Relatos


El nacimiento del beso.
Saturnino de la Torre

Hace muchas, … muchíssimas lunas, cuando el instinto dominaba sobre la razón y los sentimientos no eran reconocidos como tales, cuando la selección natural y la supervivencia eran los únicos dueños de la vida, cuando la fuerza era el único criterio de poder y de dominio, en fin, cuando el orden natural era la única ley que imperaba en la tierra, … apareció en el pináculo del cuerpo humano, hoy cabeza, una deslumbrante princesa llamada conciencia.

Era tal su fuerza y su dominio, era tal su belleza interior y su atractivo, era tal su poderío y superioridad respecto al mero instinto, que en cuanto se hizo mayor llegó a fascinar a todos los miembros del cuerpo y todo cuanto "tocaba" adquiría una nueva forma de ser en la mente humana. Como si de repente las cosas salieran de las tinieblas a la luz. Así apareció el tiempo, el espacio, la vida, los sentimientos, la diversidad humana, …

Pero vayamos a nuestra historia. Esta hermosa princesa llamada conciencia, no tardó mucho en adueñarse del espléndido reino que es le cuerpo. Un reino formado por dos altos y fuertes pilares acompañados de flexibles extremidades que le permitía moverse, acercarse alas cosas, tocarlas, tomarlas, moldearlas. Un tronco de tersas llanuras, de onduladas dunas de suave tacto, de pequeños contornos de poderosa energía, de manantiales de vida y cráteres lascivos… En fin, ese oasis con jardines y remansos reservados, en los que la conciencia bañaba su imaginación. Un estrecho istmo unía el tronco a esa península sobre cuyo pináculo reinaba la conciencia.

Pero había algo más sorprendente entre estos sentidos sobre los que dominaba la Conciencia. Vivían independientemente pro parejas, con funciones complementarias. Cada uno de ellos exploraba un aspecto del medio y proporcionaba información a la Conciencia. Así, la vista estaba especializada en formas, colores, volúmenes, espacios, etc. El oído interpretaba el sonido y vibraciones de todo tipo de objetos, incluso de dentro del cuerpo, como respiración y corazón, y era el encargado del tiempo y del ritmo. El olfato tenía la misión de analizar unos corpúsculos minúsculos llamadas feromonas, consideradas de gran importancia en la atracción, galanteo y seducción de los humanos, aunque pocos conocían este hecho. En suma, todos ellos eran imprescindibles para el buen funcionamiento de ese país regido por la conciencia.

Un buen día, tras el encuentro de la vista, oído y olfato de dos Consciencias, surgió un impulso mágico, una idea creativa que rompía con toda la tradición anterior, una curiosidad irresistible de saber qué había dentro.

Extracto del relato, del libro Dialogando con la creatividad. Editorial Octaedro.


En el Pais de las Letras
Saturnino de la Torre y A. Cardoso

Hace muchos años, en un país muy lejano llamado EL PAÍS DE LAS LETRAS, vivían veintisiete letras que formaban el abecedario. Todas ellas mantenían unas buenas relaciones de amistad, eran buenas vecinas y siempre se ayudaban para formar PALABRAS. La letra A era la presidenta del CONSEJO DE LAS VOCALES, compuesto por ella misma y otras cuatro más, que eran la E, la I, la O y la U. Nunca se había producido una confrontación entre ellas. Cada una desempeñaba una función en el Consejo y, también, tenían su manera de ser: La E era la vicepresidenta del Consejo y ayudaba a la A en todo lo que podía; bueno, hay que decir que la A y la E estaban casadas y eran muy felices…..
Después estaba el gupo de las CONSONANTES, que eran las letras restantes. Ellas solas no podían vivir, necesitaban de las vocales, ya que sin ellas su vida no era posible. Pero no por ésto su existencia era imposible, al contrario, mantenían una relación de dependencia entre ellas y se querían.
Un día llegó al PAÍS DE LAS LETRAS un ser que sembró la discordia entre las consonantes. Convenció a éstas de sus posibles imperfecciones.
Después de ésto, la B se quejaba de que tenía una prominente barriga y quería adelgazar, la C protestaba por su enorme trasero y tampoco quería comer. Todas se quejaban de su apariencia física, y además este ser
llamado HOMBRE quería hacer desaparecer a la letra Ñ por fea, así que se propuso aliarse con el resto de consonantes para destruir a la Ñ y a las Vocales. Al ver ésto, la Ñ sufrió un gran rechazo entre sus hermanas
las consonantes, entonces fue a visitar a las Vocales. Éstas la recibieron con agrado, como acostumbraban a hacer.

