Miquel Martínez: «El Programa de mejora e innovación en la formación de maestros es un proyecto de país»

Miquel Martínez Martín.
Miquel Martínez Martín.
Entrevistas
(02/12/2014)

Desde hace un año, el catedrático de la UB Miquel Martínez coordina el consejo de coordinación constituido por el Consejo Interuniversitario de Cataluña (CIC) para mejorar la formación de los futuros maestros. Este consejo de coordinación, formado por dieciséis representantes de las universidades catalanas, dos del Departamento de Enseñanza de la Generalitat y dos del de Universidades, ha sido el encargado de poner en marcha, hacer el seguimiento y evaluar el Programa de mejora e innovación en la formación de maestros (MIF).

Miquel Martínez Martín es catedrático de Teoría de la Educación y miembro del Grupo de Investigación Consolidado en Educación Moral (GREM) de la UB. Ha sido decano de la Facultad de Pedagogía, director del Instituto de Ciencias de la Educación y vicerrector de Docencia y Estudiantes de la UB. Su actividad académica, docente e investigadora comprende aspectos como el aprendizaje ético, la axiología y la educación en valores y ciudadanía, así como la política y prospectiva de la educación. Ha sido profesor invitado en diferentes universidades y participa como consultor y evaluador en organizaciones y administraciones educativas a nivel nacional e internacional. Es miembro de la Comisión de Evaluación de la Investigación de la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña (AQU) y ha sido codirector de Lʼestat de lʼeducació a Catalunya (Anuari de 2011 y de 2013 de la Fundación Jaume Bofill). Asimismo, este año ha sido codirector del comité científico del Congreso Internacional de Ciudades Educadoras, celebrado en Barcelona en noviembre.

 

Miquel Martínez Martín.
Miquel Martínez Martín.
Entrevistas
02/12/2014

Desde hace un año, el catedrático de la UB Miquel Martínez coordina el consejo de coordinación constituido por el Consejo Interuniversitario de Cataluña (CIC) para mejorar la formación de los futuros maestros. Este consejo de coordinación, formado por dieciséis representantes de las universidades catalanas, dos del Departamento de Enseñanza de la Generalitat y dos del de Universidades, ha sido el encargado de poner en marcha, hacer el seguimiento y evaluar el Programa de mejora e innovación en la formación de maestros (MIF).

Miquel Martínez Martín es catedrático de Teoría de la Educación y miembro del Grupo de Investigación Consolidado en Educación Moral (GREM) de la UB. Ha sido decano de la Facultad de Pedagogía, director del Instituto de Ciencias de la Educación y vicerrector de Docencia y Estudiantes de la UB. Su actividad académica, docente e investigadora comprende aspectos como el aprendizaje ético, la axiología y la educación en valores y ciudadanía, así como la política y prospectiva de la educación. Ha sido profesor invitado en diferentes universidades y participa como consultor y evaluador en organizaciones y administraciones educativas a nivel nacional e internacional. Es miembro de la Comisión de Evaluación de la Investigación de la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña (AQU) y ha sido codirector de Lʼestat de lʼeducació a Catalunya (Anuari de 2011 y de 2013 de la Fundación Jaume Bofill). Asimismo, este año ha sido codirector del comité científico del Congreso Internacional de Ciudades Educadoras, celebrado en Barcelona en noviembre.

 

¿Cuál es el objetivo principal del programa MIF y cuáles son los principales frentes de acción que se propone?

Mejorar toda la oferta formativa de las titulaciones de maestro de educación infantil, de educación primaria y de la recién creada doble titulación, para potenciar en los futuros maestros competencias que permitan el liderazgo, el trabajo en equipo, la habilidad de comunicar bien el conocimiento, las habilidades comunicativas con los alumnos y las familias, la cultura de la evaluación, de la práctica reflexiva y la investigación, así como las metodologías centradas en el alumno, por ejemplo el trabajo por proyectos. Los principales frentes de acción son la mejora en las condiciones de acceso a los estudios de maestro, la incidencia sobre el modelo formativo y el acceso a la función docente.

 

En relación con las condiciones de acceso a los estudios, lo primero que se hizo fue reducir el número de plazas ofertadas y crear la doble titulación de Educación Infantil y Primaria. ¿Qué otras medidas se han implantado?

Una prueba de aptitud personal obligatoria para todos los estudiantes que quieran acceder a las facultades de Educación. La aprobó el CIC en febrero de 2014 y en junio de este año ya se estaba aplicando. Todas las universidades públicas y privadas la han implantado. Consiste en una prueba de suficiencia en lengua catalana y castellana: la calificación para cada lengua nunca deber ser inferior a 4, y la media de ambas debe ser como mínimo de 5. Esto, que puede parecer muy poco, ha significado una dificultad para algunos estudiantes que no han podido acceder al grado, a pesar de tratarse de un nivel de exigencia mínimo. Al terminar el bachillerato, el nivel de lenguas es más bajo de lo que sería óptimo para todas las carreras en general. A los alumnos que venían de grados formativos superiores, que no hacen las pruebas de acceso a la universidad, se les ha hecho una prueba de catalán y castellano.

 

Parece que los primeros resultados de la implantación de esta prueba son buenos, porque todas las universidades han coincidido en reconocer que el nivel global de los estudiantes es más elevado que el de los cursos anteriores. ¿Se mantendrá de cara al curso que viene?

