Exposición y jornadas internacionales
A partir del 25 de noviembre se podrá ver en la esquina de la calle de Joan Güell con la calle de Europa (en la antigua ubicación de la prisión), la exposición
«Dones / Presó», que recoge las propuestas de monumento desarrolladas por los alumnos.
En paralelo se organizan, los días 25 y 26 de noviembre, unas
jornadas internacionales con objeto de debatir sobre la capacidad del arte contemporáneo para sociabilizar la memoria colectiva y la dignificación de las víctimas, apostando por una forma transversal y colectiva de reflexión y debate en torno a la creación de espacios públicos de memoria. Estas jornadas, abiertas al público, se llevarán a cabo de 17 a 21 h, en la sede del distrito de Les Corts (plaza de Comas, 18). En ellas se reunirán destacados expertos internacionales en memoria, arte urbano y espacio público (como los artistas Horst Hoheisel, Francisco Torres, Pedro Brandão o Kristina Norman, entre otros), así como historiadores y familiares de ex-presas. La asistencia a las jornadas es gratuita, pero es necesario confirmar la asistencia a
observatori.memories@ub.edu.
El objetivo final de estas acciones es proponer un monumento permanente que recuerde la memoria de las mujeres encarceladas durante el franquismo en esta institución, hoy desaparecida.
Historia de la Prisión de Mujeres de Les Corts
Llamada Prisión Provincial de Mujeres de Barcelona durante la dictadura franquista (1939-1955), el edificio —con entrada por la calle de Joaquim Molins, 11— había sido antiguamente un asilo para «jóvenes descarriadas», levantado a finales del siglo XIX sobre los terrenos de la masía medieval de Can Duran o Feló. Fue el gobierno de la Generalitat Republicana quien lo habilitó como cárcel con el nombre de Correccional General de Mujeres. Durante la Guerra Civil albergó a presas políticas de ideología derechista y también del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). Con la entrada de las tropas sublevadas en Barcelona en enero de 1939, la prisión de Les Corts se convirtió en la Prisión Provincial de Mujeres, regida por una orden religiosa —Las Hijas de la Caridad—, según la práctica habitual en las cárceles femeninas del régimen franquista. A mediados de 1939, había cerca de 2.000 reclusas —con más de cuarenta niños— encerradas en esta institución. Entre 1939 y 1940, once presas políticas fueron fusiladas en el Camp de la Bota. Cientos de presas fueron explotadas trabajando en el extenso huerto de la cárcel en beneficio de la orden religiosa (sobre todo durante los primeros años). A principios de los años 50 se abrió un taller de costura.
En octubre de 1955 se cerró la prisión, y el colectivo de presas —entonces 263, con diecinueve niños— fue trasladado a la Cárcel Modelo de Barcelona. Unos años más tarde, donde estaba el edificio de la prisión se levantarían unos conocidos almacenes en la plaza de la Reina María Cristina, y el resto de la finca sería reparcelada y edificada. Este cambio radical de usos del espacio promueve el olvido físico y social de una de las instituciones represoras más importantes a nivel estatal durante la época franquista.