En esta ocasión los ganadores han sido Cesc Moliné, con el proyecto Mentre ho intento, en el que documenta en vídeo y fotografía el proceso de reconstrucción de la identidad de un grupo de futuras madres en situación de exclusión social; David F. Mutiloa, con Synergetic construction, una propuesta de diseño y producción de un display específico para la Fundación Guasch Coranty que actúe como sistema organizativo para exponer y visualizar obras; Juana Torres, con You have been already assimilated, una reflexión sobre el flujo de información que nos rodea y que consumimos diariamente, y finalmente, Mónica de la Encina, con HACHEDOSO, el agua como refugio, una instalación que recoge las sensaciones que produce el agua cuando nos sumergimos en ella.
El 28 de noviembre de 2011, el Patronato de la Fundación Guasch Coranty, presidido por Josep A. Plana Castellví, delegado del rector como comisionado para Grupo UB, Fundaciones y TIC, entregó las becas de la Fundación en un acto público que tuvo lugar en la sala de juntas del Rectorado.
Una fundación con vocación de servicio a la cultura
Esta es la undécima edición de las becas para la creación artística que convoca anualmente la Fundación Guasch Coranty. A lo largo de estas convocatorias, se han presentado alrededor de 500 proyectos y se han adjudicado 32 premios, cuya finalidad es dar apoyo económico a los artistas para que, durante un año, desarrollen un proyecto de investigación y creación en los distintos ámbitos artísticos que se imparten en la Facultad de Bellas Artes de la UB.
La
Fundación Guasch Coranty es una institución privada sin ánimo de lucro con sede en Barcelona. Su objetivo fundamental es convertirse en un importante elemento de apoyo y promoción del trabajo artístico, tanto para los estudiantes de Bellas Artes como para los jóvenes artistas en general. La vocación de esta Fundación al servicio de la cultura nace de la dedicación al arte del matrimonio formado por Francesc Guasch —pintor, crítico de arte y técnico de museos— y Emília Coranty —pintora y docente—, que en 1929 legó sus bienes al alumnado de la Escuela Superior de Bellas Artes, precursora de la actual Facultad de Bellas Artes de la UB, creada en 1978.