La A, exaltada, convocó al Comité de Vocales e idearon un plan para hacer desaparecer los malos pensamientos de HOMBRE, así que avisaron a su amiga GOMA DE BORRAR para que les ayudara.
Así fue, y la GOMA, contenta por servir al Comité más importante del PAÍS DE LAS LETRAS, el Comité de las Vocales, se propuso vencer los pensamientos de HOMBRE EXTRANJERO.

Extracto del relato tomado de la obra Dialogando con la creatividad

 

El quirófono , aula cooperativa
Saturnino de la Torre

Ya sé, ya sé, al leer esto dirás que estoy deformado por mi propia formación. Lo siento, no lo puedo remediar. Cosa que veo, leo, oigo o me acontece trato de encontrar su lado creativo o formativo. Supongo que ocurre con otros profesionales. Cada uno ve la realidad desde la faceta profesional cuando ya forma parte esencial de la vida. No es extraño , pues, que un amigo dentista te salude:
- Hola qué tal. ¡Qué buena dentadura tienes! (caso real)
- Un médico diga: Hola, ¿cómo andas de salud?
- Un artista diga: ¡Tienes un aspecto fantástico!
- Un psicólogo comente: ¿Cómo te encuentras?

La palabra quirófano infunde respeto, ansiedad, y hasta temor. Por una parte se acepta y desea por cuanto representa una mejora para la salud, pero por otra, no deja de ser una operación quirúrgica y como tal
encierra riesgo . Uno siempre espera salir mejor de lo que entra, pero siempre existe riesgo.

De cualquier modo, esta vez las informaciones que tenía coincidían todas ellas en que una operación de varices, aunque fuera de ambas piernas, era más sencilla y segura que la de apéndice, que era poco menos que entrar por una puerta y salir para casa por la otra. Otra cosa bien distinta era pasar por ello, sobre todo si se trataba de la primera vez que uno entraba en esas frías salas de hospital.
….
En honor a la verdad he de decir que el slip estaba en su sitio y nunca supe qué paño me pedían subiera con la mano. Tampoco pude ver en ningún momento las maniobras de cortar y pegar por cuanto me pusieron un
parapeto que me lo impedía, pero lo que es sentir… hasta la respiración.
Se escapó algún:
- Leches, eso duele!
Cuando por fin pregunto:
- Bueno ¿falta mucho? ¿cuándo van a comenzar a cortar?
Me contestan.
- Ya hemos terminado. Solo falta vendarte.

¡Excelente noticia!. Fue tan sencillo y distraído que hasta me pareció un tiempo corto.
- Pues muchas gracias y que tengan muchas operaciones así.

Incluso me demoré en el quirófano por terminar alguna de las historias animadas como “la sala de los pedos” que les conté mientras operaban.

Media hora en sala de recuperación, otra media hora en el sofá aerodinámico, unas cuantas comprobaciones de presión y demás constantes y a dar un paseo por el pasillo de la planta. Todo estaba en orden, ningún contratiempo así que con esas me dieron el alta y a dormir a
casita. En menos de cinco horas estaba en condiciones de moverme. Esos son algunos de los avances de la cirugía. Y el quirófano una sala de múltiples funciones y una de ellas, aula colaborativa en la que el paciente puede también contribuir a un buen clima y a una relajada intervención. Este es el segundo aprendizaje. Y el tercero que la disposición positiva, el buen humor, la satisfacción, facilitan mucho más las cosas que las emociones de temor, tensión o angustia. Todo eso es lo que aprendí en el quirófano ese día, gracias a la cirujano, anestesista y ayudantes.


En el limite de la vida

Saturnino de la Torre

Eran aproximadamente las 7h del día 25 de abril. Faltaban unos diez minutos para que el avión tomara tierra, pasada ya la cordillera andina.
Todo el viaje había sido tranquilo. Nada anunciaba que en breves minutos iba a producirse un momento impactante. Ningún aviso del comandante, ningún comentario de la tripulación, ninguna prevención a los pasajeros que ya estaban con los cinturones abrochados. El tiempo transcurría implacable, segundo a segundo, solapadamente, silenciosamente, sin nombre, hacia ese momento estremecedor que se convierte en situación
límite, hacia el salto en el vacío del no ser. Entonces uno se percata de que tan solo un hilo imperceptible, un instante, es lo que separa el ser del no ser. Y ese es un momento álgido para la creación,... si se sobrevive, claro está.