Sí. En el curso 2015-16 se repetirá la prueba, y hemos propuesto que a partir del curso 2016-2017, además de la suficiencia en lenguas, se haga una prueba nueva que consistirá en una serie de ejercicios en los que se deberán demostrar competencias comunicativas, de tipo matemático y científico, así como producir un texto a partir de un tema propuesto previamente. Pero esto está pendiente de la aprobación del CIC.

 

Vamos al segundo frente del programa, el modelo formativo. Están en marcha diferentes grupos de trabajo y, entre otras cosas, ya se ha convocado y resuelto el programa de ayudas a la investigación ARMIF 2014.

Efectivamente, se convocaron unas ayudas a la investigación para equipos formados por profesorado de las facultades y maestros de aula que quisieran desarrollar innovaciones orientadas a mejorar la formación. Se presentaron 53 proyectos y se han otorgado 41, por un importe de 480.000 euros. Los equipos investigadores trabajarán en los proyectos durante este curso, y en el caso de proyectos sobre el modelo formativo de la doble titulación en infantil y primaria, hasta diciembre de 2016. Todas las investigaciones giran en torno a cómo mejorar el modelo formativo de los maestros, porque son ayudas convocadas específicamente para ello.

También se convocaron ayudas a la movilidad el pasado mayo, que se están resolviendo actualmente. Consisten en estancias de dos a cuatro semanas en centros de referencia internacional. Se han presentado 31 solicitudes para ir a Gran Bretaña, Canadá, EE. UU., Finlandia, Suiza, Chile, Australia, etc. Se concederán una quincena de ayudas, que se están seleccionando en función de la duración de la estancia, la calidad del centro donde se quiere realizar, los resultados que se esperan y el retorno previsto para el programa y para el conjunto del sistema. Por ello, en este caso, los decanos de cada universidad priorizan a los candidatos.

 

En cuanto al tercer frente de acción, el del acceso a la función docente, ¿tiene también objetivos claros?

Principalmente, se está avanzando en un trabajo conjunto que clarifique los criterios por los que se accede a la función docente. Es un tema central. En el caso de los centros públicos, si las oposiciones y el acceso a la bolsa de trabajo fueran más adecuados a las competencias que debe tener un maestro, y no estuviesen vinculados a cuestiones como la antigüedad en la lista, sería mucho más fácil para las facultades establecer cuáles son las menciones que deben ofrecer. Es fundamental conocer las necesidades del sistema para poder ajustar mejor las propuestas formativas de las universidades y orientar más específicamente a los estudiantes en el momento de escoger menciones.

En este sentido, lo que hemos hecho es pedir al Departamento de Enseñanza dos cosas: un estudio prospectivo de evolución demográfica del profesorado y un análisis de las necesidades docentes en la escuela para los próximos veinte años. Esta información nos dirá cuántos profesores de primaria y de secundaria necesitaremos de aquí a 2030. También nos ayudará a identificar los perfiles de los profesores que es necesario preparar y, en consecuencia, las menciones y posgrados o programas de formación continua que conviene ofrecer.

Asimismo, es necesario que las universidades analicen bien cómo funcionan las menciones actuales para hacer propuestas de mejora. Si queremos un maestro bien formado, es necesario que sea un buen maestro generalista; pero también que adquiera una cierta especialización en algún ámbito profesional o del conocimiento. Creo que es difícil lograr esta formación con el número de créditos que actualmente se destinan a obtener una mención. Tenemos que llegar al menos a sesenta créditos, y creemos que dicha cifra debe crecer hasta que llegue a ser la cuarta parte de la formación de maestro.

 

¿Cree que la implementación del programa aportará beneficios reales a medio y largo plazo?

Sí lo creo. Representantes de todas las universidades públicas y privadas de Cataluña estamos trabajando muy duro para sacar el programa adelante. El Programa de mejora e innovación en la formación de maestros es un proyecto de país. Lo de «proyecto de país» suena grandilocuente, pero es verdad. La propuesta de crear este programa nace del CIC y de los departamentos de Enseñanza y de Economía y Conocimiento, lo cual significa que es una propuesta transversal: incluye las instituciones formadoras y la institución que más profesorado contrata. ARMIF implica algo más que un cambio en los planes de estudios: trata de revisar las condiciones formativas para acceder a los estudios, irá avanzando en establecer criterios de rendimiento compartidos por todas las universidades en las materias principales de los planes de estudio y está analizando la práctica formativa actual mediante los diferentes grupos de trabajo en los que participa profesorado de todas las universidades y del sistema educativo, tanto del sector concertado como del público. En concreto, estos grupos están analizando el practicum, el desarrollo del doble grado en educación infantil y primaria, la integración del inglés en la formación, los puntos fuertes y débiles de los recientes graduados y el propio modelo formativo.

Sabemos que los países que logran éxito educativo —no solo éxito escolar— son países que tienen buenos docentes y confianza activa en sus maestros y en el valor de la educación. Por eso, además de procurar mejorar la calidad de la formación de los maestros, el programa también quiere contribuir a mejorar su reconocimiento y su imagen social en nuestro país, porque son clave en la sociedad de la economía del conocimiento en la que nos encontramos.