquilos en la tuya?, propuse.
- En absoluto, comentó, no era solo en mi clase sino en otras. Se movían, hablaban, respondían de forma irreflexiva, estaban como cuando un avispero se remueve y revolotean de un sitio para otro picando cuanto encuentran.
- ¿Te has encontrado otras veces con situaciones semejante?.
- Sí, me responde con rapidez, cuando trabajaba con niños pequeños en primaria. Cuando había revuelta, o cambio de tiempo estaban imposibles. No había manera de mantenerlos quietos y había que bajarlos al patio.
- Me recuerda la rodilla operada que no acaba de curar. Es el mejor termómetro pronosticador del cambio de tiempo. Antes de que haya revuelta ya sientes molestias en ella. Intuyo que existe alguna relación entre el ambiente, el clima y lo que nos ocurre. Como si la electricidad de la atmósfera penetrara en nuestro cuerpo.
- Tal vez sea eso, comenta la psicopedagoga, pero lo curioso del caso es que precisamente el grupo de muchachos con problemas, con retraso, con necesidades especiales, eran los que estaban más insoportables. O al menos eso es lo que me parecía a mi.
- ¿Has pensado, sugerí, que al ser 14 de febrero estaban esperando salir para celebrar el día de los enamorados?
- No lo creo. Aún son adolescentes. Por si fuera poco, ese mismo día tuve que atender a una madre que se me echó a llorar porque no encontraba modo de dominar a su hijo. No le hacía caso. Me ves allí haciendo de mediadora entre madre e hijo. Este respondiendo ofensivamente que si no podía que él que le metiera en un internado…. Te lo digo de verdad fue un día horrible.
- No te preocupes, mujer, verás como mañana ves las cosas de otra manera más optimista. Y lo de hoy es una historia que pronto olvidarás.
S. de la Torre. Extracto del libro Sentipensar. Editorial Vozes. Brasil
Planeta Agua
El libro “El Agua. Guía para la educación ambiental” comienza con un relato referido al monasterio de Leyre, que dice así:
“Sus relatos les hacía sumergirse en el océano para sentirse luego como gotas de agua confundidas con otras miles de gotas. Aquel extraño personaje les transportó como en un sueño a otra dimensión espacial desde donde podían contemplar la más preciosa joya del espacio que nunca podrían imaginar. Una capa cambiante de agua gaseosa envolvía un maravilloso y bello planeta. Como en un juego esconde y descubre alternativamente distintas porciones de la superficie, casi siempre de azul radiante. “El personaje, dicen, no dejaba de maravillarnos, pero al final se despidió de nosotros diciéndonos: Estoy preocupado; las criaturas más inteligentes del planeta están utilizando irresponsablemente la base de su propia supervivencia: el agua. Muy probablemente su futuro esté en peligro. Agua. Este y no otro será el nombre que desde hoy deberéis dar a este planeta que vosotros os empeñáis en llamar Tierra”.
S. de la Torre. Extracto del libro Sentipensar. Editorial Vozes. Brasil
Momentos de Paz Interior
Primeiramente, coloque um bela música instrumental de fundo. Por exemplo, uma música cantada pela Sarah Brightman, um noturno de Chopin ou do Secret Garden.
Sente confortavelmente no chão ou numa cadeira e mantenha a coluna reta. Feche os olhos e entre em sintonia com o seu corpo, com a sua respiração. Procure relaxar cada parte de seu corpo. Comece pela cabeça, passe pelos ombros e a cada momento, sinta-se relaxado. Relaxe o tórax, os braços, as pernas e os pés. A cada momento, vá respirando profundamente. Inspire e expire lentamente.
Estando relaxado/a procure respirar profundamente mais três vezes. Inspire e expire lentamente, deixando toda tensão sair de seu corpo. Inspire devagar e profundamente e sinta que a energia vai para dentro do seu abdômen e a cada respiração entre em sintonia com a energia vital que circula em seu corpo.
Estando bem relaxado/a, procure lembrar de três situações especiais em que sentiu Paz interior. Escolha a mais significativa para você, a que mais lhe tocou e procure visualizar e experimentar aquele sentimento de Paz interior presente em suas recordações.
Se por acaso, algum pensamento dispersivo cruzar a sua mente, procure afasta-lo com tranqüilidade e firmeza e, ao mesmo tempo, afirme: Estou em paz comigo mesmo/a e com tudo que está ao meu redor.
Repita três vezes e procure sentir-se verdadeiramente a Paz presente em sua vida.
Ao pensar assim, sinta a energia, a sabedoria e a confiança presente no seu ser interior e tente desprender-se e abrir mão de cada situação que o afaste de sua paz interior, de qualquer situação que lhe incomode neste momento.
Estando com a respiração centralizada, comece a pensar nas preocupações, tristezas, dores e em tudo aquilo que não lhe incomoda. Procure mentalizar tudo isto saindo de seu corpo, de sua mente e de seu coração em cada respiração. Libere tudo isto que lhe incomoda e perturba. Deixe tudo isto ir embora, devolva ao universo que transmutará esta energia
M. C. Moraes. Extracto del libro Sentipensar. Editorial Vozes.
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