Las alas del avión vibran como hojalatas en medio del huracán, se agita, se zarandea y ... se derrumba, ... se desploma en el vacío como una mole inerte de muchas toneladas que cae desde lo alto, sin energía que
contrarreste la fuerza de la gravedad. En unos segundos tengo la sensación de que aquello es el final. De que mi vida llegó a su límite. De que el futuro queda truncado en un instante como una rama rota por la tempestad. De que el no ser se adueña del ser presente, para quedar en forma de recuerdo doloroso entre amigos y familiares. De ser tangible, se pasa a ser intangible, como el cigarrillo convertido en humo.

Y en esos segundos, en ese instante vital, en ese momento de pura conciencia, afloran promesas de cambio, de ser la persona que uno siempre quiso ser. ¡Dios mio, sálvanos de ésta! Y aparecen todas las personas queridas como una foto en vivo. De repente se juntan en una misma estampa todas aquellas personas que han marcado tu vida. Las personas a las que nunca volveré a ver, hijos, mujer, hermanos... Sus nombres se amontonan como en una cascada: sobrinos... familiares, amigos... Y me duele en el alma no poder decirles adiós en vivo. ¡Tan
solo adiós!. Y me despido de ellos con la espera de otro final distinto.
Nunca lo había soñado así. ¿Por qué habría de ocurrir?

Me doy cuenta que es mayor el estremecimiento interior que el exterior.
Trato de comunicarme mentalmente con ellos. Pero tienen desconectado el móvil de su mente. Están ajenos a cuento me sucede en este momento. Si al menos alguien conectara....y uniera su pensamiento con el mío para
pedir un milagro...

Saltan por el aire algunos relojes que se desprenden de la muñeca sin saber cómo, teléfonos móviles que parecen buscar en el aire su conexión, agendas y documentos que salen de los bolsillos como queriendo
liberarse, objetos de todo tipo que uno no sabe bien si saltan desdeabajo o vienen de arriba. El avión parece alcanzar estabilidad... vibra nuevamente y sigue cayendo hacia el vacío. En algunos instantes se tiene la sensación de estar en una avioneta de juguete en medio de latempestad.

El avión cae, …. cae, …. cae a un ritmo vertiginoso….. Y te das cuenta que la ley de la gravedad es implacable…..
….
Ya ves amigo, si lees esto es porque sobreviví a aquel percance para poder contártelo. Una extraordinaria lección que espero no te toque vivir.


Diálogo Onirico con Neruda

Era un día inolvidable de otoño. Yo contemplaba el horizonte teñido de atardecer desde una pequeña barca. El sol jugaba con los reflejos de las aguas del lago. Allí estaba él, don Pablo, deslizándose hacia mí sobre un mar de plata. Quedé sorprendido.
- ¿Eres tú don Pablo?
- Quién si no?
- Te imaginaba en Chile
- Pues ya ves, no hay nada más cercano al espíritu que el más allá. Tu mente gritó mi nombre en Acuario y aquí me tienes. Tú dirás.
- ¿Te acuerdas de Mario, tu cartero en la isla?, le dije. Pues me
siento como él.
- ¿ Cuál es tu problema? ¿Qué es lo que te sucede?
- ¡Dios, cómo te envidio! Gracias a tu palabra entraste en el corazón de media humanidad. Supiste llegar al alma de cultos e ignorantes, de jóvenes y adultos, de hombres y mujeres. Sobre todo de mujeres, a quienes supiste enamorar con tu poesía. ¡Cómo me gustaría tener tu poder para que se fijaran en mí! No te pido que sean muchas, sólo algunas o almenos una. Sólo una ¿Es mucho pedir?
- Amigo Raúl, resulta más fácil que te admiren muchas que no te ame
una sola. Yo tuve muchas admiradoras pero un solo amor. La admiración muere con la gloria, como el espejismo del ídolo; el amor traspasa la vida. Escribir es tan fácil como hablar cuando se tiene algo que decir.
- Don Pablo, qué fácil es decir, pero hacerlo es otra cosa. Yo nunca escribí en poesía ni cosa que se le parezca. Hay cosas que si no se aprenden de pequeño, de mayor es imposible.
- Imposible es lo que no se intenta, amigo Raul. Lo que se intenta puede ser difícil, pero posible. Hace falta una chispa, algo que te impacte, y a partir de ahí, saca de dentro de ti todo el caudal de emociones, vivencias e ideas. Ser poeta es lanzarte al vacío y llenarlo de emociones y de palabras, llenarlo de ideas y de sueños.

