La hipertensión arterial es una enfermedad que afecta a un 25 % de la población adulta y es el principal factor de riesgo de los infartos miocárdicos y cerebrales, la primera causa de muerte en la población occidental. En esta nueva publicación se ha evaluado el efecto del consumo de gazpacho en 3.995 individuos del estudio PREDIMED, que analiza los efectos de la dieta mediterránea sobre la prevención de las dolencias cardiovasculares en una población de alto riesgo cardiovascular.
Mejorar la dieta, mejorar la salud
«Estudios clínicos y epidemiológicos previos asocian el consumo de los principales ingredientes naturales del gazpacho por separado (tomate, pepino, ajo, aceite de oliva, etc.) con una reducción de la presión arterial», explica Alexander Medina-Remón. «Este nuevo estudio científico», continúa, «describe por primera vez que consumir gazpacho con frecuencia es igualmente beneficioso y puede disminuir la hipertensión arterial».
Tal y como explica la profesora Rosa M.ª Lamuela, responsable del
Grupo de Investigación en Antioxidantes Naturales de la UB y coordinadora de este estudio, el efecto protector del gazpacho en la presión arterial ha sido un resultado en parte «inesperado, dado que el gazpacho contiene sal, que es uno de los ingredientes restringidos para poder mantener los niveles de la presión arterial. Aun así, los resultados del estudio describen que la presión arterial de los consumidores de gazpacho es inferior a la de los no consumidores, posiblemente porque los componentes bioactivos del gazpacho contrarrestan el posible efecto del consumo de sal».
Carotenoides, vitamina C y polifenoles
¿Cómo pueden explicarse estos resultados en el gazpacho? En opinión del investigador Alexander Medina-Remón, «se trata de un alimento con un alto contenido en carotenoides, vitamina C y polifenoles. El balance final entre los compuestos bioactivos del gazpacho y su contenido en sal hace que el producto sea cardiosaludable, es decir, al final prevalece el efecto positivo de todos los ingredientes que pueden disminuir la presión arterial por encima del efecto que podría tener la sal».
Los expertos también han aplicado técnicas estadísticas de regresión logística para conocer hasta qué punto podría reducirse el riesgo de hipertensión gracias al consumo de gazpacho. Según los resultados, «en algunos perfiles de consumidores el riesgo podría disminuir hasta un 27 %», apunta Medina-Remón.
Investigar el mecanismo de acción
En el estudio, de carácter multicéntrico y pluridisciplinar, también han participado equipos investigadores del Hospital Clínico de Barcelona, el IDIBAPS, el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), la Universidad de Navarra, la Universidad de Valencia, la Universidad Rovira i Virgili, la Universidad de Málaga, el Instituto de la Grasa-CSIC, el Centro de Salud San Pablo, el Instituto Universitario de Investigación en Ciencias de la Salud y el Hospital Universitario de Álava. En el futuro, el equipo tiene previsto potenciar líneas de estudio de los mecanismos de acción que relacionan el consumo de alimentos ricos en polifenoles con la reducción de la presión arterial, un proceso aparentemente ligado al incremento del óxido nítrico, una molécula con propiedades vasodilatadoras en el sistema cardiovascular.