«Creo que hoy en día los valores no están claros y con mi trabajo artístico intento reivindicar esta parte de ética que falta»

«Todas mis piezas son procesos que se abren y que yo no sé lo que darán de sí»
«Todas mis piezas son procesos que se abren y que yo no sé lo que darán de sí»
Cultura
(26/07/2010)

El artista Josep-Maria Martín (Ceuta, 1961), profesor de Arte/Acción de la Escuela Superior de Arte y de Diseño de Ginebra y responsable pedagógico de la Escuela Superior de Bellas Artes de Perpiñán, participó en el curso de Els Juliols Los procesos creativos y trastornos mentales, con la sesión «Prototip dʼespai per gestionar les emocions a lʼhospital». Los proyectos artísticos de Josep-Maria Martín ponen el acento en la idea de proceso, investigación, participación, implicación y negociación, haciendo que los agentes identificados para cada proyecto se conviertan en verdaderos generadores de un proyecto común. Martín negocia y crea prototipos de espacios que se ponen en práctica, haciendo de su utilización toda una experiencia.

«Todas mis piezas son procesos que se abren y que yo no sé lo que darán de sí»
«Todas mis piezas son procesos que se abren y que yo no sé lo que darán de sí»
Cultura
26/07/2010

El artista Josep-Maria Martín (Ceuta, 1961), profesor de Arte/Acción de la Escuela Superior de Arte y de Diseño de Ginebra y responsable pedagógico de la Escuela Superior de Bellas Artes de Perpiñán, participó en el curso de Els Juliols Los procesos creativos y trastornos mentales, con la sesión «Prototip dʼespai per gestionar les emocions a lʼhospital». Los proyectos artísticos de Josep-Maria Martín ponen el acento en la idea de proceso, investigación, participación, implicación y negociación, haciendo que los agentes identificados para cada proyecto se conviertan en verdaderos generadores de un proyecto común. Martín negocia y crea prototipos de espacios que se ponen en práctica, haciendo de su utilización toda una experiencia.

Algunos de sus proyectos son los siguientes:

Milutown Bus Stop, en la región de Niigata, Japón. Éste es uno de los lugares del mundo en que más nieva, fenómeno que afecta directamente a sus habitantes. El artista propuso a la comunidad de vecinos abrir un proceso de participación con el fin de crear algún proyecto que ellos necesitaran como grupo. Se logró que los vecinos propusieran ideas relacionadas con ellos y con el pueblo. Gracias a este proceso, se construyó una parada de autobús, la Milutown Bus Stop, con la finalidad de que las personas participaran en el diseño de la nueva instalación (con servicio de teléfono, café, terraza, jardín, etc.) y en su mantenimiento. Hoy en día, la parada de autobús se ha convertido en un símbolo de esta comunidad.
 
Rincón de Sueños, en México DF. Se trata de una ludoteca para niños trabajadores del mercado central de abastos de la ciudad de México. En este mercado existe un albergue, bajo un puente, en el que se acoge a más de cien niños de entre 2 y 18 años que, después de trabajar durante todo el día, tienen una alta probabilidad de caer en el consumo de las drogas y en la delincuencia. Por lo tanto, la idea consistió en la creación de un espacio para generar experiencias de aprendizaje y formación, en el que los niños pudieran jugar y soñar.
 
¿Dónde nace la idea de arte como terapia?
Yo hago arte en el contexto de la realidad. El arte creo que siempre es terapéutico, aunque pienso que el artista no debería hacer arte-terapia, sino investigar; la estética es un buen medio de investigación. En definitiva, no hago un arte para curar, pero si cura, mejor. Todas mis piezas son procesos que se abren y que yo no sé lo que darán de sí.
 
¿Podría explicarnos en qué proyecto está inmerso actualmente?
Ahora mismo estoy llevando a cabo un proyecto de grandes dimensiones en Chile, llamado Made in Chile. Es un trabajo que pretende investigar y dar respuesta a numerosas preguntas sobre la identidad, el territorio y la economía: ¿Qué significa ser chileno? ¿Podemos generar riqueza con la identidad? ¿Qué es la calidad de vida? Esta iniciativa consiste, de hecho, en construir un pueblo de 49 viviendas sociales teniendo en cuenta estos aspectos, ya que creo que la gente debe sentir que su casa les representa.
 
¿Por qué le interesan este tipo de intervenciones y cuál es el papel del arte en estos procesos?
La estética se ha separado de la ética, cuando siempre habían ido de la mano, y esta separación ha hecho que la forma evolucione, en detrimento de los valores. Yo creo que hoy en día los valores no están claros y con estas intervenciones artísticas, en las que trabajo conjuntamente con profesionales de otros sectores y con las personas que harán uso de mis obras, intento reivindicar esta parte de ética que falta. Me interesa la vida social transformada por la experiencia del arte.
 
¿Cómo el arte y el espacio pueden ayudar a gestionar las emociones?
De muchas maneras. Cada uno de nosotros afronta de diferente manera las emociones y, por esta razón, se deben crear unos espacios polivalentes, unos contextos adecuados para afrontar las emociones que alguien está sintiendo. En el caso de un hospital, por ejemplo, si un paciente lleva tres meses en una unidad de cuidados paliativos, creo que debería tener un espacio donde poder cocinar y comer con toda su familia. Un hospital es un lugar donde se crean situaciones con grandes cargas emotivas, buenas y malas, y con esta premisa he creado prototipos de espacios en centros hospitalarios de Perpiñán y de Castellón.