Y tras decir esto, un reflejo del lago transformó a Pablo en una bella puesta de sol. Yo me quedé pensando como otras veces. Entonces comprendí lo importante que era también sentir. Y guardé en mi corazón la huella indeleble del lago al atardecer.

Relato tomado de la obra Dialogando con la creatividad. Editorial Octaedro. Barcelona

El festival de los sentidos

Cuando la mirada descubrió aquel cesto de frutas, quedó prendada de su forma redondeada, de su tersura, de su colorido brillante, de sus reflejos. Se lo hubiera comido con los ojos si la conciencia no le advirtiera que lo que estaba viendo no era comestible, sino la estampa de un hermoso conjunto. Entonces la mirada extendió sus ojos hacia su entorno y quedó fascinada al ver cómo los frutos se movían al compás de ritmos que no acaba de comprender. La conciencia avisó a la imaginación para que viniera a ver aquella insólita escena de frutas en movimiento.

La imaginación aprovechó entonces para crear un entorno en el que pudieran encontrarse todos los sentidos y disfrutaran alegremente de aquel festival de colores, formas, melodías, imágenes, sabores, sensualidad de cuerpos en movimiento. La expresión del rostro hacía de pantalla panorámica en la que se reflejaba con amplia sonrisa el gozo de todos ellos. Por primera vez, vista, oído, tacto, movimiento, olfato, gusto, asistían juntos a un festival tan especial, invitados por la conciencia. Aunque vivían muy próximos unos de otros y se encontraban con frecuencia, cada cual iba a su tarea y raramente intercambiaban algo más que un hola y adiós.

El oído vibraba al compás de los ritmos cercanos y trasmitía al resto del cuerpo esa sensación placentera, de modo que piernas, brazos y tronco entero sintieron la necesidad de moverse y arrastrar con ellos a otros cuerpos próximos. Era algo imparable que contagiaba a cuantos se acercaban y eran atrapados como en un torbellino que se movía en horizontal, a lo largo de la calle. La vista chispeaba de gozo al ver que aquellas frutas que colgaban de las cabezas no eran sino una minúscula parte de aquel cuadro en movimiento en el que se mezclaban mil colores procedentes de las plumas de ave, de animales exóticos, de vestidos extraños. Tenía la sensación de que estaba ante un mar de colores que ondeaban al ritmo de una música sensual. Ante la sintonía entre oído y vista, el tacto aprovechó para acercar sus manos a esos cuerpos vestidos de ropas exóticas, en los que piel y tela se repartían por igual. El tacto no disfrutaba menos que la vista al ver girar y contornearse a esos cuerpos tan flexibles que bien pudieran haberse criado entre los juncos. El tacto percibió por primera vez que el movimiento añadía un efecto enajenante y que poco tenía que ver con el contacto quieto de los objetos o incluso del calor humano. El tacto en movimiento era como el cabalgar a lomos del sonido, como el roce enamorado de una caricia, como el beso robado a una princesa, que escapa antes de que lo descubran.

La imaginación indagó: ¿Qué tal amigos? ¿Cómo lo estáis pasando

De maravilla, contestó la mirada.

Espléndido, comentó el oído.

Fascinante, replicó el tacto

Ya veis lo que se consigue cuando se comparten las emociones.

Y la idea, alertó el pensamiento que seguía aquella escena un tanto descolocado, por cuanto en las clases a las que habiabía asistido nunca le habían enseñado tales cosas.

S. de la Torre. Extracto del libro Sentipensar. Editorial Vozes. Brasil

Eletricidad en el aula

Era el 14 de febrero del 2002. La psicopedagoga, profesora de educación especial de secundaria, estaba desconcertada sin explicarse por qué los alumnos estaban inquietos y no había manera de calmarlos. Tenían los nervios a flor de piel. Nunca la había ocurrido algo semejante, me contaba.

-   No será que habían tenido alguna presión en otras clases y por eso estaban intranquilos en la tuya?, propuse.

-   En absoluto, comentó, no era solo en mi clase sino en otras. Se movían, hablaban, respondían de forma irreflexiva, estaban como cuando un avispero se remueve y revolotean de un sitio para otro picando cuanto encuentran.

-   ¿Te has encontrado otras veces con situaciones semejante?.

-   Sí, me responde con rapidez, cuando trabajaba con niños pequeños en primaria. Cuando había revuelta, o cambio de tiempo estaban imposibles. No había manera de mantenerlos quietos y había que bajarlos al patio.

