El Ayuntamiento y la Universidad de Barcelona colaboran para poner en marcha un curso dirigido a estudiantes sirios

Momento del acto de la firma.
Momento del acto de la firma.
Institucional
(18/11/2016)

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la vicerrectora de Administración y Organización de la Universidad de Barcelona, Carme Panchón, han firmado hoy un convenio de colaboración para poner en marcha un curso de preparación a los estudios de grado dirigido a personas que provienen de zonas en conflicto. El convenio, con una dotación de 74.707,82 euros, permitirá a quince estudiantes, la mayoría procedentes de Siria, hacer el tránsito de la enseñanza secundaria a la universidad, como única posibilidad para estos jóvenes de continuar su trayectoria académica. La iniciativa, pionera en España, se enmarca dentro del Programa UB de apoyo a las personas refugiadas y procedentes de zonas en conflicto, que se puso en marcha en septiembre de 2015.

Momento del acto de la firma.
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Institucional
18/11/2016

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la vicerrectora de Administración y Organización de la Universidad de Barcelona, Carme Panchón, han firmado hoy un convenio de colaboración para poner en marcha un curso de preparación a los estudios de grado dirigido a personas que provienen de zonas en conflicto. El convenio, con una dotación de 74.707,82 euros, permitirá a quince estudiantes, la mayoría procedentes de Siria, hacer el tránsito de la enseñanza secundaria a la universidad, como única posibilidad para estos jóvenes de continuar su trayectoria académica. La iniciativa, pionera en España, se enmarca dentro del Programa UB de apoyo a las personas refugiadas y procedentes de zonas en conflicto, que se puso en marcha en septiembre de 2015.

La formación se impartirá este curso 2016-2017 en la Universidad de Barcelona. Los quince estudiantes —once hombres y cuatro mujeres—, de edades comprendidas mayoritariamente entre los dieciocho y los veinticuatro años, proceden de diferentes lugares de Siria y, en un caso, de Afganistán. Todos ellos han sido seleccionados según demandas formuladas por organizaciones humanitarias de defensa de los derechos humanos, como la Media Luna Roja, Cáritas de Siria o la plataforma Stop Mare Mortum, que han acreditado las circunstancias personales de los jóvenes. Se trata de personas que han finalizado la enseñanza secundaria y a los que les resulta prácticamente imposible iniciar los estudios universitarios en su país de origen, pero que tampoco pueden continuar su formación en el exterior por no poder convalidar ninguna formación universitaria. El objetivo del proyecto es, pues, que puedan continuar aquí su formación.

Durante el acto de firma, que ha tenido lugar en el Salón de Ciudad del Ayuntamiento, la alcaldesa de Barcelona ha agradecido el compromiso de la Universidad de Barcelona respecto a la situación de crisis humanitaria que viven las personas refugiadas, «una voluntad que el rector Dídac Ramírez me expresó en el mismo momento en que Barcelona se declaró Ciudad Refugio, hace más de un año». La alcaldesa ha asegurado que este convenio es «una muestra más de la respuesta que está dando la ciudadanía ante la pasividad de los estados europeos, y que se está demostrando constantemente a través de iniciativas como la de Proactiva Open Arms, o la de la Comunidad EKO».

Para la vicerrectora de Administración y Organización de la Universidad de Barcelona, la llamada crisis de los refugiados es uno de los retos principales que ha tenido y tiene Europa: «Un reto que interpela los valores esenciales de la construcción europea», ha dicho. En este punto, ha explicado que la Universidad de Barcelona, «como parte de la sociedad», se ha sentido interpelada por esta realidad. «Ello nos impulsó a poner en marcha, hace un año, un programa que permitiera movilizar los recursos de que dispone la institución universitaria y ponerlos al servicio de la acogida de las personas refugiadas y procedentes de zonas en conflicto». Entre las acciones del programa, ha destacado el curso que se inicia ahora y que se dirige a los jóvenes, «un colectivo que nos parece especialmente sensible porque, de alguna forma, representa el futuro y la esperanza para la sociedad siria». Aparte de la adquisición de competencias básicas, el programa del curso incluye una formación en derechos humanos y resolución de conflictos «para que los jóvenes estudiantes dispongan de herramientas conceptuales que tal vez les permitan, en el futuro, trabajar por la paz en realidades como la que les ha obligado a salir de su país para poder continuar su formación», ha concluido.

La aportación económica del Ayuntamiento de Barcelona permitirá sufragar el 31,39 % del coste total del curso, que también incluye los gastos derivados del alojamiento y la manutención de los estudiantes en colegios mayores. El 68,61 % restante lo aportarán la Universidad de Barcelona y la Fundación Solidaridad UB.

 

Funcionamiento del curso

La Universidad de Barcelona, a través de la Fundación Solidaridad UB, organiza este curso, que se plantea como un itinerario formativo preparatorio para el acceso a la universidad. La formación se llevará a cabo en diferentes facultades y se prolongará hasta junio de 2017. La formación, de trescientas horas, tiene carácter oficial como curso de extensión universitaria y consta de tres partes: una primera de aprendizaje intensivo de catalán y castellano, una segunda de nivelación de conocimientos de los alumnos con los del bachillerato de aquí, y una tercera de formación en derechos humanos y resolución de conflictos. El curso está dirigido por David Bondia, profesor de Derecho Internacional Público de la Universidad de Barcelona y presidente del Instituto de Derechos Humanos de Cataluña, y en él colaboran los Servicios Lingüísticos y el Área de Formación Complementaria de la Universidad.

Tal como explica Xavier López, director de la Fundación Solidaridad UB, «la idea de organizar este curso surgió a raíz de conocer la existencia de un número importante de jóvenes sirios que, al terminar los estudios secundarios, en razón de su edad, corrían el riesgo de verse involucrados en la guerra civil: continuar los estudios en el extranjero era una opción para esquivar la implicación en el conflicto».

López apunta que la organización del curso, la llegada de estas personas y su acogida ha sido un proceso largo y laborioso, pero no se detiene aquí: «Valdría la pena ampliar la experiencia con más personas y con otras universidades. Un objetivo bastante inmediato sería ampliar la capacidad del curso y permitir también la incorporación de jóvenes provenientes de zonas en conflicto que ya se encuentren aquí», afirma. En este sentido, la Universidad de Barcelona ya participa en dos proyectos europeos en red con otras universidades europeas y de los países limítrofes con Siria.