Anton M.ª Espadaler traduce por primera vez al catalán ʻFlamencaʼ, una joya de la literatura medieval occitana

La obra se escribió supuestamente entre 1240 y 1270 en Rouergue.
La obra se escribió supuestamente entre 1240 y 1270 en Rouergue.
Cultura
(24/03/2015)

La novela Flamenca (Publicacions i Edicions UB, 2015), en edición a cargo del profesor de literatura medieval de la UB Anton M.ª Espadaler, se presenta el miércoles 25 de marzo a las 19.30 h en la librería La Central (c/ Mallorca, 237). El acto lo presentará el poeta y traductor Francesc Parcerisas.

Espadaler ha traducido, prologado y anotado, por primera vez en catalán, esta gran novela occitana —anónima sobre los placeres del amor y la alegría de vivir. Escrita en el siglo XIII, es una obra de una calidad literaria comparable a la de las principales obras de todos los tiempos, y ha ejercido una larga influencia, desde Boccaccio hasta Bernat Metge o Jaume Roig.

La obra se escribió supuestamente entre 1240 y 1270 en Rouergue.
La obra se escribió supuestamente entre 1240 y 1270 en Rouergue.
Cultura
24/03/2015

La novela Flamenca (Publicacions i Edicions UB, 2015), en edición a cargo del profesor de literatura medieval de la UB Anton M.ª Espadaler, se presenta el miércoles 25 de marzo a las 19.30 h en la librería La Central (c/ Mallorca, 237). El acto lo presentará el poeta y traductor Francesc Parcerisas.

Espadaler ha traducido, prologado y anotado, por primera vez en catalán, esta gran novela occitana —anónima sobre los placeres del amor y la alegría de vivir. Escrita en el siglo XIII, es una obra de una calidad literaria comparable a la de las principales obras de todos los tiempos, y ha ejercido una larga influencia, desde Boccaccio hasta Bernat Metge o Jaume Roig.

 

De Flamenca, escrita supuestamente entre 1240 y 1270 en Rouergue, condado occitano al norte de Albi, solo se conserva un fragmento de 8.095 versos. El autor debió de ser un clérigo, quizá relacionado con la familia de Roquefeuil y la abadía de Nant. La acción transcurre entre 1223 y 1227 con personajes veladamente reales. Flamenca, hija del conde Guido de Nemours, se casa con Archimbaud de Borbón, que la encierra en una torre por celos. El bello Guillermo de Nevers planea liberarla, así que se tonsura para poder verla. Lo consigue, y durante un tiempo mantienen amores clandestinos. Después Guillermo se va a Flandes para adquirir gloria de caballero, y vuelve a Borbón para un torneo en la Pascua de 1227. El final de la novela se ha perdido.

El texto es de una mundanidad sorprendente para la época. Aparecen amores en misa bajo disfraz de clérigo, algo nunca visto en literatura entonces, y se muestra el adulterio como castigo por los celos. Por todo ello, Flamenca es, sobre todo, un canto a la alegría de vivir sin complicaciones y una reivindicación de la civilización que la hizo posible. Defiende una concepción de la vida en que el placer ocupa una posición central; porque constituye una aspiración elevada, propia de gente inteligente y culta, que les hace despreciar las prohibiciones. El autor propone una ética, e incluso una teología del hedonismo, que debió de provocar alguna prevención en forma de censura. Protagonizada por seres libres, como Flamenca —una joven resplandeciente de la región que le da nombre, y una de las grandes creaciones de la literatura universal— y Guillermo de Nevers —un caballero que se disfraza de clérigo para poder seducir y liberar a la dama recluida por los celos extravagante de su marido—, esta novela reúne todo el saber erótico forjado por la tradición trovadoresca.

La lírica trovadoresca de Marcabrú, Bernat de Ventadorn, Arnaut de Mareuil, Peire Cardenal y otros autores, proporcionó el cañamazo inicial con el que el autor construyó los discursos amorosos de los protagonistas y edificó algunas escenas; pero también se detecta en la obra la influencia de la narrativa en lengua francesa, sobre todo de Chrétien de Troyes, así como la clásica de Ovidio y su Ars amandi.

Flamenca es una obra que hace sentir la alegría de vivir en cada página y defiende los valores de la juventud, sosteniendo que el placer es un principio vital e intelectual al que no se deberían oponer impedimentos. Según Espadaler, estas ideas se vinculan a ciertos ambientes universitarios parisinos del siglo XIII, y remiten a los partidarios del Libre Espíritu, una corriente panteísta caracterizado como cristianismo hedonista. Ello hace pensar que el autor —cuya identidad sigue siendo un misterio— no podía ser un simple juglar; sino alguien con formación específica —con gran seguridad, un clérigo— como el mismo protagonista.

La novela no se limita a plasmar de forma brillante fiestas, banquetes o torneos, así como a poner en movimiento un repertorio de buenas maneras; sino que también recoge una sensibilidad que, a pesar de estar encarnada en personajes franceses, pertenece inconfundiblemente a la mentalidad que caracterizaba a la cultura occitana antes de pasar por la crisis de enormes proporciones que representaron la derrota de Muret (1213) y la cruzada subsiguiente contra los albigenses, predicada por Roma y ejecutada por Simón de Montfort y la monarquía francesa. El autor anónimo se refiere a esta con simpatía en algunos pasajes, pero también con el distanciamiento que otorga la ironía. En este sentido, hay estudiosos que han hecho una lectura alegórica de la obra, en la que Flamenca representaría la Occitania oprimida y Guillermo —espejo del rey Jaime I— el liberador que enseña que con ingenio se puede derrotar a alguien más poderoso, lo que demuestra una clara conciencia común catalano-occitana. De este modo, la obra traduciría el estado de ánimo abatido de la sociedad occitana después de la rebelión de 1242, sofocada por las tropas francesas.

Anton M.ª Espadaler (Barcelona, 1952) es licenciado en Derecho y doctor en Filología Románica. Autor de Una reina per a Curial (Quaderns Crema,1984), Història de la literatura catalana (Barcanova, 1995) y editor del volumen De Amore (Barcanova, 1991). Ha publicado diversos artículos sobre Ausiàs March, el Tirant lo Blanc, Ramon Muntaner, Anselm Turmeda, el condado de Urgell y los almogávares, y sobre las novelas en lengua occitana de temática artúrica JaufréLa faula y Blandín de Cornualha. Ha colaborado en Lo spazio letterario del medioevo, con el estudio La Catalogna dei re (Salermo, 2001). También ha escrito sobre J. V. Foix y Josep Carner, y ha ejercido la crítica literaria sobre obras modernas y contemporáneas en diferentes medios de información, labor que recogió en el libro Estiu tot lʼany (Quaderns Crema, 1996). Ha colaborado en los diarios Avui, El Periódico de Catalunya, El País y La Vanguardia. Ha intervenido en los programas Bon dia, Catalunya de TV3, Cafè Baviera de RAC1, El matí de Catalunya Ràdio, El món a RAC1 y Tu diràs, también en RAC1. Es miembro de diversas asociaciones de literatura medieval y de los jurados de los premios Joan Crexells, Octubre, Ciudad de Barcelona y Manuel Vázquez Montalbán, este último dedicado al periodismo deportivo. Reconocido barcelonista, es autor de Joan Laporta. Passió absoluta (DAU, 2009).