-   Me recuerda la rodilla operada que no acaba de curar. Es el mejor termómetro pronosticador del cambio de tiempo. Antes de que haya revuelta ya sientes molestias en ella. Intuyo que existe alguna relación entre el ambiente, el clima y lo que nos ocurre. Como si la electricidad de la atmósfera penetrara en nuestro cuerpo.

-   Tal vez sea eso, comenta la psicopedagoga, pero lo curioso del caso es que precisamente el grupo de muchachos con problemas, con retraso, con necesidades especiales, eran los que estaban más insoportables. O al menos eso es lo que me parecía a mi.

-   ¿Has pensado, sugerí, que al ser 14 de febrero estaban esperando salir para celebrar el día de los enamorados?

-   No lo creo. Aún son adolescentes. Por si fuera poco, ese mismo día tuve que atender a una madre que se me echó a llorar porque no encontraba modo de dominar a su hijo. No le hacía caso. Me ves allí haciendo de mediadora entre madre e hijo. Este respondiendo ofensivamente que si no podía que él que le metiera en un internado…. Te lo digo de verdad fue un día horrible.

-   No te preocupes, mujer, verás como mañana ves las cosas de otra manera más optimista. Y lo de hoy es una historia que pronto olvidarás.

S. de la Torre. Extracto del libro Sentipensar. Editorial Vozes. Brasil


Planeta Agua

El libro “El Agua. Guía para la educación ambiental” comienza con un relato referido al monasterio de Leyre, que dice así:

“Sus relatos les hacía sumergirse en el océano para sentirse luego como gotas de agua confundidas con otras miles de gotas. Aquel extraño personaje les transportó como en un sueño a otra dimensión espacial desde donde podían contemplar la más preciosa joya del espacio que nunca podrían imaginar. Una capa cambiante de agua gaseosa envolvía un maravilloso y bello planeta. Como en un juego esconde y descubre alternativamente distintas porciones de la superficie, casi siempre de azul radiante. “El personaje, dicen, no dejaba de maravillarnos, pero al final se despidió de nosotros diciéndonos: Estoy preocupado; las criaturas más inteligentes del planeta están utilizando irresponsablemente la base de su propia supervivencia: el agua. Muy probablemente su futuro esté en peligro. Agua. Este y no otro será el nombre que desde hoy deberéis dar a este planeta que vosotros os empeñáis en llamar Tierra”.

S. de la Torre. Extracto del libro Sentipensar. Editorial Vozes. Brasil


Momentos de Paz Interior


Primeiramente, coloque um bela música instrumental de fundo. Por exemplo, uma música cantada pela Sarah Brightman, um noturno de Chopin ou do Secret Garden.

Sente confortavelmente no chão ou numa cadeira e mantenha a coluna reta. Feche os olhos e entre em sintonia com o seu corpo, com a sua respiração. Procure relaxar cada parte de seu corpo. Comece pela cabeça, passe pelos ombros e a cada momento, sinta-se relaxado. Relaxe o tórax, os braços, as pernas e os pés. A cada momento, vá respirando profundamente. Inspire e expire lentamente.

Estando relaxado/a procure respirar profundamente mais três vezes. Inspire e expire lentamente, deixando toda tensão sair de seu corpo. Inspire devagar e profundamente e sinta que a energia vai para dentro do seu abdômen e a cada respiração entre em sintonia com a energia vital que circula em seu corpo.

Estando bem relaxado/a, procure lembrar de três situações especiais em que sentiu Paz interior. Escolha a mais significativa para você, a que mais lhe tocou e procure visualizar e experimentar aquele sentimento de Paz interior presente em suas recordações.

Se por acaso, algum pensamento dispersivo cruzar a sua mente, procure afasta-lo com tranqüilidade e firmeza e, ao mesmo tempo, afirme: Estou em paz comigo mesmo/a e com tudo que está ao meu redor.

Repita três vezes e procure sentir-se verdadeiramente a Paz presente em sua vida.

Ao pensar assim, sinta a energia, a sabedoria e a confiança presente no seu ser interior e tente desprender-se e abrir mão de cada situação que o afaste de sua paz interior, de qualquer situação que lhe incomode neste momento.

Estando com a respiração centralizada, comece a pensar nas preocupações, tristezas, dores e em tudo aquilo que não lhe incomoda. Procure mentalizar tudo isto saindo de seu corpo, de sua mente e de seu coração em cada respiração. Libere tudo isto que lhe incomoda e perturba. Deixe tudo isto ir embora, devolva ao universo que transmutará esta energia

M. C. Moraes. Extracto del libro Sentipensar. Editorial Vozes.